CAPITULO III

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"Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y salió para hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.

Apocalipsis 12: 17"

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Mar se sentía la reina del mundo, mientras iba bajando las suntuosas escaleras de caracol. Al llegar al final se encontró con Azael quien ya la esperaba, este tomo su mano y le planto un beso en la mejilla, no pudo más que sonrojarse, nunca había sido tratada de esa manera, tan especial, como si fuese ella el centro del universo.

Pero había algo que no la dejaba sentirse a gusto plenamente, en su mente se repetía una y mil veces "nadie da un cigarrillo si más tarde no vuelve por las cenizas".

Terminó de recorrer el camino hasta la mesa y, una vez sentada encontró el valor para preguntarle, directo y sin tapujos.

__ ¿Azael, que es lo que realmente quieres de mí?, todos esto, el palacio, la ropa, las atenciones ¿qué quieres de mí? le repetía la joven.

__Tranquila pequeña, le contestaba Azael, no quiero que te llenes de preocupaciones solo quiero que disfrutemos la velada, a mi lado tendrás el mundo a tus pies.

Si pero, ¿porque me quieres regalar el mundo? ¿Dónde estamos?

Todo esto, parece tan irreal. Azael hasta tú eres irreal, jamás había conocido a alguien como tú, pero cuando lo pienso tengo el presentimiento de que ya te conocía solo que no lo puedo recordar.

Pequeña siénteme soy tan tangible como tú, Azael se le acerco y roso su labios con los de la joven, provocando que se erizara la piel de la muchacha, quien sentía la cálida respiración de aquel hombre en su rostro y poco a poco fue sucumbiendo al deseo dejándose llevar por la caricias que este le otorgaba sintiéndose una vez más como en un sueño.

Mi pequeña Mar, tan profunda como el océano. Le susurraba Azael al oído.

__Quiero hacerte mía eternamente, tú me perteneces. ¿Lo deseas, me dejarías entrar?

Mar no podía articular palabra, estaba obnubilada por el deseo, levanto la cabeza y abrió sus ojos.

Azael pudo ver las pupilas dilatadas de la joven, no se contuvo y profundizo un beso que mar correspondió, este se apartó un segundo para decirle, solo quiero algo de ti, una pequeña cosa que no te es de utilidad, no te sirve para nada.

En seguida, el temor de la joven se hizo patente nuevamente.

__ ¿Dime que quieres Azael?

__Este la apretó más contra él, quiero el fruto de la vid, el que llevas dentro de ti.

__Mar abrió los ojos de par en par.

__ ¡Que llevo dentro de mí!, se dijo a sí misma en ese momento, —repitiendo las palabras de Azael—, al tiempo que recordó a Seferina, así como la imagen de la pequeña niña que le tendía lo brazos, recordó el quirófano, y empujo a Azael.

¿Quien eres realmente?, te presentas ante mí, dices que me quieres regalar el mundo, pero lo que me pides a cambio no es poca cosa, quieres que te deje entrar por propia voluntad, pero realmente no me estas dejando pensar, me tienes abrumada con todo este palacio, los lujos, tu forma de hablarme y de tocarme, déjate de rodeos se directo, dime lo que quieres.

En ese momento, el rostro de Azael que hasta hace un momento era hermoso y lleno de luz y paz de transfiguro en uno terrorífico, Mar se puso e pie y comenzó a retroceder llena de miedo cayendo de espaldas, mientras Azael se iba le encimando.

__Niña estúpida, ¿qué quiero de ti?, ¡quiero tu alma!, quiero al fruto de vientre, acaso me rechazas a pasar de haberte ofrecido todo cuanto puedas imaginar.

Mar comenzó a llorar descontroladamente presa del terror, por primera vez entendía que realmente se encontraba en grave peligro, y deseo con todas sus fuerzas que Seferina estuviese allí para ayudarla, inmediatamente una luz blanquecina y cegadora ilumino la habitación en la que se encontraban.

Y ante ellos apareció la hermosa mujer, esta vez mar pudo ver que tenía unas alas blancas desplegadas en su espalda y, en su mano llevaba desenvaina una espada blanca como el metal más pulido, era una hermosa y a la vez aterradora aparición, era un ángel vengador, se interpuso entre la joven y Azael.

De la boca de Azael salió una lengua bífida, y sus ojos antes dorados, ahora eran negro como la noche, al igual que su cabellera, su hermosa piel blanca, tomo una tonalidad blanco cetrina recordando la imagen de un moribundo, una hermosa espada con empuñadura de hueso apareció también en la mano de Azael, y la apunto en contra de Seferina.

__Has llegado tarde ella me pertenece, no puedes hacer nada Sefe, ya me dejo entrar, su alma es nuestra, así como el fruto de su vientre. Esta batalla ya la perdiste.

__Seferina, lejos de mostrarse llena de temor, por el contrario asió con más ímpetu la espada, blandiéndola en contra del ángel nocturno, te equivocas Azael dile a tu señor que no puede engañar a Dios, ella no te dejo entrar a pesar de tus tentaciones, hizo uso del libre albedrío y perdiste.

Un fuerte grito se oyó en todo el lugar, Azael se lanzaba en contra de Seferina.

Mar solo lograba ver el destello de las espadas al colisionar, solo se veían dos puntos de luz que se movían con increíble rapidez. Mientras estaba en el piso luzbel la sierva de Azael se llegó hasta la joven, tomándola de la muñeca la levanto bruscamente mientras con la otra mano sujetaba a la joven del cuello.

Solo tenías que decir que si a mi señor. Eres una pobre mortal, crees que Dios y sus ángeles orgullosos se preocuparan por ti, ilusa niña tonta, piensas que porque dijiste que no, no hay otros métodos por los cuales hacer que le entregues a la oscuridad lo que tanto quiere, mar no podía respirar, tanto por el miedo y la desazón, como por la mano que luzbel mantenía en su cuello cortándole la respiración, debería succionar tu alma hasta que no quede nada de ti, pero mi señor tiene otros planes y te quiere con vida. De la boca de luzbel salió una lengua con la que acaricio la mejilla de la asustada joven.

De pronto Seferina se apareció frente a ambas mujeres y con un fuerte golpe del dorso de la mano del Ángel, luzbel salió despedida soltando a la mujer al tiempo que era golpeada. La diablesa, tomo la posición de un reptil a punto de atacar, en ese momento Seferina tomo a mar en sus brazos y así como llego se fue llevándose a la mujer con ella, mientras que ambos demonios quedaban relamiéndose las heridas, llenos de rabia al haber perdido a la mujer.

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Hola se que les habia dicho que la entrega seria cada viernes, pero no me resisti y aqui les dejo este nuevo capitulo.

Por cierto, les comento que esta historia esta concursando en: #JustWriteIt, #LeadingLady

desafío escrito de 30 días, por lo que ya me queda poco tiempo para teminarla...

VERDADERO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora