𝐘𝐎𝐔 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄? | 𝗺𝗶𝗸𝗲 𝘀𝗰𝗵𝗺𝗶𝗱𝘁 𝘅 𝘁𝗻

I missed you

Había sido una semana bastante agotadora, la empresa para la que trabajabas te había dicho que tu presencia para cerrar un negocio con inversionistas en Palm Beach era necesaria al ser la gerente de ventas. Llegaste agotada a tu casa que ahora compartías con Mike, abriste la puerta con tus llaves, apenas abriste Mike corrió y te recibió con un fuerte abrazo.

―Llegaste ―dijo Mike sobre tu oído.

―Llegue cariño.

Contestaste cortésmente besando su mejilla. Mike se separó para darte espacio y pudieras llegar más cómoda de tu viaje. Le sonreíste y seguiste tu paso a su habitación, colocando sobre la cama tu maleta, sacando tus pertenencias y colocando la ropa sucia en el cesto para lavarla después. Mike llegó a hacerte compañía, sentándose al lado de tu maleta, mirando con una leve sonrisa lo que hacías.

―¿por qué me miras tanto cariño? ―preguntaste, sintiéndote un poco nerviosa por su mirada.

―¿No puedo mirar a mi linda esposa?

―Claro que puedes, solo que es curioso ―dijiste cubriendo tus mejillas con la tela de tu ropa al sentir arder tus mejillas.

―Curioso es que llevamos dos años de casados y sigues sonrojándote como si fuera la primera vez que te miro o hago algo tierno contigo ―dijo casi riendo, pues le ocasionaba ternura las reacciones que tenías cuando Mike era demasiado romántico contigo ―¿Y como estuvo tu viaje?

―Excelente realmente, cerramos el negocio con los inversionistas y ―te acercaste a tu maleta sacando el último objeto ― traje este peluche para Abby ― dijiste mostrando el conejito con un sombrerito de playa, el cual sostenía una zanahoria en sus manos ―por cierto ¿Dónde está?, se me hizo extraño que no fuera ella la que me recibiera con un fuerte abrazo y una sonrisa.

―Ella está en el pequeño convivió que su maestra organizo antes de que comiencen las vacaciones de verano.

Asentiste recordando que Abby te lo había dicho, incluso pedía de tu ayuda para armar un bonito outfit para ese día y lo que haría con sus amigos. Tomaste el conejo y lo guardaste en tu armario para cuando llegara de su convivio poder entregárselo. Estabas por tomar alguna ropa que te hiciera sentir cómoda. Sentiste como unas manos rodeaban tu cintura, era Mike, quien te pego más para sentir tu cuerpo y dejar pequeños besos sobre tu cuello.

―Aprovechando que Abby no está en casa, podríamos atender unas cosas, ¿no lo crees?

Mike mordió tu oreja, enviando escalofríos por todo tu cuerpo. Sentías un gran bulto detrás de ti, sabías que comenzaba a excitarse, Jesús, la última vez que ustedes tuvieron intimidad fue hace un mes, estabas tanto tiempo trabajando para cerrar ese negocio que olvidabas las necesidades tuyas y de tu esposo

No pudiste resistirte ante las caricias y besos de Mike, simplemente era un castigo que tu sola te estabas dando, te giraste para besarlo. Mike, por su parte, te besaba, chocando sus lenguas, Mike bajo sus manos, recorriendo estas de tu espalda hasta tu trasero, para tomar fuertemente de este y cargarte. Por instinto apretaste tus piernas al rededor de él, te llevo hasta su cama y te coloco suavemente sin despegar sus labios de los tuyos, comenzó a dejar escasos besos por tu cuello, quitando tu camisa de tirantes y comenzar a besar tu estómago hasta llegar a tu vientre, desabrocho rápidamente tus pantalones y de un tirón te los quito, dejándote únicamente en ropa interior.

―Realmente me extrañaste cariño―jadeaste ante tanta agresividad por parte de tu esposo.

―Sí, realmente lo hice, extrañe tus besos, tus toques, el cómo tiemblas debajo de mí y me arañas la espalda cuando toco ese lugar que tanto te gusta.

Decía casi al borde del éxtasis, besando nuevamente tus labios, Mike recorrió todo tu cuerpo con su mano, tocando tu figura y caderas, admirando cada parte de ti, llevo su mano hasta tu parte sensible, abriendo tus piernas y comenzar a acariciar de forma circular por encima, provocándote cada vez más, Mike se deshizo de tu prenda interior, metiendo poco a poco sus dedos para comenzar a meter y sacar, simulando embestidas, que poco a poco comenzaban a hacerse más rápidas.

―Mike...

Mike no respondió, solo soltaba pequeños jadeos, estaba tan centrado en tus jadeos y el cómo su nombre salía de tus hermosos labios, simplemente lo hacían perder poco a poco la cordura. Tu clímax se acercaba y Mike lo noto al ver como movías tus caderas para que llegara más profundo.

No pudo soportarlo más, saco sus dedos de tu interior, jadeaste por eso, estabas a nada de terminar, se borró tu molestia al ver como este se quitaba su bóxer, estabas tan concentrada que no viste en que momento se había deshecho de su ropa. Viste lo duro que estaba, no recordabas de lo grande y grueso que era, Mike se cernió sobre ti, besando nuevamente tu cuello, frotaba su dura polla en tus labios, haciendo que comiences a desesperarte.

―Podrías simplemente meterlo.

Dijiste, Mike sonrió pícaramente. Como habías ordenado, Mike comenzó a meter poco a poco su miembro, gemiste ante su grosor, Mike entro por completo, besando tu cuello para que pudieras relajarte y acostumbrarte al tamaño, pues estabas tan apretada que le era un poco imposible que pudiera moverse.

A la par de los minutos comenzaste a mover tus caderas, Mike sabia que su chica estaba lista para la acción. Comenzó con pequeñas embestidas, Mike solía ser tierno y romántico en sus noches de intimidad, pero hoy no, llevaba tanto tiempo de no tener nada, ni siquiera tocarse mientras pensaba en ti, prefería estar contigo que masturbarse. Sus embestidas comenzaron a tomar velocidad, convirtiéndose en fuertes y violentas embestidas.

―"______", e-estoy cerca.

Dijo con voz roca, amabas esas noches, pues la voz de Mike se volvía mucho más ronca de lo normal, jalo tu cabello, encajando su cara en tu cuello, podías escuchar sus jadeos y gemidos roncos, la velocidad aumento un poco más, haciendo que ambos lleguen al clímax.

Mike salió de tu interior, tirándose a tu lado, la habitación quedo en silencio, solo podían escuchar sus respiraciones que trataban de calmarse. Mike se giro a ti, colocando un mechón de tu cabello detrás de tu oreja.

―Me iré a duchar para recoger a Abby.

Dijo viendo lo sudado que se encontraba, dejo un tierno beso sobre tus labios, se puso de pie, pero antes de seguir su paso lo detuviste.

―Yo voy contigo.

Dijiste, Mike dibujo una sonrisa en su rostro, se acercó hasta donde estabas y te cargo como un costal de papas para entrar ambos a la ducha.

[Listo, lo prometido está aquí picaronas, como podrán ver, no soy muy buena haciendo este tipo de escrituras, pues suelo pensar poco con estas cosas, prefiero leerlas, pero, pues aquí está, realmente agradezco todo, por mi parte es todo y espero verlas en mi nueva historia de William Afton <3]