𝔔𝔲𝔦𝔫𝔮𝔲𝔢

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Tal y como lo pidió Yunho, se quedaron allí, en el sillón, ambos abrazados al contrario.

El de tez pálida aún jadeaba por aire, pero de a poco iba reincorporándose. Mingi con cuidado lo rodeó con sus brazos, enterrando su rostro en su maltratado cuello.

Luego de unos cuantos minutos más, Jeong tomó las manos que estaban en su cintura y las alejó, haciendo lo mismo con su propio cuerpo, quitándose de encima. Song ya estaba flácido, pero no iba a mentir que ver cómo desbordaba su propio semen de aquella rosada entrada para luego chorrear por esas níveas piernas le hizo pensar en una segunda ronda.

Yunho gruñó apenas se levantó, el dolor en la espalda baja ya estaba presente. Vaya que había extrañado a ese viejo compañero que tan extraño le hacía caminar.

—¿Me prestas tu baño?— Sobó con cuidado su espalda, gimiendo ligeramente ante el contacto.

—Por el pasillo, última puerta a la izquierda.— Aquí se había sacado la lotería, el baño de invitados lo tenía como bodega y no iba a mandar a su cachorro a limpiarse con el árbol aún armado de la navidad pasada a un costado suyo, no, claro que no.

Yunho asintió y empezó a moverse hacia el pasillo, aún soltando pequeños jadeos por el dolor punzante en su zona baja, pero aún así logrando enderezarse para poder caminar más normal.
Su pequeño gigante ingresó a su habitación, al parecer sin darse cuenta, y giró hacia el baño, encerrándose allí.

Le había dado la comodidad de su baño, la amplitud de este y lo aromático que era también. Ahora agradecía a su madre por siempre incentivarlo a mantener un buen orden y olor en toda su casa.

Se levantó del sofá y dió un pequeño vistazo a todo lo que habían hecho, gotas de aquel líquido blanco espeso cayeron sobre el oscuro sofá, resaltándose aún más. Fue hasta la cocina y tomó varias servilletas de papel, pasando algunas por su abdomen que aún seguía manchado y tiró aquellas usadas al basurero, caminando luego hasta la sala solamente para repetir el proceso con el sofá.

Una vez todo limpio tomó toda la ropa y caminó a paso muy ligero hasta su habitación, queriendo ser lo más discreto posible al pasar por allí. En su habitación tenía un escritorio y obviamente su silla, la ropa la dejo allí.

Recordó que su celular aún seguía en el bolsillo trasero de su pantalón, por lo que rebuscó entre aquel repollo de ropa para encontrar el aparato. Al prenderlo, casi queda ciego, el brillo estaba al máximo.
Su vista logró visualizar 02:30 AM, maravilloso, tendrían tiempo para dormir.

Apagó el teléfono y miró la cama, bien... Cabía la posibilidad de que pasaran algo de frío, esta estaba sólo con las sábanas blancas que el menor colocó en la mañana por orden de su madre, quién aún viviendo solo dependía de las órdenes que le daba su progenitora a través del celular.

Suspiró, si Yunho se quejaba del frío el aceptaría toda la culpa.
Se recostó en la cama y de inmediato dejó salir un suave gemido, acomodando su cabeza en su almohada.
El aparato vibró en su mano, aquello le extrañó.

Dobló su brazo derecho hacia él y prendió con algo de pereza el dispositivo, frunciendo el ceño por dos cosas. Número uno; el brillo. Número dos; Seonghwa le había hablado, y eso nunca pasaba a no ser de que la situación lo ameritaba.

Mami >_<
Imbécil, la investigación para bioquímica.
Leído 02:32

Mierda... Ya sabía él que algo había olvidado. Se golpeó internamente y quiso maldecir, pero recordó que su chico seguía dentro de su baño, a tan sólo unos metros de él.

Minki
No nos vuelvas a llevar a fiestas si nos cortarás la diversión así, estúpido.
Entregado 02:34

𝔗𝔥𝔢 𝔇𝔯𝔦𝔳𝔢𝔯 - 𝔜𝔲𝔫𝔤𝔦/𝔐𝔦𝔫𝔶𝔲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora