nunca quise ♱ aimar x scaloni

011

(⚠️) Leve feminización

Aimar no pudo dormir plácidamente como siempre ama hacer, sus piernas dolían como si hubiese jugado 90 minutos sin parar, pero definitivamente el dolor en su interior era castigador.

Sus rulos se despegan del almohadón, sus pestañas largas dejan ver la diaria imagen de sus brazos abrazando su almohada, su torso estaba descubierto y aunque raramente dormía en boxer, parecía no recordar como esta vez si dormía sin pantalón o short. Levanto su vista para mirar alrededor, la habitación era en pocas palabras un desorden, pero su único objetivo era Lionel, y rápidamente lo encontró.

El brazo colgaba por el colchon y su cabellera estaba mas larga de lo normal, sus ojos cerrados suavemente y sus labios abiertos delicados, su torso marcado y su espalda llena de músculos tenía rasguños y demas marcas. Aimar desvió la mirada avergonzado cuando Lionel abrió el ojo amenazador.

—"que pasa, ¿Te quedaste con ganas?"— suelta una risa nasal con su voz ronca debido a sus primeras palabras del dia, luego se da vuelta, ninguno de los dos planeaba levantarse y arrancar el dia de descanso.
Aimar repetía la ultima pregunta, no recuerda haber hecho nada con Lionel en la habitación.
Pero indagando en su mente, imagenes sueltas vuelven, avergonzado inunda su rostro en su almohada.

No solamente habían llegado a la habitación después de un gran episodio en el baño, si no que Lionel estaba imparable.

Lo tomo por los hombros para estamparlo contra la puerta, donde la pelea en besos era rapida y violenta, Aimar fue rapido cuando sacó la camisa del contrario para marcar su espalda, el menor recibió chupones en la zona del cuello y no mas cuando el accionar de Lionel fue tirarlo en la cama.

El cuerpo debajo del santafesino estaba oscuro pero reflejaba luces con ternura, Lionel amaba como tanto físicamente como mentalmente era superior al cordobés, era tan pequeñito y delicado que solamente queria romperlo.
Los pantalones de tuxedo de Aimar eran arrebatados una vez mas en esa misma noche, dejando expuesta otra vez la tan ansiada vagina de Pablo.
Lionel abrazo a Pablo cuando entro por segunda vez en esa noche, el interior de Pablo seguía igual de calido, lubricado y apretado, perfecto para él, —"Estas perfecta para mi"— Habla Lionel. Las piernas de Aimar fueran colocadas en el hombro del mayor para lograr mas estiramiento, Aimar sollozaba al sentir como cada centímetro y vena del mayor se abre camino violentamente, Lionel no había dejado que la sensación sea acostumbrada por el menor, y otra vez el dolor palpitante se presentaba en el acto, Pablo estaba sorprendido al sentir como el miembro palpita curvándose levemente en su interior.

Lionel amaba ver a Pablo llorar, sentir que le genera alguna emocion o estimulacion no deseada —"te voy a coger de tantas maneras que me voy a cansar de tu concha"— expreso vulgar y sin ningún remordimiento, Aimar abrió los ojos como platos, mostrando un miedo real en sus ojos de angelito, ante ese último comentario, no le agradaba sentirse denigrado de esa manera.

Pero Lionel mentía, jamas se cansaría de como Pablo actua rudo y maduro cuando aquella noche lo tenía a su encantadora merced, o como cuando es recibido a la perfección por un interior soñado por cualquier pajero como Lionel, 'ninguna porno de compara a esto' expreso para si mismo y obviamente en su mente. Pablo era como una droga, todos la evitan pero tarde o temprano caen en ellas, y desenredarse le va a costar.

Aimar bostezaba para salir de su agotadora cama, luego de haber afrontado los recuerdos nocturnos, vaga por su cocina hasta que la idea de desayunar se le presenta en la mente, sin antes abrir una ventana que dejaría entrar luz al departamento, Lionel seguía acostado en su cama.

Mientras el cordobés calentaba la pava de agua, el aire que revolotea las cortinas abrían una vista de Malasia, recordó como una de las tantas ideas de Palermo era pasear por la ciudad o playas.
Lionel bostezo alto, antes de entrar al baño entre quejidos y carraspeos, Aimar saco la pava y apago el gas, para servir el agua caliente en un mate amargo y matutino, como debe ser.

Aimar sale de su trance de organizacion, para recibir a Lionel, que se sienta totalmente agotado enfrente del cordobés, para empezar con una ronda de mates, aun sin decir nada, sobre nada.

—"Palermo quería que hagamos un paseo por la costa, te prenderías?"—

—" Si, mientras no tenga que estar pendiente a ninguna locura, si me prendo"— Rieron ambos, Lionel no quería cargar con ningun borracho y tampoco lidiar con ninguna broma que terminara en un sexo incomodo en la playa.

＊

Aimar iba por su tercera partida de fifa ganada, compitiendo contra Martin, los demas muchachos estaban matando el mediodía, la mayoría se reunió en la habitación que Roman y Palermo compartían al ser la mas espaciosa. Lionel estaba sentado al lado de Pablo, volteado para hablar con Roman y Ayala que jugaban una partida de truco, Saviola y Walter apostaban mientras los primeros mencionados jugaban al Fifa, Lionel, Sergio y Mascherano solamente preparaban lo que almorzarían.

—" Nah, deja..."— Maldice Martin, pierde su cuarta partida ante el cordobés invicto, Pablo rie sobre lo mal que jugaba su compañero.

—" Te rompi el culo Martin, deja de llorar"— Molestaba el cordobés para ser tirado encima del santafesino por Martin.

—" Naaa eso fue lo mas rico de anoche, sin dudas"— Interrumpe Saviola en la charla de Roman y Ayala.

—" Hablando de anoche"— Menciona Walter, dirigiendo su mirada a Lionel que putea a Pablo por tirarse entre su entrepierna.

—" Ustedes donde anduvieron anoche?"— Pregunta Walter para luego adivinar por si solo.

—" Se juntaron con unas chicas no?"— Saviola alargaba las aa y oo de las ultimas dos palabras, tirando de los cortos mechones de Lionel, tratando de obtener una respuesta.
Lionel sonriéndole a Aimar asiente, pidiendo que porfavor no digan nada.

Aimar sentía algo en el fondo de su garganta, similar a cuando tiene su reaccion alérgica a las nueces, cuando su garganta empieza a cerrarse frenéticamente y necesita rasgar su cuello para primitivamente dejar entrar el aire.
Sus ojos se desvían hacia abajo y sus pestañas son decoradas con pequeñas gotitas de lágrimas.

Rápidamente la tensión y los chicos se dispersaron otra vez, Scaloni se levantó del sillón, dejando el menesteroso cuerpo de Pablo en el vacío sofa.
Aimar tenía que reducir sus expectativas, terminar el mundial y olvidarse de ese tal Lionel Scaloni.