Artoria, la esperanza y un trato

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La lanza brillaba de manera tan arbitraria que parecía estar viva, John se quedó pasmado, podía sentir el poder del arma, era descomunal, igualaba a Excalibur en todos los sentidos.

El brillo del arma era cegador, pero había algo raro, el brillo titilaba, se atenuaba y brillaba, ondeaba entre esos dos estados, casi parecía que el arma quería comunicarse con su usuario o que tenia vida propia.

De la nada y en un instante, Excalibur también hizo acto de presencia sin necesidad que John la sacase, las dos armas brillaron dejando el paisaje en blanco, John cerro los ojos sin saber que estaba pasando.

Varios segundos pasaron y John abrió los ojos poco a poco, cuando su visión regreso por completo, John se sorprendió al ver que ya no se encontraba en su habitación, el paisaje que debía de ser su cuarto, había sido cambiado por una pradera llena de flores, un cielo dorado y una torre gigantesca en el centro de todo.

El paisaje parecía utópico, la paz reinaba y su alma se sentía en armonía.

-John - una voz detrás de el.

Al voltear, vio a una mujer de pelo dorado cuerpo voluptuoso, uniforme azul con algunas partes de armadura plateada, sus ojos irradiaban brillo, eran verdes como el pasto, su figura era hermosa, una mujer ideal.

Detrás de ella, Excalibur y Rhongominiad se encontraban flotando.

-Bienvenido mi heredero, ahora mismo te encuentras en la distopía siempre distante conocida como Avalon, yo soy Artoria Pendragon o mejor conocida en el mundo como Arthur Pendragon, El Rey de los caballeros - dijo la mujer tranquilamente.

La información dejo a John perplejo, el pensaba que el rey de los caballeros sería hombre, pero al parecer nunca hay que tener prejuicios.

-Aunque eso solo aplica en mi mundo de origen - dijo llamando la atención de John - al parecer este es otro mundo diferente al que estoy acostumbrada, en mi mundo lo único que existían eran magos y apóstoles muertos, aquí, diablos, angeles y angeles caídos existen y puede que toda la amalgama sobrenatural también exista.

-¿Que quieres decir? - pregunto John algo confundido

-Bueno, en rasgos generales, los poderes que tienes no son originarios de este mundo que tú resides, sino de otro que no conoces - dijo sorprendiendo a John.

-Basicamente, ¿Estás diciendo que la teoría del multiverso es cierta? - pregunto John con fascinación e intriga.

-Si, es verdad - dijo Artoria - pero está confirmación solo fue posible por un fenómeno mayor que paso en las tierras de universos paralelos - termino de decir

-Que fue lo que causó ese fenómeno - dijo John curioso

-Veras, en mi mundo hay 2 entidades que tienen omnipotencia, Gaia y Alaya, estás 2 si bien no están en conflicto la una con la otra, si tienen diferentes ideas sobre que es lo importante a mantener, una piensa que toda la vida del planeta es importante y considera a los humanos una amenaza, mientras que otra tiene a la supervivencia de los seres humanos como una prioridad, la primera que mencioné, se llama Gaia, está representa la voluntad de la tierra y de alguna manera, logro hacer conexiones con las otras conciencias dormidas de otras tierras, despertandolas y causando que algunas de las leyes de mi mundo puedan manifestarse y tener peso en otros - termino de decir.

Esto dejo a John perplejo, el mundo había tomado conciencia.

-Ahora, eso no significa que tú mundo haya obtenido conciencia - dijo ella ganándose la atención de John - tú mundo tiene dioses, por lo que no es posible manifestarse para Gaia y Alaya, ellas solo pueden existir en un mundo donde la era de los dioses ha terminado, cosa que obviamente tú mundo no ha terminado, pero al momento de tratar de hacer la conexión, una pequeña franja de energía logro pasar el espacio-temporal, esa energía, es lo que te dio tus poderes, tus poderes que una versión alterna mía, conoce muy bien - dijo ella seriamente - El poder de replicar cualquier arma, aunque especialmente espadas, que tú veas y tener la habilidad de invocarlas a voluntad, un mundo de espadas, ese, es tu poder John Carlston - dijo ella de manera solemne - aunque, no esperaba que también fueses descendiente del Arthur Pendragon de este mundo - termino de decir con una pequeña sonrisa.

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