COLINA AMAPOLAS

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Cap : 01 - Amapolas

Las amapolas siempre han sido mi flor favorita.

Sonreí cuando esta mañana al despertar me encontré con la cera de la vela derretida en la repisa de mi cuarto y junto a ella un pequeño ramo de amapolas recién cortadas. Inhale profundo y luego vi la foto de mi madre y se me encogió el pecho, negué rápidamente con la cabeza y me abstuve de derramar lágrimas, me prometí no llorar más. Me levanté y tomé el marco de la foto, le plante un beso y fui a lavarme la cara, en cuanto regrese a la habitación a por mi cepillo volví a posar mi vista en las flores.

- Gracias, Dave - comenté animada.

Tomé el móvil y reproduje una de mis canciones favoritas para animarme y entonces "happy" de Pharrel Williams estaba sonando tan alto como las bocinas del teléfono lo permitían, salte de un lado a otro y me sentía mejor conmigo misma y así empezó mi día; una hora más tarde, caminaba rumbo a la universidad con prisa, llegué temprano como siempre y rápidamente fui a los huertos a regar un pequeño jardín que tenía en los patios de la universidad. Me puse en cuclillas y miré las plantas unos segundos antes de ponerme en pie y dirigirme al salón nuevamente.

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Suspiré y miré a mis compañeras a la hora del almuerzo, me negué a comer con ellas y salí del salón poco después de ellas para subir a la cuarta planta que curiosamente cada jueves estaba vacío y me hice en uno de los salones de dichoso lugar, tome mis audífonos, mi libreta y sin darme cuenta había empezado a escribir cartas para mi misma.

"Entiendo como te sientes Eiryx, la pérdida de tu madre ha sido algo fuerte, ya ni siquiera te dan ganas de estar con tus amigas, estás sumida en una tristeza interna y aunque tienes momentos felices . . . La intensidad de ellos no se compara con el gran vacío que ahora tienes dentro, pero la vida es una ruleta, los días pueden ser malos alguna vez, pero lo malo no dura para siempre. ¡Anímate un poco"

Levanté la vista y leí mi escrito sintiendo mis ojos arder hasta que una mano se puso al lado de la mía, me sorprendí y en una reacción natural di vuelta a la libreta para ocultar el reciente contenido y me di vuelta para encontrarme un rostro perfilado, unos labios no muy gruesos, una nariz fina, ojos color miel y unos cabello castaños sueltos, era Dave.

- Te he buscado por todas partes, ¿acaso no sabes qué día es hoy? - habló en un tono alto y mostrando molestia.

Me dispuse solo a negar con la cabeza guardando con cuidado mis cosas hasta que sentí que tomo mis hombros, me sacudió un poco y extrañada le miré con el entrecejo fruncido.

- Es mi cumpleaños... - me fulminó con la mirada.

-¡¿Qué?! No puede ser ¿Hoy ya es 18? - Abrí los ojos sorprendida.

- Así es, 18 de abril del presente año - Afirmó. - Y en vista de que te has olvidado deberás invitarme un helado hoy. - golpeó mi frente con su índice.

Dave era el único capaz de sacarme de mis pensamos y realmente no sabía cómo lo hacía, pero tenía ese don, siempre llegaba con cosas divertidas o cualquier cosa para distraerme y sin saber me hacía olvidar las partes rotas de mi. Nunca he sido muy abierta, pero con él no necesito hablar de mis emociones, salen solas y muchas veces no se tienen que notar, parece tener un radar y lo detecta, es así como antes de que nos demos cuenta termina por cambiarme el animo. Mis pensamientos se esfumaron cuando la mano grande y rugosa de Dave tomó la mía para jalarme, obligada tuve que tomar mis cosas y me vi corriendo fuera de la universidad y sin reparar tome puesto como siempre en su bicicleta después de él y fuimos cuesta abajo. Dave tuvo que esquivar varios autos que venían en sentido contrario a nosotros. Inhale el fresco aire de esta parte campestre de la ciudad y logré sentirme relajada, nuevamente experimentaba la catarsis.