Capítulo 21

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La morena aún estaba parada frente a Enid cuando está se asomó por la ventana indicándole que el chico se había marchado, Merlina giro los ojos y alzo los hombros restándole importancia.

— No debiste golpearlo. —empieza a decir Enid — No me mires así, no lo digo por él, lo digo por ti, puede causarte problemas.

— Que lo intente. —la morena tenía las manos otra vez escondidas en los bolsillos de la sudadera — Que haga lo que le de la gana. —Enid se acerca hasta estar a casi centímetros de la morena, cogiendo sus manos y tratando de sacarlas de sus escondites.

— Solo decía. —lo dice tan cerca de sus labios que puede sentir el suspiro que suelta la morena.

— ¿Llamarás a la policía si vuelve por aquí y yo no estoy? —pregunta preocupada.

— No creo que la policía le haga mucho caso a una chica menor de edad. —la morena gira los ojos.

— Es eso o es que no quieres acusarle. —resopla — No estaré aquí durante meses, ¿vas a permitir que venga a molestarte?

— ¿Qué insinúas? —Enid se detiene un momento y analiza a la morena mirando hacia otro lado y suspira pesadamente — Basta, no quiero discutir y estamos perdiendo el tiempo, prometo que llamaré solo si lo considero necesario. —la morena asiente, aunque con molestia, tampoco quiere discutir.

— Esta bien. —dice después de unos segundos en silencio— Dijiste que tenías sorpresas. —empieza a decir la morena mientras sus manos van hasta la cintura de la chica — ¿Ya no me las darás? —Enid gira los ojos pasando sus manos por el cuello de la morena y empujando su rostro hacia ella.

El beso asciende de nivel demasiado rápido, pronto están besando sus cuellos y pegando lo mas que pueden sus cuerpos, las ansias que desprendían las dos por volver a encontrarse sus pieles desnudas era demasiado evidente, Enid bajo sus manos hasta la sudadera de la chica quitándosela de encima, resoplo cuando se dio cuenta que abajo de ésta tenía una prenda más, hizo lo mismo hasta que solo quedo en sujetador.

— ¿No deberíamos ir a tu habitación?

— Creo que si. —Enid se aparta suavemente de la morena para luego coger una de sus manos y arrastrarla por el pasillo hasta su habitación, cuando llegaron a las dos les importo poco el desorden de alrededor, fueron despojándose del resto de ropa que les quedaba y cayeron directamente en la cama, sudadas y con deseo de control los besos que eran esparcidos por cada milímetro de piel se detuvieron — ¿Trajiste protección? —la morena se levantó brevemente de la chica para mirarla y luego asentir, se levantó desnuda dejando ver a Enid su pene totalmente erecto casi apuntándole la cara.

— Deben estar por aquí. —empezó a decir mientras volteaba sus pantalones tirados en el suelo para buscar los preservativos — Carajo. —murmura.

— ¿Qué pasa? —Enid seguía en la cama, mirándola expectante — Ya ven aquí. —el tono caprichoso y el como abre sus piernas atrayendo la mirada de la morena hace que la chica se lleve las manos a la cabeza.

— Compré algunos el otro día, pero se me quedaron en casa. —empieza a decir apenada acercándose otra vez a la rubia, pero esta vez para sentarse en la orilla de la cama desanimada.

— Tuvimos suerte la otra vez, no creo que se repita. —dice la rubia — No tentemos al universo. —suelta una suave risa mientras se apoya en la espalda de la morena — Esta bien, podemos hacerlo cuando regreses. —la morena regreso a mirarla como si la hubiera insultado.

— Regreso en seis meses. —dice de manera caprichosa, Enid gira los ojos riendo y se levanta para subirse a horcadas en las piernas de la morena, al estar ambas desnudas suspiran al sentir el calor de sus intimidades tocándose levemente — Dijiste que no podíamos.

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⏰ Última actualización: Feb 28 ⏰

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Serotonina Wenclair AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora