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―Oigan, ¿nos pueden ayudar?― pregunto la pequeña Abby, interrumpiendo la plática de Vannesa y Mike. Ambos adultos se acercaron a las jóvenes ―necesitamos que sea muy grande, para que todos quepamos ―ordeno la pequeña mostrando un dibujo sobre una castillo construido con mesas y sillas.

―Abby, ven ―dijo Mike tomando de la mano a su hermana pequeña ―recuerda no estar cerca de esas cosas, son gigantescas y pueden hacerte daño. ¿Tú que opinas "_______"? ―pregunto Mike mirando a la menor, quien los veía atenta.

―Opino que hay que comenzar a armar ese castillo si no queremos ser devorados por los maleantes ―dijo la menor poniéndose de pie. La pequeña Abby salto de la felicidad haciendo que esta comience a seguir a la menor.

―Vannesa ―dijo Mike mirando a la rubia de ojo azul, la cual solo se hinchó de brazos.

―Lo siento Mike, pero "_________" es terca, no puedo hacer nada ―dijo burlesca para seguirle los pasos a Abby y la menor. Mike no tuvo de otra que rendirse, puso los ojos en blanco y siguió a las chicas.

Reían y charlaban, tomando y acomodando las mesas y sillas de forma precisa para caber todos en ese gran castillo. La menor y los animatronicos convivían alegremente, ella sentía esa sensación de haber pasado por ese momento, como si de pronto ya lo hubiese vivido, y muchas veces. Este momento le recordaba su infancia, como si ellos, sus grandes amigos de la infancia estuvieran allí, en ese preciso momento con ella, y sin saberlo, los tenía a un lado de ella, convivía con ellos de nuevo.









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Estaban recostados en la gran alfombra debajo del castillo que habían construido con esas grandes mesas y sillas, con la gran ayuda de este equipo. Respiraban y contemplaban el techo, analizando lo maravillosa que fue esa noche, lo fabulosa y mágica que fue, ahora, ¿quién les creería esto?, es algo que vivirá en su memoria por siempre, ya que será una anécdota que nadie creerá.

La menor, aquella chica de ojos divinos y tez perfecta, miraba atenta y relajada aquel techo, relajando su alma, si es que podía hacerlo, no en ese sitio, no en ese lugar donde sus grandes amigos murieron en las manos de ese terrible hombre, ella sabía quién los mato, ella sabía en qué y lugar donde ocurrió todo ese tormento, esa noche, que para ella, los padres de sus amigos e incluso de sus padres fue una pesadilla, que desearían jamás haber vivido. No es tarea fácil seguir con tu vida cotidiana pero que siempre viva en ti ese momento de pesadilla que jamás podrás olvidar, el despertar y saber que en tu mente todo el día y todos los días estará en ti esa noche y para colmo soñar con eso es algo tormentoso que poco a poco deja sin estabilidad mental a la menor. 

Recordar esa noche, esos gritos de dolor por parte de sus amigos hacía que solamente se sintiera cada día más peor, el hecho de vivir con la culpa, de no haber podido ayudarlos de alguna forma hacían que ella de alguna manera se sintiera fatal. Aquella joven chica no pudo aguantar más, pego un gran suspiro saliendo de sus propios pensamientos.

𝐘𝐎𝐔 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄? | 𝗺𝗶𝗸𝗲 𝘀𝗰𝗵𝗺𝗶𝗱𝘁 𝘅 𝘁𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora