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Aquella joven, llena de estrés, corría detrás del auto que había raptado a aquel pobre niño, quien solo la miraba confundido desde la parte trasera del auto, mirando como este se alejaba retornando para desaparecer como si nada.

"_______".

De nuevo, ese mismo susurro, esa misma voz, a pesar de ser un susurro, se podía distinguir una voz aguda como si de un niño se tratara. La joven volteó su vista para atrás, mirando de donde provenía aquel susurro. Era él, el de nuevo, aquel hombre de tez blanca, con un suéter verde, y con el rostro a morir se encontraba de nuevo allí, en ese sitio, parado completamente congelado, mirándola con el ceño fruncido, el sujeto solo la miraba y analizaba, en su rostro se veía las ganas de descubrir quien era ella y porque de pronto aparece en ese sueño.

Lo mismo se preguntaba ella, por qué de pronto volvía a soñar con los mismos sujetos, las mismas personas, esa gran familia que nunca en su vida había visto, por qué salen en su sueño, y lo que más curiosidad le daba, era el sujeto del auto, el mismo auto, la misma silueta, el mismo hombre llevándose al mismo niño.

Susurros volvían a sus oídos, susurros de como la llamaban por su nombre. La menor comenzó a caminar hacia atrás, mirando de un lado a otro, desesperada al no saber de donde o de quién era el llamado a su presencia. La joven tropezó cayendo al tedioso pasto, despertando de golpe como era de costumbre.

―Cariño, ¿qué sucede? ¿Te encuentras bien?

Llamo su madre apurada al ver que su hija estaba sudando y respirando agitadamente. La menor tomó asiento en su cama, tomando aire para relajarse un poco.

―¿Cariño? ― La menor miro a su madre.

―¿Qué decías mama?

―¿Estás bien? Solo venía a decirte que la cena ya está lista antes de que te vayas, pero te noto muy mal, no creas que te dejaré ir así si te sientes mal, ese servicio puede esperar mamita.

―No, no, mamá, me siento bien, creo que me voy a resfriar o algo ―dijo con una leve sonrisa para no preocupar a su madre.

―Todo por bañarte por las noches, yo te dije que tarde o temprano te ibas a enfermar pero eres necia como tu padre. Por cierto mi amor, Vanne me llamo para decirte que en media hora venía por ti.

―¿Tan pronto? ―la menor frunció el ceño, tomo su reloj mirando la hora, marcaban las diez y media en punto.

―Dormiste demasiado, llegaste de la escuela y caíste rendida, ni siquiera comiste algo. Pero bueno, allá abajo está tu cena, y te puse un lunch para que comas en tus ratos libres.

―Mama estaré de regreso antes de las seis, dudo que me dé hambre.

―Lo sé, pero no quiero que te pase algo o estés sufriendo cariño, así que baja a cenar para que te vayas con Vanne tranquila.

La menor asintió en respuesta, entendía la preocupación de su madre, después de lo que ocurrió cuando era niña, sabia que era algo que su madre en su vida quisiera experimentar de nuevo.

La menor tomó una ducha. Entro a su habitación y abrio el obsequio que Vannesa le había dado, era un uniforme algo similar al de un oficial, a excepción que este era color negro y le quedaba algo grande. Bajo las escaleras para aproximarse al comedor donde se encontraba su madre leyendo un libro y su padre el periódico. Ceno mientras conversaba con sus padres sobre su día en la escuela, de sus amigos y como es que cumplirá sus horas de servicio social.

―Me parece perfecto que Vannesa quiera ayudarte en el cumplimiento de tu servicio social, así estamos más tranquilos, ella cuidara de ti perfectamente ―dijo Roberto, padre de "_____".

𝐘𝐎𝐔 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄? | 𝗺𝗶𝗸𝗲 𝘀𝗰𝗵𝗺𝗶𝗱𝘁 𝘅 𝘁𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora