Alegre oscuridad:

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Las personas suelen ser más de lo que aparentan. Detrás de cada acción suelen haber motivos ocultos por debajo de la superficie.

En ocasiones, dichos motivos pueden pesar demasiado en el corazón de un individuo. Las circunstancias en las que uno vive y crece pueden infligir tal dolor en el alma que en lo único en lo que se puede pensar es en morir para escapar de dicha carga.

Quizá sea a causa de un eterno e insufrible aburrimiento. Quizá sea la culpa por tus pecados del pasado. Independientemente de ello, ese camino usualmente termina con manos manchadas de sangre, y un vacío aún mayor que el que existía en primer lugar.

Con un salvaje bramido, el silencio de la madrugada fue interrumpido tras la explosión de un tanque de incubación. Una monstruosa criatura de grotescos rasgos se abalanzó sobre su creador, moldeando su brazo para convertirlo en una gran cuchilla.

Belcebú, el señor de las moscas, se limitó a mirar al suelo sin mover un sólo músculo. Una fuerza invisible cortó limpiamente la extremidad de su creación, manchando de sangre el suelo de su laboratorio.

—Es muy débil—se lamentó—. Otro más para la basura.

La criatura, presa del pánico, echó a correr sin rumbo, destrozando la pared de la estancia y escapando con un salto hacia el exterior.

—Eso... es un problema.

Belcebú se dispuso a dar caza a su monstruo, deteniéndose en seco cuando un ensordecedor estruendo sacudió el Valhalla. Al asomarse por el agujero que había quedado en el muro, se encontró con un espectáculo de carne y tripas dispersas en todas partes.

Parado en medio de aquel sobrecogedor escenario, un hombre de dos metros sacudía su alabarda para quitarle la sangre que manchaba su hoja.

Lǚ Bu Fengxian ahogó un bostezo de profundo aburrimiento.

—¿Pero qué tenemos aquí...?

Belcebú descendió de un salto hasta donde el humano, desplegando desde una calavera plateada su Bastón de Apomyus.

Lǚ Bu le miró alzando levantando una ceja.

—¿Era tuya esa criatura?

Belcebú le sostuvo la mirada con sus ojos muertos.

—El experimento ya me es del todo irrelevante, estoy más interesado en desafiarte a ti. ¿Aceptarías luchar conmigo?

El humano afianzó el agarre sobre su alabarda antes de volverse para encarar al dios oscuro.

—¿Eres alguien fuerte?

Un muy leve destello de esperanza refulgió fugazmente en la fría mirada de Belcebú.

—Descúbrelo tú mismo...

El suelo a los pies del señor de las moscas comenzó a resquebrajarse, abriendo una grieta que creció a toda velocidad en linea recta. Lǚ Bu se apartó de la trayectoria a toda prisa, sorprendiéndose al ver cómo un edificio erigido a sus espaldas se partía en mil pedazos.

Sin perder el tiempo, Belcebú se abalanzó frontalmente sobre el general volador, trazando un amplio arco con su mano derecha.


¡¡¡PALMYRA: EL ALETEO DEL DIABLO!!!


Lǚ Bu retrocedió con un salto, tomando distancias. Su abdomen comenzó a sangrar profusamente.

Frunciendo el ceño, el furioso dragón hizo girar su alabarda antes de levantarla en alto, pretendiendo aniquilar a su oponente con el primer ataque. El aire estalló con violencia tras el impacto, pero Belcebú se encontraba intacto, fuera de la trayectoria del arma.

Record of Ragnarok: Batallas AlternativasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora