•Rivalidad•

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Koba estaba molesto por lo que se encontraba alejado de toda la manada, alejado de César.

---No le dijiste a César sobre las armas que encontramos?. -pregunto uno de sus amigos de Koba.

---No, y tú tampoco le dirás. ---lo dijo señalandolo.

Ojos azules estaban con Maurice, Somalia y Cesar, estaban comiendo pero algo en Ojos Azules no podía permitirle pensar bien. Somalia estaba con Cornelius jugando con el, por lo que Ojos Azules se percató de eso para mirarla de forma tierna, pues su hermano y lo que más amaba en este mundo estaban jugando juntos.

---Tu! Eres mi hijo. -Hablo Cesar sacandolo de sus pensamientos, señalando a Ojos Azules.- Necesito que escuches...

Ojos azules estaba muy molesto con su padre, tiro su plato al suelo y se fue de ahí sin dejarlo terminar.

La noche apareció y como es de costumbre Ojos Azules aún no dormía, estaba sentado, solo, pensando enfrente de una fogata, hasta que Koba se acerco a el y se sentó a su lado.

---Tu padre, ya no confía en mí. -hablo cabizbajo.- Debes protegerlo, su amor por los humanos lo ciega.

---Lo se. -respondio Ojos Azules.

---Mientras estén aquí, temo por la vida de César. -dijo Koba preocupado y un tanto exagerado.

Ojos Azules pensó lo mismo, siempre creía que Koba y el se parecían bastante, ya que compartían las mismas ideas acerca de los humanos, solo que Ojos Azules no tenía tanto odio en su corazón, como Koba.

Maurice y Somalia fueron al campamento donde estaban los humanos durmiendo y encontraron al joven sentado con un libro en la mano, en su casa de campaña, como si estuviera esperando a Maurice. El joven se acerco a Maurice y le entrego un libro.

---Por lo de ayer. -señalo el libro que tenía Maurice en las manos. Se refería cuando lo ayudo a protegerlo de Koba.

Maurice vio el libro con intriga mientras que somalia estaba confundida pues no tenía la idea de que era eso. Los tres se sentaron a ver el libro y el joven empezó a contarles todo lo que había hecho con las fotos que había pegado en ese libro.

---Es muy bonito tu pelaje. -el joven señaló a somalia, estaba sorprendido por lo bonita que era.

Somalia no entendía mucho pero no veía al chico como una amenaza, lo veía mas como con interés de saber más sobre los humanos.

---Es blanco como la nieve. -hablo el muchacho mostrando una foto que había tomado de cuando su familia estaba de viaje en invierno.

Somalia solo ladeó la cabeza a un lado, sin entender mucho, pero estaba tranquila y solo lo escuchaba hablar.

Del otro lado Koba fue de nuevo al lugar donde había encontrado todas las armas y se volvió a encontrar a los mismos hombres que practicaban su tiro.

---Oye que te pasa simio! -grito el hombre molesto al ver a Koba acercarse.- Te dijimos que te fueras a casa!.

---No!, No! -el otro hombre lo regañaba como si fuera un perro.

---Idiota! -murmuro el hombre y le apunto a Koba por lo que el puso las manos arriba.

---Eso si lo entendió eh! -dijo el hombre burlándose de él, Koba solo daba marometas como si fuera del circo para entretener a los hombres. Koba se sentó a su lado como para convivir, a los hombres les pareció divertido por lo que se burlaban de él.

-----Creo que le agradas. -comento el hombre que apuntaba al simio.

El hombre le dió un sorbo a su bebida alcohólica que estaba en un vaso de metal, Koba quiso probar entonces le arrebato la bebida completa y le tomo, al probarlo lo escupió de inmediato pues para el era horrible el sabor.

SOMALIA - Blue Eyes ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora