-PROLOGO-

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Cuervos

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Cuervos... Muchos nos miran con miedo. Según los mortales, somos aves de mal augurio, malas noticias o muerte. En esta última, tenían razón.

Pero recuerdo una época, donde solíamos ser acompañantes de aventuras para los humanos.

En alta mar, buscábamos tierra cuando los mortales perdían el rumbo.

Como Noé, cuando casi sin esperanzas, me lanzo en búsqueda de «algo». Pero los humanos, se habían olvidado de todo, de lo sagrado, de lo antiguo, de lo esencial.

Han perdido la Fe y la esperanza. Ahora, solo colapsan entre el materialismo y lo pasajero, sin alma sin sentido... directo a la oscuridad.

La caja oscura, llena de imágenes que observan a diario, los alimenta de mentiras y engaños, llevándolos a creer, todo lo que los grandes gobernadores del mundo actual, inventan para el bien de sus propios bolsillos.

Imágenes vagas de nosotros, de vez en cuando salen a la luz en esas pantallas, pero no eran ni la mitad de lo que nosotros éramos, somos y seremos. Nos hemos convertido en un mito, una leyenda, historias, que los padres les cuentan a sus hijos, antes de ir a dormir y peor aun, nos convertimos en una oscura sombra, acompañados de un gran cuchillo afilado, buscando a las almas, cuando salen de sus cuerpos, dejando el estuche que se les ha dado, cuando ya han cumplido con el propósito para sus almas.

Pero aquí estamos, seguimos ayudando a los mortales, esos que tanto ama IEVE.

—No me gustan los humanos —Avise a mis dos acompañantes —se creen superiores... con sus «conocimientos» mediocres, banales y destructivos... Mortales... Creen que el mundo esta a sus pies. Son parásitos, alimentándose de la tierra, la destruyen y la enferman.

—¡Enos! —Yeza'el, me regreso al momento, cuando mis palabras taladraban en mi cabeza — Amigo —Tomo de mi hombro —No todos los mortales son iguales... recuerda lo que hemos visto... IEVE, aun tiene fe en ellos. —Hablaba entre murmuro.

Para un humano, escucharnos desde esa distancia es imposible, pero para un ángel, para Ara'el no... Estoy seguro que nos podía hasta olfatear, convertido en esa bendita y gran bestia.

Como oscuras aves, nos hacíamos los tontos volando de rama en rama, pero atentos, mirando desde lejos cada movimiento, cada paso que daban. Nos detuvimos en las alturas de unas rocas y de forma humana, seguimos vigilantes.

—Es la humana quien me interesa. —respondí, aun con mis ojos directos en ella.

Una rodilla en la tierra y mis manos posando en la otra, expectante a todo. El sol casi en la culmine de su ocaso y la luna, ya iluminando ese atardecer, con una sonrisa menguante.

Dulce brisa, principios de primavera. Fresca, para nuestras oscuras alas libres.

Percibía las miradas de Hazi'el y Yeza'el. «¿Preocupación tal vez?» Pensaba.

Se rumoreaba «TRAICIÓN», por los pasillos de nuestro hogar. Se decía que, cuatro de los seis Guardianes, habían salido de su lugar, para en persona, ir en búsqueda de Jo'el y Ara'el, quienes habían cometido gran falta, al juramento sagrado.

También se rumoreaba, la presencia de un oscuro en nuestro hogar y un posible «SACRILEGIO» Que habían escondido muy bien, esos dos, durante años.

Me levante de mi lugar y comencé, a realizar un paseo por el pequeño espacio, en el que estábamos. Patee una, o dos piedras que estorbaban mi camino.

Observe, los últimos rayos de sol desaparecer detrás de las montañas y pensaba en ella y él, la humana y Ara'el.

Ya para ese entonces, la claridad desapareció y el calor del sol, pereció. Para una mortal, caminar todo el día era algo agotador.

«¿Qué haces Ara'el, donde la llevas? No te atreverías a tanto» Pensaba.

—Se, que anoche viste algo Hazi'el. —Me dirigí al Ángel, al más silencioso y observador.

Estaba sentado, en la tierra y apoyaba su espalda en una gran roca, jugaba con una piedrecilla entre sus dedos y la observaba, como si aquella piedra tuviese las respuestas, a lo que nos cuestionábamos. 

—No vi nada Enos —Respondió, aun mirando la piedra. Pero no tenía la menor duda que algo me escondía. Se levanto de la tierra y lanzo la piedrecilla de sus dedos, repitió y ahora, añadió su vista directo a la mía. —¡No vi nada!.

Hazi'el, poseía el don de crear imágenes en los pensamientos. Ayudaba a los humanos, en los últimos instantes de su vida, para poder cruzar el umbral en paz, regalándoles fragmentos de representación de su biografía. Era una hermosa forma de morir para los mortales. Para mi, no se lo merecían, eso, era una bendición.

—El club, estaba lleno de humanos Enos, tu los viste —Yeza'el, agrego entre Hazi'el y yo. Nos mirábamos con desconfianza. 

Ver a Ara'el, acompañado de una humana, cuando en casa, los rumores crecían y crecían, eran solo, para confirmar todo. Pero Yeza'el tenia razón. El Club, la noche anterior, estaba lleno y no solo de humanos, ángeles y oscuros, con rumbo perdido entre la tierra y el inframundo.


«Destierro». Eran las palabras, que sucumbían en mis pensamientos.

—Los llevamos persiguiendo todo el día Enos —Agrego Yeza'el.

—¿No se dan cuenta? —Observe a los dos alados —¿El camino por el que la lleva? —Esperaba una respuesta de su parte.

—NO será capaz —Sin importancia aviso Hazi'el, y de cuclillas continuo observando a Ara'el, quien parecía discutir con la humana.

Nuestras interrogantes eran precisas e importantes.

Uno, ¿Quién es la humana? Dos, ¿Por qué Ara'el, estaba con ella? Tres ¿Será esta, la humana de quien se rumorea en los rincones de nuestro hogar?

—Es imposible que uno de nosotros, lleve a un mortal a nuestro hogar... —Avise a los cuervos —Eso esta prohibido.

—Es claro que la humana, sabe mucho de nosotros —Agrego Hazi'el, acomodando su largo cabello azabache en una cola. —Se levanto del lugar y los tres, pendiente de la discusión que tenían en la carretera, observábamos llenos de preguntas.

Solo, sabía una cosa. La humana, al parecer era fundamental. Jo'el y Ara'el, habían cometido un grave error, el cual no han pagado y al parecer ella, esta involucrada. 

Y creo que Ara'el, la llevaba a la boca del lobo, o mejor dicho, a la guarida de la muerte.

Un silencio quedo entre nosotros, y solo se escuchaban las voces de  Ara'el y la mortal, desde lejos.  

—¿Qué hacemos Enos? —Pregunto Yeza'el temeroso —¿Continuamos siguiéndolos o... los detenemos ahora?.

Los dos ángeles, esperaron mi decisión dejando en mis manos, lo que pronto sucedería.

Hazi'el, no me dio mirada alguna, pero Yeza'el, expectante esperaba la respuesta y no lo medite mas. 

—Continuemos... —Avise, y los ángeles convertidos en cuervos, bajaron hasta unos árboles cercanos a ellos.

Pensaba en Jo'el, ¿Qué había hecho, para convertirse en un protegido por los Guardianes?.  Sin duda, la humana, estaba atada a todo esto. Pero pronto, sabremos la verdad. 

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Saludos queridos lectores.

Así, damos comienzo a "The Whisper"

Mañana actualizo. Cariños... 😘

𝕿𝖍𝖊 𝖂𝖍𝖎𝖘𝖕𝖊𝖗  |The Fallen2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora