Amar A Muerte

Capitulo 17 Final 2/3

—Está horrible —mencionó Ryan, arrugando la nariz y mirando de un lado a otro en el almacén.

—Sí, bueno, es un almacén donde viene gente a drogarse —informó Summer—. ¿Esperabas acaso un hotel de 5 estrellas?

—No, no, no —sacudió la cabeza Ryan y luego sonrió tímidamente a Summer—. Bueno, sí, aunque he de admitir que, pese al pobre decorado, es bastante espacioso.

—Es que no es un almacén como tal —intervino Midge—. Es un edificio pequeño abandonado.

—¿Un edificio de un piso? —preguntó Ken, escéptico—. ¿Sabes que eso no existe, cierto?

—Ken, lo diré lentamente, ya que puede resultarte sorprendente, pero el hecho de que tú seas un idiota no hace que todos a tu alrededor también lo sean —masculló Midge con el ceño fruncido.

—Los pisos están debajo del suelo. Solía haber un piso arriba, pero no tengo idea de qué le pasó —agregó Summer, evitando que Ken hablara. El chico solo se limitó a fruncir el ceño hacia Midge.

—Podríamos resguardarnos en el primer piso del subsuelo —sugirió Midge—. Al menos no estaremos tan expuestos como aquí arriba.

—Me parece bien. ¿Cómo bajamos? —preguntó Ryan.

Summer se rió casi con pena.

—Verás...

(***)

—No comprendo.

Raquelle se movía de un lado a otro en la cocina mientras sentía la mirada de Barbie sobre ella.

—¿Qué parte? —preguntó sin mirarla y aún caminando de un lado a otro.

—La parte en la que crees que soy una asesina —aclaró la rubia.

Raquelle se detuvo y la miró fijamente a los ojos.

—¿Eso le dijiste a Midge? —señaló, su voz teñida de ansiedad.

Algunas emociones pasaron por los ojos de Barbie; al final, pareció quedarse con la confusión y le sonrió tentativamente.

—No he visto a Midge desde que fuimos al centro comercial, Raquelle.

Raquelle se mordió el labio inferior. Literalmente salieron ayer al centro comercial; literalmente ayer, Barbie le estaba llorando a Ken.

Literalmente ayer, ella se dio cuenta de que podría tener sentimientos por la rubia.

¿Cómo demonios se había cambiado toda la trama en 24 horas?

—Eso no puede ser, ella vino a mi casa con esta historia —diferió Raquelle, empezando a jugar con sus manos—. Dijo que le diste permiso y que tu padre estaba aquí.

Barbie sonrió algo triste.

—Mi padre está muerto, Raquelle. No sé por qué Midge te mintió de esa forma, pero él lleva muerto algunos años.

La mente de Raquelle empezó a correr.

¿Midge les había mentido?

¿Había mandado a su hermano a su muerte?

¿Barbie no era una asesina?

La pelinegra sacudió la cabeza intentando concentrarse. Recordaba que Midge había dicho que Barbie era una buena mentirosa; después de todo, había una razón, además del dinero, por la que aún no había sido atrapada.

—¿Podrías no mentirme? —pidió Raquelle, intentando sonar más segura de lo que se sentía—. Midge llegó a mi casa con pruebas. —Mentira, solo tenía la palabra de Midge como prueba.