Recuerdos de vidas pasadas, han sido devueltos a Alexandra.
Ahora y haciendo una promesa a Ara'el, buscarán a su hijo en tierras desconocidas.
Ella, aun no lo entiende, pero un espíritu dormido volverá a despertar, convirtiéndola en presa fácil ca...
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En un mundo lejos del mío, el cual no conocía. Traicionada y arrepentida, así me sentía. Llena de miedos e inseguridades. Lloraba y gritaba, mientras me arrastraban por el suelo de mis dos brazos.
Dos alados oscuros llevaban de mi, según la decisión de los guardianes y el mismo Jo'el fue: «¡Enciérrenla!»
Cuando caí en cuenta que Jo'el estaba frente de mi, me levante y corrí a él, pero solo me esquivo haciéndome caer nuevamente a sus pies.
Mi mirada dio rápido con los Guardianes, que de sobresalto se levantaron de sus sillas y Ara'el, solo gritaba. «¡Ella por él!».
Sabía exactamente que era esto. Tom, a cambio de mí. Todo fue planeado desde un principio, Jo'el estaba bien, y ante su indiferencia supe que ya no me amaba, o simplemente Ara'el, me había borrado de sus memorias, como alguna vez lo hizo.
—¿Jo'el... eres tu? —Masculle asustada observando a cada Guardián que se encontraba pendiente de mis movimientos —Si... eres tú. —Me respondí para mi decepción, al ver su mirada llena de desdén. —¿Acaso... ya no me amas? ¿Sabes quien soy? —Sentía mis lagrimas, humedecer mi rostro, implorando por una respuesta.
Trate a duras penas levantarme del suelo, pero esta vez sentía miedo, sin la aprobación de Jo'el ante mi presencia. ¿Qué harían conmigo? ¿Por qué era tan importante entregarme?
La mirada penetrante de los Guardianes me hacían sentir pequeña. Me estudiaban y uno se levanto para rodearme en un paseo, donde analizaba a la humana que estaba a sus pies.
Escuche la voz de Jo'el:
—¿Como te atreves a traer a esta mujer a nuestro hogar? —Cuestiono a Ara'el, sacándolo de su ubicación y caminando hacia a mi, observándome con frialdad.
—Te lo dije Jo'el... Y tu no me ayudaste ¡Te lo pedí! —Podía ver a Ara'el frustrado ante Jo'el. Yo me sentía fuera de lugar ¿Qué tenia que ver yo, en todo esto? Jo'el se acerco a milímetros de su rostro y balbuceo algunas palabras que no alcance a deducir.
Los Guardianes, volviendo a sus tétricas sillas esperaban... ¡no se que! Entre miradas se comunicaban y solo escuche a Jo'el quien dijo «Enciérrenla» y luego hizo una señal a dos alados quienes por la fuerza, tomaron de mis brazos y me sacaron de la habitación.
—¡Jo'el! —Grite asustada —Por favor... ¡detén esto! —Trataba de zafarme del agarre de los dos emplumados. Pero Jo'el, comenzó a caminar detrás de mi, haciendo caso omiso a mis gritos.
Cruzando el portal de la habitación, me esperaban una gran bandada de Ángeles curiosos, y algunos cuervos observando desde los pilares en lo alto, quienes miraban con sombro a la humana que llevaban a rastras. Escuchaba los murmullos entre ellos.
¿Qué fue lo que hice? ¿Es tan grave enamorarse de un Ángel? Me cuestionaba mientras mi boca no se callaba y lanzaba todo lo que tenia.
—¡Ara'el... eres un hijo de perra! ¡Te desplumare maldito desgraciado! —Mis gritos se escuchaban por todos los recovecos del castillo. Los Ángeles que me arrastraban me miraban con frialdad. Imploraban con sus miradas que silenciara mis groserías, mas no me detenía. Era imposible escapar de sus brazos pero aun así, no me daba por vencida.
