Me pareció muy raro su comportamiento. ¿Porqué se enfadaría por esta tontería?
No le di importancia, Oliver y yo seguimos jugando.
―¡Qué mala eres! ―se rió Oliver―. Pensé que dijiste que sabías jugar.
―¡Y sé jugar! ―Oliver se rió―. Solo qué tenía los dedos cansados.
―Ajá.
Ya habíamos terminado de jugar. Tan solo me quedan unos minutos para terminar mi "trabajo" el día de hoy. Fui a la habitación de Izan, y toqué la puerta.
―Entra.
Entre a la habitación, Izan estaba sentado en su cama. Me senté junto a él.
―¿Qué te pasa? ―Antes de que Izan hablara le interrumpí, porque sabía lo que me iba a decir―. Y no, no estás bien. Algo te pasa.
―Estoy bien.
―No te creo. ―le dije―. Por cierto, hoy es mi último día.
―Oh sí, lo olvidaba. Toma los 100 dólares que están encima de la mesita.
Los cogí, muy feliz. ¡Al fin tenía el dinero suficiente para comprarme el vestido que tanto deseaba!
―Gracias Izan.
―No me des las gracias, te lo has ganado tú.
Le sonreí, agradeciéndole.
―Bueno, supongo que hoy será la última vez que nos vemos. ―dije tristemente. Realmente había disfrutado pasar tiempo con los hermanos Harrison.
―No es necesario que te vayas, aunque ya tengas el dinero que necesitabas, te puedo seguir pagando si sigues estando en esta casa. Aunque ya no actúes como mi novia. Realmente me aburro mucho, contigo me divierto.
Al principio me pareció muy buena idea. ¿Quién pagaba 100 dólares a la semana tan solo por estar en su casa? Aunque lo pensé mejor, y me di cuenta que parecía que Izan me estaba comprando, pero rápidamente me borre esas ideas de la cabeza. ¡Claro que aceptaría seguir "trabajando" allí!
―¡Sii! Por supuesto que sí.
―Perfecto.
***
2 semanas para la fiesta.
Ya habían pasado 2 semanas desde que empecé a "trabajar" en la mansión de los Harrison. Tan solo quedaban 2 semanas para la fiesta. Estaba ansiosa para que llegara aquel día. Ya tenía los 500 dólares, pero aún no me había comprado el vestido, tenía muchos exámenes y no tuve tiempo de ir. Hoy era sábado, y estaba con Lisa en el centro comercial.
―¡Corre! ―me chillaba Lisa.
―¡Ya voy! Solo espérame. ―dije corriendo detrás de Lisa.
Entramos en la tienda donde dejamos el vestido. Fuimos al lugar exacto donde lo dejamos.
―¿Y dónde está? ―se cuestionó Lisa.
―Lo dejamos aquí. ―dije señalando un perchero con otros vestidos―. Tal vez no lo tienen aquí. Vamos a preguntarle a la dependienta.
―Vale. ―dijo Lisa detrás de mí. Yo ya estaba con la dependienta, tenía miedo de que se hubieran agotado todos los vestidos y me quedara sin el mío.
―¿No tenéis más vestidos como ese? ―pregunté desesperada.
La dependienta suspiró fuertemente.
―Ya te he dicho que no, se agotaron todos. Busca otro vestido.
―¿Pero estás segura de qué... ―Lisa me interrumpió.
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Un Amor Imposible
RomanceAndrea, una adolescente de 17 años que busca un trabajo a tiempo parcial para ganar su propio dinero y poder comprarse un vestido para impresionar al chico que le gusta. Encuentra un trabajo de limpieza en una mansión, donde conoce a los hermanos Ha...