Recuerdos de vidas pasadas, han sido devueltos a Alexandra.
Ahora y haciendo una promesa a Ara'el, buscarán a su hijo en tierras desconocidas.
Ella, aun no lo entiende, pero un espíritu dormido volverá a despertar, convirtiéndola en presa fácil ca...
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Bill:
—Bien, ya queda menos. —Avise a Kurt, cuando apenas por la lluvia, divise el cartel que nos daba la bienvenida al pueblo.
Kurt, estaba ansioso. Desde que el vehículo entro al bosque, no se quedaba quieto, incluso se cambiaba de un puesto a otro.
Desde el hospital llame a Al, sin respuesta alguna y por una leve corazonada, deje mi puesto de trabajo para ir a casa.
Llegue a la entrada del edificio y subí dos escalones por paso, cuarto y ultimo piso, era el nuestro.
Sabía que algo no andaba bien. Retire las llaves de mi bolsillo y cuando la gire Kurt, me esperaba en la puerta.
—Hola amigo... —Me agache y salude rascando su cabeza —¿Al?—. Comencé a mirar la casa, caminaba y de pasada retire mi abrigo, lo deje en el sofá junto a mi maletín —¿Al... cariño? —Continuaba llamándola. Fui a su habitación, a la mía... di vuelta el departamento y Kurt, me seguía. —¿Alexandra?
«Ayer aviso, que iría al supermercado» recordé. Pero eso, tampoco me daba tranquilidad.
Puse las manos en mis caderas y di un giro de 360 grados en mi lugar, observando cada parte de la casa, buscando... no se que.
Un raro papel escrito a mano, descansaba en la mesa de nuestro comedor. Apenas lo vi me golpeo el pecho.
Me acerque rápidamente, lo levante y comencé a leer
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Tome aire y resople mirando al cielo de la sala. Contuve la nota en mis manos con fuerza, casi arrugando el papel.
Si, sentí frustración y suspire. Volví a darle una mirada rápida y Kurt, me saco del momento, dándome un pequeño empujón.
—Ok Al... —Esto me estaba sobrepasando. Al, no estaba en sus cabales, no pensaba y tampoco luchaba, contra lo que hace casi un año, se había ido. —¡Vamos Kurt! —Invite a mi amigo.
Tome mi abrigo, maletín y me dirigí a la puerta, le di una vuelta en mis dedos a las llaves del auto. Mientras bajábamos con Kurt, pensaba exactamente donde estaba, era seguro «Casa de Emy».
