— Luna... — dije, mirando más allá del cinturón de asteroides, apreciando la distancia entre aquél planeta y yo. Estaba muy pensativo, necesitaba distraerme.
— ¿Eh? ¿Pasó algo? — Respondió.
Suspiré, y tarde un poco en responder. — ¿Crees que Marte tenga un punto? ¿De verdad será posible algo entre Urano y yo? —
Luna se mostró muy confuso, le costó un poco responder. — Yo... Tierra, si te soy honesto, es muy complicado, y ya han tenido problemas... Como el que tus cartas no le lleguen o viceversa, y les generó inconvenientes. A demás, no te quiero quitar la ilusión, pero estar cerca es un peligro para ambos, tú tienes vida y él es un gigante de hielo, salir de sus órbitas para ir a verse no suena a algo bueno. —
Así eran las cosas, yo, en el fondo, ya lo sabía, pero no quería pensar en eso. Después de haber intentado lanzarme al sol, quería abrirme a experiencias nuevas, volver a permitirme ser feliz. Pero no era posible, porque mi núcleo había decidido que mi felicidad vendría, no de mí, si no de un planeta que ni siquiera podía tener cerca mío.
Me costaba, él se había vuelto mi felicidad, pero a la vez, se volvió mi tormento: mi sufrimiento, lo imposible.— Luna, ¿qué tal tu día? —
— ¿Eh? ¿Estas bién, Tierra? —
Quería cambiar el tema, no quería aceptar la realidad. Me dolía mucho el interior, dolor similar al de tener un terremoto, pero no era un sismo físico, era uno mental.
Me di la vuelta, miré al sol directamente.— Creo que ya no me hace bien, creo que nunca debí mandar esa carta. — dije, muy angustiado.
Luna no sabía que responder, todo era silencio, sentí a Luna tragar saliva.
— Tierra, no me digas que te hace tan mal que... No, no. ¿Tanto cariño le agarraste? —
Ni lo pensé. — Luna, siento que mi núcleo le pertenece a él. —
Luna ya sabía que yo era inestable, yo lo sabía, todos. Pero lo que ninguno sabía, incluyendome, es que esa inestabilidad también se podía manifestar con dependencia, y sabía que eso no iba a salir bien. Si me volvía más dependiente a sus cartas, sus dibujos, su todo, era capaz de irme hacía su órbita, matando a todos mis seres vivos en el camino.
Cerré mis ojos. — Hasta aquí llegamos. — tomé la última carta que Urano me había mandado, junto al dibujo, los rompí y los arroje contra el sol con fuerza bruta: dudo que iban a llegar, pero al menos no los tendré cerca de mí.
— Tierra... —
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"Una disculpa honesta" - Urano x Tierra | Solarballs
Fanfiction- En la mitología griega, Gea, diosa de la tierra, se casó con su hijo Urano, dios del cielo... quizás, los planetas representados con los nombres de dichos dioses puedan llegar a experimentar sentimientos similares. -