SI LOS FINALES FELICES EXISTIERAN ©

THIRD OF DECEMBER

Hoy es tres de diciembre.

Tres años y varios meses desde aquel punto final.

Creí que después del epílogo no volvería a escribir más sobre ti, pero lo estoy haciendo.

Es un poco duro, creer que te estoy superando, que falta poco para no querer llorar cada que escucho una canción que me recuerde a ti, y luego, vuelve aquella jodida y hermosa canción que me dice que realmente no lo estoy haciendo. Vuelven las risas, las fotografías y las palabras que inevitablemente hacen que mi corazón se contraiga en mi pecho, como una caricia dolorosa y silenciosa que se encarga de decir: estoy aquí, no me he ido.

Se supone que al marcar aquel punto final en el epílogo te habría soltado y no serías más que aquel recuerdo que te hace sonreír cuando pasa por tu mente. Y por momentos lo haces. Y por otros dueles.

Hoy es tres de diciembre.

Mi madre pregunta por qué lloro y yo respondo que es por la película.

Ella a veces pregunta por ti. A veces le respondo sonriendo mientras te recuerdo y suelto alguna tontería sobre ti. Otras corto el tema con una respuesta rápida y sin detalles porque me dueles un poquito y quizás toda la vida.

Hoy es tres de diciembre.

A veces fantaseo con la idea de verte, sonreírte y que lo hagas de vuelta. No importa si no hablas, solo un gesto que le diga al corazón que aún me recuerdas, que sigo contigo, que no me he ido.

Hoy es tres de diciembre.

Algunas noches sueño contigo.

Cada vez que pasa despierto con la respiración agitada, el corazón latiendo de prisa y los ojos inundados en lágrimas.

En mis sueños me tomas de la mano, me abrazas mientras yo me pregunto cómo llegamos a ese punto y luego lo recuerdo, es un sueño.

La gente asume que son las pesadillas las que te hacen llorar, pero nadie piensa en que quizás es un sueño que quisieras que se hiciera realidad.

Hoy es tres diciembre.

No se cómo le haces que aceleras mi corazón solo con la mención de tu nombre.

No se cómo la haces que un día dueles y al otro eres como una curita al corazón.

A veces pienso en como has sido todo aquello que me hizo feliz.

Otras veces en como tú recuerdo me estruja el corazón queriendo obtener hasta el último latido.

Hoy es tres de diciembre.

Algunas personas dicen que fui solo tu diversión, una manera de matar el tiempo mientras solucionabas las cosas con ella.

Algunas veces les creo, las inseguridades me matan y me hacen dudar de todo.

Algunas otras, aquellas que son mayoría, no pueden creer que fueses tan cruel.

Pero si así hubiera sido, jamás podría odiarte.

Hoy es tres de diciembre.

Y mientras escribo Conan Gray canta en mi oído.

Siento aquel vacío y aún así consigo sonreír por instantes.

Tienes un efecto tan contradictorio.

Hoy es tres de diciembre.

Estoy siendo débil antes tu recuerdo.

Puede que mañana lo sea igual.

Pero te aseguro que luego volveré a la tarea de soltarte.

Aunque duela.

Aunque queme.

Hoy es tres de diciembre.

Y se que dolerás lo que tengas que doler.

Quizás unos meses más.

O unos años.

Toda la vida y un poquito más.