―¡MIRA! ―gritó Lisa señalando un vestido.
Era un vestido largo con escote, muy negro, sin mangas y con un pequeño corte en la parte inferior que le daba un toque sexy. Me quedé mirando el vestido con asombro.
―Me encanta, es... es perfecto.
―¡Siii! ―sonrió mi amiga―. Al fin hemos encontrado tu vestido perfecto para la fiesta de fin de curso.
Tan solo quedaba un mes para la fiesta. Estaba muy entusiasmada, sobre todo porque estaría Benjamín. Llevaba enamorada de él desde los diez años. Era el típico chico popular del instituto. Tenía diecisiete años, al igual que yo. Era muy atractivo, sus ojos azul marino me hipnotizaban, su pelo rubio ligeramente desordenado era perfecto, y tenía un abdomen muy bien marcado que volvería loca a cualquier chica, como a mí. Pero sabía que nunca se fijaría en una chica como yo. Una chica normal y corriente. Los únicos cumplidos que me solía hacer la gente eran por mi cabello rubio y ondulado que me llegaba hasta el culo, y mis ojos, siempre me decían que eran verdes, un verde esmeralda brillante y llamativo.
Agarré el vestido negro para mirar el precio y casi me caigo hacia atrás.
―¿QUÉ? ―grité.
Había gente en el pasillo del centro comercial que me miró mal mientras se alejaban.
―¿Qué ocurre? ―Lisa se acercó a mí y vio mis ojos posados en la etiqueta, así que también la miró. ―¿QUÉ? ¿500 DOLARES?
Inmediatamente dejamos el vestido donde lo cogimos y seguimos buscando otros vestidos para mí, porque Lisa ya había escogido uno rojo.
Pasamos por todos los pasillos, por todas las tiendas del centro comercial, y no encontré ninguno que me pudiese permitir, y los baratos no me convencían, así que me rendí. Salimos del centro comercial con una bolsa en la que estaba el vestido de Lisa. Ella se fue a su casa y yo a la mía.
Aún seguía pensando en aquel hermoso vestido, si tuviera ese dinero lo compraría. Estaba tumbada en mi cama, pensando en como obtener dinero. Sabía que si se lo pedía a mi padre y le dijera que era para un vestido y para llamar la atención de Benjamín se reiría en mi cara. Al ver que no encontraba ninguna manera de conseguir el dinero, se me ocurrió la última solución. Buscar un trabajo. Rápidamente agarré mi MacBook y busqué en Google: "Trabajos a tiempo parcial para menores de edad en Los Ángeles."
Entré a muchas paginas webs y dejé mi numero en todas las que pude sin ni siquiera saber de que eran. Leí muchos por encima, como trabajos de pizzería, de pasear perros, de limpiar casas, de cuidar a personas mayores... Yo simplemente me apuntaba a todos los trabajos posibles. Intenté hacerlo lo mas rápido posible ya que mi padre me había llamado para cenar. Cuando terminé, cerré mi MacBook y bajé a cenar, donde me esperaba mi padre.
―¿Que hacías? ―preguntó mi padre. ―¿Porque has tardado tanto? ―añadió.
Me senté y empecé a hablar.
―Estoy cansada, solo me tumbé un rato. ―agarré el tenedor para comer mis macarrones, que estaban un poco fríos.
La cena fue tranquila, sin mucha más conversación. Subí a mi cuarto y abrí mi MacBook para ver si ya me habían respondido, pero como era de esperar, era demasiado pronto. Había pasado todo el día en el centro comercial con Lisa, mi mejor amiga, así que estaba agotada. Apagué la luz de mi habitación y me dirigí a mi cama para dormir.
***
Al día siguiente me desperté con el pelo hecho un desastre. Desayuné y me duché, y volví a mi habitación. Agarré mi MacBook y miré el panel de notificaciones.
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Un Amor Imposible
RomanceAndrea, una adolescente de 17 años que busca un trabajo a tiempo parcial para ganar su propio dinero y poder comprarse un vestido para impresionar al chico que le gusta. Encuentra un trabajo de limpieza en una mansión, donde conoce a los hermanos Ha...