mi cuerpo y el tuyo, elixir del amor eterno🫀🥀

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-descansa Liz, quiero que te encuentres despejada el día de mañana.

-pero Alan...¿y si no quiero dormir en este momento?

-¿qué es lo que deseas entonces?

-lo que anhelo contigo es desvelarme sin contabilizar el tiempo.

-¿podrías ser más clara, cariño?- le sonrío dulce.

-si insistes- se lanza a mis labios de manera rápida,  lo cual me toma por sorpresa y mi cuerpo se sobresalta. 

-pequeña tramposa-mascullo contra sus labios estas palabras.

-hazme tuya Alan. Es hoy o nunca- sus palabras roncas resuenan en mi oído. Mi cuerpo se debilita y mi piel se estremece de deseo. Los gruesos labios de Liz forman un camino de besos en todo mi cuello.

¿Es lo que quieres realmente?- le cuestiono yo, ya perdiendo el control.

-nunca quise algo con tantas fuerzas Alan- atrapa mis labios agresivamente- ahora tómame.

Sin emitir ni una sola palabra más,  cargo a Liz en mi regazo y la presiono contra la pared.

-oh, Alan...-dice entre quejidos de placer  Liz.

Presiono sus hermosos pechos con mi palma mientras le devoro los labios. Tan jugosos, tan míos. La arrojo a la cama y saco por su cabeza el vestido. Si pudieran verla...su piel tan blanca cómo la nieve, esa cicatriz y lunar tan sensual que tiene en su muslo izquierdo. Un cuerpo majestuoso, sexy y aniquilador. Arrojo mi playera por la cabeza, quito toda prenda de mi cuerpo  y la abrazo ya desnuda. Se nos nublan los sentidos. Mis neuronas se marean y distorsionan, siento como si estuviese en un viaje astral en tiempo real. Nuestras caderas se ondulan de placer, tan sincronizadas y hechas la una para la otra. Liz gime bajo, su palma se halla en sus labios, ahogando esos quejidos que no pueden resonar como gritos debido a nuestro secreto. 

-¿por qué no te encontré antes, pequeña?- susurro en su oído mientras caigo en un extasis de hormonas.

-ya lo hiciste- Liz suelta un grito ahogado cuando llego más profundo. Mientras la lleno más y más. La tomo del cabello y lo enredo en mis dedos. La beso segundo a segundo. Gastándonos los labios hasta que nuestras almas ya no puedan más.

-¡joder, Alan!- se retuerce bajo mi cuerpo y lanza su cabeza hacia atrás.

-sí preciosa, hagámoslo- en cuestión de segundos nos desplomamos juntos. Abrazados, llenos de sudor y anhelo.  La luz de la luna pega en los ojos de Neumann.

-mira esos ojos- le aprieto una mejilla- que bello color almendra.

-supongo que tu eres la ardilla entonces- la risa de liz resuena mientras cubre su boca con la almohada para no alertar a nadie.

La abrazo fuertemente en cucharita.  Acaricio su contorno con la yema de mi índice. Con la otra rasco su cabecita mientras se duerme. Cae profunda, con el rostro sonriente y sereno. Como si después de tanto tiempo se sintiera protegida y segura. Y yo, perdidamente enamorado de ella, un juego de amor o cordura que me tiene en llamas. Le amo, yo amo a Liz Neumann.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2023 ⏰

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