Capítulo Tres

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AAECE
































Apartamentos Sixtyfour, Barcelona

Alaia, podrías abrir la puerta? Solo me pondré los tacones — pidió Jael a su roomie, a lo que la chica aceptó, caminando hasta la entrada de su departamento.

— Buenas tardes, esta Jael? — se oyó decir al portugués.

— No se demora nada, se está poniendo las zapatillas. Toma asiento, si te apetece.

Cinco minutos después, salió Jael, pero no la típica Jael, una aún más embellecida. Su cabello, que usualmente tenía en una larga trenza debido a su trabajo, estaba suelto y peinado para dar el volumen de una actriz de novela. Su maquillaje tan coqueto y sutil como siempre, ella no necesitaba tanto, ni era experta en aplicarlo. Su cuello adornado por perlas, con un par de aretes de el mismo material a juego. Su vestido era recto y un poco holgado, apenas encima de la rodilla, el tono crema resaltando la piel morena de la chica. Por toque final, unas zapatillas negras puntiagudas con un moño negro por encima, igual al de la espalda de su vestido. João quedó deslumbrado, mientras la chica bajaba despreocupada mientras tomaba su bolso.

— Te traje estas flores, aunque seguro no son nada si te has visto a un espejo. Eres hermosa, Jael. Tendré que estar en alerta, habrá más de uno que te quiera robar — bromeó Joâo, sacando una gran sonrisa de su cita.

— Me encantan, y tu también luces muy guapo. Las pondré en agua, no tardo.

— Yo las pongo, ustedes váyanse. Me la cuidas, mucho cuidado con llegar antes de las diez, no seáis aburridos.

— Adiós, Alaia, deje cena hecha!

Él par de morenos salió de el complejo de apartamentos hacia el Mercedes de el chico. Como todo caballero, al llegar a la puerta de el auto João la abrió para Jael. La chica le agradeció, y emprendieron camino hacia su destino.

— A donde me llevas, Kaki?

— No se si lo conozcas, Torre d'alta Mar. Es mediterráneo y tiene un asado exquisito.

— No lo había escuchado, pero amo el asado así que suena rico.

— Me alegra que te guste, por que ese tiene el mejor asado.

Los dos jóvenes llegaron a el restaurante, y nuevamente el moreno le abrió la puerta a su cita. Entregó las llaves al valet parking y entraron. El restaurante estaba cerrado exclusivamente para ellos, el futbolista no quería molestias. Había esperado muchísimo para una oportunidad como la que se le había presentado, y no la iba a desaprovechar.

— Buenas tardes, mi nombre es Yubel y seré su mesera esta velada. Les gustaría comenzar con unas bebidas? — habló una pelirroja mientras les entregaba los menús.

— Para mi la limonada de menta por favor. Tu que ordenarás, hermosa?

— Yo quiero el martini espresso, y cuando lo termine me traen un té negro, por favor.

— En seguida se los traigo.

— No sabía que te gustara el alcohol, en las reuniones de el club tiendes a no tomar. Ni siquiera tomaste en la revelación de género de Frenkie y Mikky.

— No tomo cuando se que voy a manejar. Aunque tampoco lo hago tan seguido. Me imagino que tú no tomas, no te he visto yo tampoco.

— Solo en Navidad y Año Nuevo, de ahí en más no. Y sin criticar, el alcohol de España no es tan de mi agrado.

— Solo tienes que saber que pedir. Como es en Portugal?

— El vinho verde es mi favorito, y solo me gusta el de Portugal. Luego te daré a probar de mi reserva. Cuál es tu favorito?

— Como buena tapatía, el tequila, y de ahí le sigue el vino Syrah.

— Que es tapatía?

— Es el apodo para las mujeres nacidas en Guadalajara, y de ahí soy yo.

— Eres muy orgullosa de eso.

— Así es, gracias a Dios nací en la ciudad con el mejor equipo de fútbol en México. Amo a mis Chivas, y a mis niños también.

— No son todos mayores que tú? — preguntó burlón João.

— No, Yael y Jesús B. son menores que yo. Igual todos son como niños chiquitos, y me acostumbre a llamarlos así. Los quiero mucho y a veces si me porto como su madre.

— Que afortunados son, todos los que te rodean. Eres una persona que ilumina el mundo.

— Me miras con ojos de enamorado, Jo.

— Y razones tengo, sería imposible no enamorarme. Te juro que veo imposible que tus amigos no estén todos enamorados de ti.

— El hambre te está haciendo alucinar.

— Tal vez, pero si se que es cierto que eres un encanto, canelita.

Por favor no me llames así. Me trae recuerdos que no quiero pensar.

Esos recuerdos tenían nombre y apellido.







Tiempo atrás...







Amor, te pusiste bloqueador? Pareces camarón! — bromeó Jael mientras tocaba la mejilla de su novio, haciendo que se quejara de dolor.

Ay! Si, pero se me olvidó re-aplicarlo! Ahora parece que estuviera chiveado. Tienes suerte que tu si te bronceas bonito, mi canelita.

— Güero en aprietos. Igual siempre te ves lindo. Me encantan tus lunares, y tus ojos de niño regañado.

— Estoy soñando? La mujer más hermosa de el mundo me piropeó; ya puedo morir en paz!

— Eres un tonto, uno muy guapo.

— Te amo.

— Yo más.








Tiempo actual...







Discúlpame, no pensé que te fuera a molestar.

Ahí fue cuando Jael comprendió que aún no estaba lista para avanzar, en lo absoluto.































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alo si
volvió la más perdida. me fui de vacaciones amigibbys, y estuve muyyy ocupada. se que esta medio equis pero ya se vendrán los mejoresss. feliz año nuevo mailobs, como les está yendo? a mi dos tres, pero ahí la llevo. por fis voten y comenten! la meta será 13 votos y 16 comentarios!
las quieroo,
xiooo

AUNQUE AHORA ESTÉS CON EL - Alan Mozo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora