Introducción

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La familia Addams un grupo de gente con lazos sanguíneos que parecían odiarse entre si, vivían en los ángeles, el condado mas poblado de estados unidos, pero estos parecían por voluntad propia haberse aislado drásticamente de las demás personas. Morticia y Homero Addams, casados hace diecisiete años ahora tenían dos hijos con nombres apropiadamente particulares; Merlina, dieciocho años, se fue a la universidad de new york hace poco mas de un año obligada por su padre; Pericles, dieciséis años aun iba a la escuela e ignoraba los comentarios de su padre sobre seguir los pasos de su hermana, quien él sabía perfectamente que había sido obligada a seguir los de él.

Merlina siempre fue una adolescente callada, de pocas palabras, no buscaba relacionarse con nadie pero tampoco buscaba ser un espécimen malvado, consiguió algunas amigas o era lo mas cercano que podría llamarlas, ellas la llamaban "hermana", a causa de eso quiso vomitar mas de una vez. Bianca y Divina, dos jóvenes que habían apostado hacer sonreír a la morena durante la ceremonia de bienvenida de la universidad, se habían convertido en sus mas leales amigas, o es lo que a ellas les gustaba creer. Bajo el interés amoroso no había nadie, no estaba interesada pero tampoco negada, se acercó a ella un tipo alguna vez, Tyler era su nombre, aun puede recordarlo cuando se le eriza la piel, se niega a pensar que tuvo miedo de ese hombre que la acorraló sin su consentimiento un día en el estacionamiento después de clases, y después de que le hiciera la peor propuesta del mundo para invitarla a salir.

Pericles, un adolescente como cualquier otro, su vida era la escuela y mas allá no había nada, los mas grandes dramas de su vida se habían desarrollado siempre con las mismas personas, tenía dos mejores amigos, Enid y Eugene, con el último llevaba desde pre-escolar estudiando juntos, prácticamente eran como hermanos de diferente madre, y vaya que eran diferentes, la madre del chico era tan dulce que, sin decirlo en voz alta, hacía sentir a Pericles miserable por los padres que le toco, él era un poco diferente al resto de los Addams, según su tía era mas débil, no tenía el carácter ni la docilidad que les caracterizaba, y era verdaderamente malo intentado tener el mismo repelo con la gente que su hermana. A Enid la había conocido en el último año gracias a Eugene quien secuestro a la chica el primer día de clases y la obligo a unirse a su pequeña manada, la rubia era encantadora, un ser humano que iba a lamentar insistirle tanto sobre conocer a su familia.

La familia Sinclair, vivían en pleno centro de la ciudad, cayeron bien inmediatamente al llegar a su nuevo barrio. Esther la matriarca de la familia había llevado obsequios para su propia bienvenida entregándoselos uno a uno a cada vecino, quienes quedaron encantados, después de eso ella atribuya a que fue pan comido meterse a todos en el bolsillo. Murray, el patriarca no hacía mas y mucho menos, miraba de cerca y sonreía justo detrás de su esposa y al costado de sus dos hijas, Enid e Isabel, ellas eran obligadas a sonreír también.

Enid, diecisiete años, había sido arrastrada a Los Ángeles por su madre después de que perdiera el año en una de las mejores preparatorias de New York, no fue porqué no se le dieran los estudios, de hecho era muy buena, pero luego de pegarle directamente a la rectora no hubo mucho mas hacer, y por lo tanto no hubo otro castigo mas drástico que mudarse, le gustaba indiscutiblemente leer, escribir y dibujar. Pensó que se le haría difícil conseguir amigos en una ciudad como ésta, mientras sobrevolaban la ciudad pensó que quizás la gente iba a ser hostil y malvada con ella pero no lo fue, al menos no todos, el primer día encontró a dos pelinegros algo mas bajos que ella que la adoptaron en su pequeña manada, estuvo confundida el primer día sobre quedarse en ese mismo sitio que los chicos habían reservado para ella en la segunda clase.

Isabel, la hermana menor había decidido tomarse un año sabático a los quince años, la decisión fue realmente fácil, se levantó el primer día de escuela y mirando a sus padres y a su hermana a los ojos dijo "No iré a ningún lado este año" seguido de ese se marchó a su habitación, sus padres corrieron detrás de ella en busca de alguna explicación pero como ya lo había tramado antes su mejor respuesta fue el silencio, a los tres días se habían olvidado de que en casa había alguien de quince años con la preparatoria en pausa y a quien usaban para hacer los mandados de la casa.

Un día de tantos de diciembre la muerte toco la puerta de los Addams, golpeando muy duro a la familia pero sobre todo a Homero Addams. Morticia, había fallecido después de un año bajo quimioterapias y diferentes tratamientos que hizo su esposo para tratar de salvarla, pero fue en vano, habían decidido mantener ese asunto en privado, pero ya no lo podían aguantar mas.

Historia escrita por: @giplgbt  y sircuervo  

Serotonina Wenclair AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora