EPILOGO

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Abril pasó cerca de una hora analizando lo que haría. Dando vueltas por su habitación, mirando de vez en cuando su celular y la carta anteriormente terminada.

Tenía un ligero brillo de esperanza de que Samantha la llamaría, pensó que lo buscaría ya que había faltado a clases ese día. Pasaban largos minutos y el teléfono permanecía con la pantalla apagada y en silencio, ni siquiera una vibración ni algo similar.

Comenzaba a impacientarse, la castaña solamente buscaba y esperaba que apareciera una razón para arrepentirse, una sola sería suficiente. Bueno, no cualquier razón, una llamada Samantha Rivera.

Abril, en algún lugar de su dolido corazón, en verdad no quería hacerlo. Pensó que aún había un ligero motivo para desistir y seguir adelante.

Aunque, el tiempo se le estaba acabando.

 🌹🌸🌹

Mientras tanto, Samantha se preocupaba cada vez más. No había visto ala menor durante todo el horario de clases y se sentía culpable.

Esto porque desde que había besado a Abril, había cambiado su manera de tratarla. Dejó de llamarla, dejaron de salir a caminar o a cualquier lugar, se apartó de ella lo más que pudo, y sabía bien que sus acciones la lastimaban aún más.

Tenía sentimientos demasiado confusos con respecto ala castaña, por un lado pretendía tener coraje hacia ella, después de todo, la idea del beso fue suya. Pero realmente, esa escena no había salido de su cabeza ni por un segundo, ya ni siquiera lograba concentrarse correctamente en la Universidad y había estado distante según las palabras de Heather.

Sin quererlo ni aceptarlo, acabó enamorado de Abril de una forma considerable. ¿Pero cómo remediarlo? Ya había herido a aquella chica de cabello castallo y ojeras profundas, y si ahora volvía con su mejor cara diciendo "me enamoré de ti" seguramente las cosas saldrían mal, pensó.

Además, aún estaba el peli negro. No sabía si en verdad deseaba dejarlo, lo adoraba, aunque ahora... No lograba medir que tanto en comparación con Abril.

-No seas idiota Samantha, ¡ve con ella! - contestó el de menor estatura al terminar de escuchar la historia del mayor.

-Pero... Heather... - suspiró.

-Mira, si él es tan dulce y comprensivo como nos a hecho ver, te entenderá si se lo explicas. - sonrió.

-¿Tu crees Juan?

-¡Claro! Pero hazlo hoy, por favor no tardes más tiempo. - casi rogaba - Abril te necesita ahora.

-Tienes razón...

Samantha tubo que buscar a su novio durante el almuerzo aún cuando ésta tuviera clase extra. Tenía que arreglar todas las equivocaciones que había tenido durante meses, meses en que se negó a aceptar que Abril era más significativa que una simple amiga.

Cada palabra que salía de su boca le era difícil pronunciarla, no era un asunto sencillo de explicar. Pero al final de todo, el chico reaccionó de la mejor manera posible, en verdad era un ángel.

-Ve a buscarla, no esperes a que las clases acaben. - sonrió - Quédate con ella, te ama demasiado por lo que pude ver.

-Eres el chico más dulce. - le dió un último abrazo.

La pelirubia salió del campus sin pedir permiso a ningún profesor, decidió que no la llamaría antes de ir a verla pues quería darle una pequeña sorpresa.

De haber sabido lo que sucedía en casa de la menor, hubiera llamado un sin fin de veces y hubiera corrido con toda la velocidad que le dieran sus piernas.

Heather [ Rivari ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora