☁︎ ¦ ❝Si las nubes fuesen personas, tú serías una de ellas❞.
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Todos en algún momento hemos tenido un crush pasajero, del cual sólo vemos una vez y aseguramos que nunca lo volveremos a ver en nuestra vida.
Pero él nunca pensó que la iba a vo...
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Retrocedió unos pasos y miró la puerta con miedo, quería entrar y abrazarla, pero temía que ella lo odie por eso. Sus pensamientos lo carcomían y le impedían avanzar.
Hasta que escuchó a la chica llorar, él tenía miedo, mucho miedo, pero no le importaba, él no la iba a dejar sola, él iba a estar allí para ella, pase lo que pase.
Abrió la puerta y la fémina se levantó asustada, su rostro estaba rojo y sus ojos irritados, lo cual mostraba que había llorado varias veces. Y antes de que ella dijera algo, él corrió hacia ella para envolverla en un fuerte abrazo.
Ambos quedaron arrodillados en el suelo, él abrazándola y ella procesando la información. Y solo bastó que Muichiro mencionara una frase para que ella rompiera en llanto nuevamente y lo abrazara con fuerza.
—Ya, ya, tranquila, ya pasó todo, todo estará bien. Estoy aquí para ti, te apoyaré y cuidaré en lo que más pueda.
Cada cosa que decía, lo decía con tanto cariño, que la chica se sentía pequeña en el abrazo y el llanto crecía cada vez más.
—No importa lo que pase, yo voy a tratar de estar siempre allí. Si quieres alguien para conversar, allí estaré, quieres un hombro para llorar, allí estaré también, si solo quieres estar en silencio, allí estaré.
El tiempo pasó, y poco a poco el llanto iba disminuyendo, hasta que punto que solo eran sollozos. Muichiro la sentó en sus piernas y le limpió las lágrimas, luego de dió un pañuelo para que pudiera sonarse, mientras él la peinaba con delicadeza. Estuvieron unos minutos así, hasta que ella finalmente habló.
—¿C-como... Cómo supiste que estaba aquí?
—Realmente no lo supe, solo me di el tiempo de buscar en cada sala hasta encontrarte.
—¿Cada una? ¿Desde el primer piso?
—Exactamente, incluso fui al otro edificio a buscar primero, luego al gimnasio, después al casino y finalmente llegué acá.
—¿En serio te diste el tiempo de ir a todos esos lugares?
—Sí, ¿por qué no lo haría?
—Mm, no lo sé, quizás porque solo nos conocimos este año, hablamos, si, pero tampoco mucho. Entonces no me considero alguien por el cual te darías el tiempo de buscarla. Además, ¿por qué me buscaste en primer lugar? Tú ni nadie sabía que yo estaba haciendo un trabajo.
—Emm, bueno... Yo... —los nervios comenzaron a aparecer y las mejillas de Muichiro se tornaron rojas rápidamente.
—Tú... —siguió la conversación la fémina, mientras se acercaba al rostro del chico, lo cual lo ponía aún más nervioso.
—Yo, eh, yo quería que fuéramos a los juegos para... Para jugar y comprar cositas yyy-
—Y regalarte algún peluche que te gustará —mencionó en un susurro muy, pero muy bajo, casi inaudible. No obstante, el lugar era tan silencioso que de igual manera se escuchó lo que dijo.
