Parte 6

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Freen.

Siete meses después...

Mudarse a un lugar nuevo no es un proceso fácil, incluso luego de meses aquí aún hay momentos en los que siento que no pertenezco, como si no encajara.

Dejé mi casa, mi facultad y a mis conocidos atrás... también la dejé a ella.

Quiero convencerme de que lo más complicado de todo fue dejar mi casa, pero la verdad es que fue alejarme de ella.

No hay un día en el que no piense en Rebecca, supuse que irme serviría para olvidar lo mal que lo pasé, pero es lo opuesto. Pareciera que cada día me vuelvo más desequilibrada. Hace una semana creí haberla visto en mi nueva universidad, ahí en medio de toda la gente que se agrupa en la hora de almuerzo. No fue así.

Ella jamás vendría a buscarme.

Hay noches en las que su ausencia es tanta que me la imagino. Finjo que estoy con ella en la frialdad de su casa. Me imagino su voz, su mirada... su toque. Me siento enferma luego de eso, como si no estuviera bien, porque la verdad es que no lo estoy. No es normal que extrañe a una persona que me hizo tanto daño en el pasado, sé que no es sano, pero aun así hay una parte de mí que se siente miserable cada que un recuerdo de ella vuelve a mi mente, lo cual es todo el tiempo.

Cierro el libro que tengo sobre la mesa y comienzo a guardar las cosas en mi bolso para volver a casa. Me encuentro en la biblioteca de la facultad, últimamente parece ser el único lugar en el que me veo obligada a estudiar, ya que estar en casa solo hace que me sienta más sola, lo que me lleva a pensar en cierta persona que intento olvidar.

Estoy a punto de poner la silla en orden cuando unos dedos delgados envuelven mi muñeca. Al girarme lo primero que veo son unos hermosos ojos color café.

—Hola, Freen —saluda la chica con una sonrisa en el rostro.

Looknam, como podría comenzar a describirla... Es linda, amable y cálida, como ese tipo de persona con quien sientes la comodidad aún en los momentos incómodos, lo cual es muy contradictorio. Ella y yo conectamos casi de inmediato, tal vez el hecho de que ambas seamos tailandesas haya contribuido en eso.

—Hola, Looknam —le respondo— ¿Qué haces aquí?

—Bueno —suelta mi muñeca y toma algunos de mis libros para ayudarme a cargarlos—, te vi por la ventana y creí que sería buena idea ir a comer algo.

Aprecio mucho su intención, pero solo quiero irme a casa. De hecho, estoy a punto de decírselo cuando me interrumpe y vuelve a hablar.

—Sé que posiblemente tu respuesta sea un "no" —me regala otra sonrisa brillante—. Sin embargo, no aceptaré ese "no". Pasas mucho tiempo con la cabeza enterrada entre libros, es hora de que tomes un descanso.

No puedo. No puedo porque tomarme un descanso significa que mi mente y mi atención, todo se dirigirá a una persona, Rebecca.

—Es que —comienzo—... no me siento con ánimos.

Looknam se me queda mirando.

—Solo iremos a comer algo, Freen —me atrevería a decir que sus ojos me ven con cierta lástima, o tal vez solo sea yo—. Prometo que en cuanto acabemos te llevaré a casa.

Sigo teniendo ese "no" en la punta de la lengua, pero al final lo que termina saliendo es un "sí".

No puedo explicar lo feliz que se puso con mi respuesta.

—Prometo que no te arrepentirás —entrelaza su brazo con el mío y comenzamos a caminar—. Conozco un lugar increíble con comida deliciosa.

De camino al restaurante Looknam no para de hablar. Me cuenta cosas sobre ella y repite otras que ya sé. Su energía no me molesta y mi silencio no es un problema. Pareciera que nada que haga significa un problema para ella, y eso de alguna manera me hace sentir... extraña. Me acostumbré a siempre ser tratada con rudeza, sin embargo, cuando estoy con Looknam es todo lo contrario. Si me equivoco, ella no me trata de estúpida. Si permanezco callada, no me insulta, ni me golpea. Simplemente, es como si por primera vez en meses me sintiera como... una persona.

—Debo comentarte algo —me dice de repente—. Le hablé a mis padres sobre ti y ellos quieren que vayas a cenar con nosotros el fin de semana —la miro de reojo solo para notar cierto rubor en sus mejillas—. Sé que suena repentino, pero hace mucho no tenía una amiga, por lo que para todos ha sido una sorpresa que hable de la misma persona a diario.

—¿Por qué dices que hace mucho no tenías una amiga? Siempre estás rodeada de personas.

Lo que no es mentira. Looknam es la clase de persona que emite una energía que es simplemente única, atrayente. Te cautiva con su presencia y te hace parte de algo importante. Sí, a ese nivel.

Un rastro de tristeza o pesar, cruza por sus delicadas facciones.

—Ellos no son verdaderamente mis amigos. Sí, salimos a fiestas, pero jamás hablamos —su mirada se queda fija—. Ni siquiera puedo ser yo misma cuando estoy con ellos porque critican cada cosa que no se nivela a ellos. Contigo no es de esa forma.

—¿Qué es lo diferente? —me atrevo a preguntar.

Looknam dirige sus ojos hacia los míos, y los que veo en ellos de cierta forma, me cautiva.

—Todo —termina por responder.

En lo que busco como contestar a lo que dice, miro a través del ventanal a mi lado y a unos metros de distancia, justo en la vereda de enfrente la veo. Rebecca.

Me paro de manera repentina, casi como un impulso, mas justo cuando creía ver todo con claridad un autobús pasa por la calle bloqueándome la vista. Cuando este pasa ya no está ahí.

Me quedo de pie, paralizada, asimilando lo que acabo de... ¿Imaginar?

—¿Freen? —la voz de Looknam me hace girar la cabeza en su dirección— ¿Todo en orden?

No. Nada está en orden.

Acabo de ver a Rebecca y al segundo no estaba ¿Qué clase de alucinación estúpida es esta? ¿En serio me estoy volviendo loca?

Mi corazón comienza a acelerarse y el pánico invade mis entrañas. Mis manos se sienten heladas de un momento a otro, incluso cuando el clima de hoy es cálido. Empiezo a sudar frío, hasta el aire pareciera cada vez más escaso. Necesito calmarme.

Uno todas mis fuerzas para no reaccionar frente a ella.

—Sí, todo está en orden —miento—. Solo necesito ir al baño.

Rodeo la silla y camino a paso firme hasta el lavado. Cuando llego lo primero que hago es entrar a un cubículo vacío y encerrarme ahí.

¿Qué diablos acabo de ver?

Sé que era Rebecca, sé que era ella. Era idéntica a la chica que conocí en el pasado, solo que su cabello es más... corto. Pero si era ella, ¿por qué desapareció? Fue como si ni siquiera hubiera estado ahí en primer lugar.

Dios ¿Qué es esto?

Todo ella me afecta aun cuando no está presente.

Se supone que me mudé con el fin de dejarla en el pasado, pero aun con todos mis intentos ella sigue apareciendo frente a mí, sigue estando presente en cada cosa en mi vida. Cada persona en mi vida es opacada por el recuerdo de alguien que ni siquiera merece ser recordada.

Paso mis manos por mis mejillas solo para darme cuenta de que en algún momento empecé a llorar.

¿Por qué?

Por qué no te puedo olvidar.




















Sigan bajando, subí otro.

My Bully | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora