Me textee con Dave esa mañana para saber que estaba bien, me relajé bastante cuando recibí su confirmación de que estaba mejor referente a su situación de salud. Mis ánimos estaban extrañamente altos, me desperté con el pie derecho.
Me dirigí hacía la cocina con la intención de prepararme algo, pero terminé solo por servir un vaso de agua fría con hielos, lo bebí e inmediatamente pase al baño; lavé mis dientes y así mismo tomé una ducha rápida, me di espacio para limpiar mi cuerpo lo suficiente, en algún momento talle muy fuerte mis brazos sin querer y deje pequeñas marcas rojas por toda la extensión del mismo, en un acto seguido deje que al agua cayera por mi brazo y finalmente salí de la ducha, ocupe el outfit super sencillo que constaba de un Jean azul oscuro, zapatillas converse en bota blancas y un crop top manga larga del mismo color a los tenis. En mi cabello una coleta alta y un moño alto, no me di paso a maquillarme y salí de casa sin saber a donde iría, pero no quería estar encerrada.
Caminé por un parque lleno de flores en distintos colores y sonreí al ver algunas amapolas, me acerque y las observe con cuidado y detalle, siempre habían sido mi flor favorita, pero una única amapola roja entre tan inmenso jardín llamó mi atención y me hizo sumir en una incontrolable tristeza. Me quedé pasmada viendo aquella flor tan resuliciente, pero tan sola y diferente entre tantas amapolas blancas. Negué suave con la cabeza y me puse en pie, respire profundo y traté de nublar el momento de hipofrenia. Continúe mi camino y un sonido de guitarra me envolvió, me acerque un poco y desde una distancia bastante prudente pude ver a Alekei, sonreí en la lejanía y me di vuelta para evitar cruzarlo directamente, estaba apenada por lo de la vez anterior y no habíamos vuelto a cruzar palabras. Tardé en girar aparentemente porque el se acercó a mí y no me di cuenta si no hasta cuando estaba detrás de mí.
— Señorita — su voz sonó suave, casi melancólica.
— Oh... hola Alekei — salude algo incómoda, pero evitando mostrar mi inconformidad.
— Van días sin hablar ¿Has estado bien? — cuestionó prestando pulcra atención a mi rostro
Asentí con la cabeza y le ofrecí un sonrisa, realmente no me apetecía hablar, menos con él. Por mi mente solo se repetía el flashback de la discusión que habíamos tenido anteriormente, inhalé hondo tratando de mantenerme tranquila, pero le vi elevar la ceja en seña de duda y supe que él ya sabía que algo estaba pasándome. Jugué con mis manos tratando de inventarme algo para salir de la situación y nuevamente le escuché hablar.
— Señorita, relájate no a pasado nada del otro mundo, ¿bien? Mantenerte tranquila — Tocó mi hombro y sonrió a la par.
Nuevamente solo me dispuse a asentir y sonreír dándole la razón, era como si me hubiese quedado muda de repente, pero no importó, podía sentirme tranquila con él y siempre me lo transmitía, no hubo excepción a la guerra. Su tacto simple y acertado lograron calmar mis emociones, me relajé casi que completamente y esta vez, sonreí, sonreí más sinceramente. En un parpadeo estaba calmada. Él se dirigió hacía mí con una palmada indolora sobre mi hombro invitándome a escucharle tocar, acepté. En un par de minutos estaba escuchando su voz en fusión con el sonido suave de guitarra que ágilmente sus dedos sabían tocar. El mundo se sentía lento y pequeño, solo importaba ese momento, escucharle cantar inhibía mis pensamientos anteriores, y la calma invadió mi cuerpo permitiéndome relajarme y disfrutar con una tranquilidad abrasadora del lugar, su voz, la melodía y su compañía... simplemente podría decir que estaba feliz.
Capítulo corto <3
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COLINA AMAPOLAS
RomanceLas amapolas siempre han sido mi flor favorita y desde que él y yo descubrimos la colina amapolas se convirtió en mi lugar seguro junto a sus brazos. La colina nos vio reír y llorar, también vio como se forjó el amor más allá de la amistad.