—Fuera —aviso. Sin duda Jo'el, el verdadero Jo él. Lo observe atónita confirmando que era él. El imán que me jalaba a su corazón me daba la razón—. ¡Ahora! —exigió, sin dejar de mirar su copia que tenía en frente. Di un salto ante su vozarrón.
Sali a prisa de la habitación, pero antes de abandonar el umbral de la puerta, gire mi rostro para dar el último vistazo, a los «hombres» que parecían entrar en un duelo de miradas.
En un abrir y cerrar de ojos, vi desvanecerse la imagen, copia de mi ángel, revelando a... Hazi'el. Mierda. Él era al que había besado, era el ángel de cabellera azabache y mirada maliciosa, aquel que conocí aquella noche en el club, era el mismo que se había hecho pasar por Jo'el. Mierda.
Mientras decidía si corría hacia las escaleras, o tomar el pequeño corredor de la derecha o de la izquierda, caí en cuenta... Jo'el me recuerda. ¡Claro! Logre ver su rostro endurecido lleno de celos, cuando nos atrapo envueltos en aquel beso. ¡Claro que me recuerda! Ara'el no le había borrado la memoria. O no del todo.
Mi cuerpo dio un pequeño salto, cuando de pronto el silencio fue roto por los cristales que se estrellaban al tocar el suelo. Luego, un metal golpeo contra la pared saliente al pasillo de la habitación, sin duda era la bandeja que Hazi'el había llevado a mi habitación. Al instante escuche aleteos desesperados alejándose por el pasillo.
—¡Alexandra!
Mi nombre, en un grito salió de la enérgica y fuerte voz de Jo'el. Me detuve en seco, no había avanzado siquiera tres metros. Continué de espaldas a sabiendas que mi ángel de muerte estaba detrás de mí, abriéndose paso entre los escombros de mi desayuno.
—No te puedes ir —reclamo suave, en el silencio del lugar y su voz me estremeció más de lo que podía imaginar. Su voz no era grave como la última vez que lo escuche en el bosque. Era esa voz segura y apacible, que recordaba cuando pasamos esos malditos veintiún días recostados en el sofá, haciendo el amor y susurrándome al oído, cosas que me estremecían por completo, cosas que me hacían arder bajo su cuerpo, cosas... que jamás olvidaría y, aquí estamos. Él me olvido entre los cuervos y su mundo y yo, no deje de pensar en él, ni un día. Me gire sobre mis talones y mis ojos dieron con sus pulcros zapatos negros. De apoco, y con miedo de perderme entre todo lo que sentía, y dejar salir toda esta mierda que tenía atorada, llegue a sus ojos, expulsando de apoco, el aire de mis pulmones.
—¿Sabes quién soy... me recuerdas? —cuestione con miedo, a que su respuesta fuera una negación. Dejo una pausa que complementaba con miradas y la espera irritaba, pero cuando perdía esperanzas... asintió suave con la cabeza, y suspire con mis ojos cerrados ante la tranquilidad. Si, está conmigo, no estoy en peligro.
—Quiero irme... ¡Ahora! —avisé no muy segura, después que me perdí en sus ojos.
Vi como su pecho subía por un suspiro «respira» pensé. ¿Siente igual que antes? Pero mi parte racional, me recordó:
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𝕿𝖍𝖊 𝖂𝖍𝖎𝖘𝖕𝖊𝖗 |The Fallen2|
FantasyRecuerdos de vidas pasadas, han sido devueltos a Alexandra. Ahora y haciendo una promesa a Ara'el, buscarán a su hijo en tierras desconocidas. Ella, aun no lo entiende, pero un espíritu dormido volverá a despertar, convirtiéndola en presa fácil ca...