Barty regresa

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Si Tom había logrado salir de ahí seguramente de alguna forma impredecible había transferido un pedazo de su alma a un cuerpo ajeno, poseyéndolo y controlándolo como si fuese la maldición imperius.

Pero el misterio de dónde se encontraba su cuerpo era lo que ella quería saber, ya que si lo recuperaba podía encontrar el fragmento de Tom antes de que causará caos sin su supervisión.

El problema era que aparentemente, a pesar de que estaba débil y no completamente vivo, podía practicar perfectamente la oclumancia en contra de su esposa para que esta no lo encontrara, haciéndola llegar a la conclusión de que debía estar habitando en el cuerpo de un mago realmente dotado.

Su única opción disponible era hacer un hechizo de rastreo para encontrar el cuerpo de Riddle antes de que este pudiera verse afectado por la energía que estaba gastando, pero para hacer un hechizo de rastreo necesitaba cualquier parte del cuerpo de quien buscaba y en la casa no había nada, ni un solo cabello, Tom se había asegurado de hacer bien su trabajo.

La única opción de Neela era obvia, la única parte de Tom que era rastreable para ella pero aún así inmensamente distante, su hija: Delphini.

Como si no tuviera ya suficientes problemas sin añadir los miles que el buscar a su hija añadía, pues para empezar ella estaba en la escuela en esos momentos y para seguirle, ella seguramente creía que estaba muerta, lo cual perturbaba el día a día de la bruja.

Era muy peligroso entrar a Hogwarts y poner a Dumbledore en alerta, así que esperaría que su hija estuviera de vuelta en la mansión Malfoy por las vacaciones de navidad (para lo cual no faltaba mucho) mientras iba a Francia para conseguir una piedra filosofal de Nicolás Flamel para poder recuperar a Barty.

Y ahí estaba, frente a la casa que había visto hace tantos años atrás cuando fue a investigar sobre la piedra con Tom, sin esperar más tiempo golpeó fuertemente la puerta.

Unos pasos se escucharon detrás de esta y la puerta se abrió finalmente, revelando a un hombre viejo, canoso, y casi esquelético frente a ella, quien abrió sus ojos arrugados en sorpresa al ver a Neela, la llamada Señora Tenebrosa, justo frente a él a mitad de la noche.

---Buenas noches, señor Flamel--- lo saludó ella, entrando a su casa sin esperar invitación, esta estaba tan lujosa y decorada como siempre, pero un poco más descuidada que antes.

---S-Sé a lo que ha venido, Señora Riddle, pero me temo que no p-puedo ayudarla--- dijo jugando nervioso con sus manos, observando a la bruja dar media vuelta para verlo de nuevo, sintiendo un escalofrío cuando sus ojos azules fríos se colocaron sobre él.

---¿Entonces quién, sino? ¿Acaso ha pasado la receta a alguien más sin mi consentimiento, Nicolas?--- él negó rápidamente, agachando ligeramente su cabeza.

---No, no, no, para nada... Pero hace unos meses intentaron robarla de mi estudio, entonces decidí resguardarla para que no cayera en manos equivocadas--- Neela arqueó una ceja ante tal noticia, sabiendo en seguida que se había tratado de Tom.

---¿Y a dónde la llevó?--- preguntó temiendo la respuesta, pues bien podría tratarse del ministerio francés o...

---Con Albus Dumbledore--- contestó para su mala suerte, soltando un suspiro ---Era la única que tenía en inventario y a penas he comenzado la preparación de una nueva.

---Lamentablemente no tengo 10 años para esperar--- soltó ella con una mueca, dirigiéndose a la puerta por donde entró, lugar de donde Flamel no se había movido al parecer esperando que su reunión fuera corta ---Le agradezco mucho su tiempo, Sr. Flamel... Cuídese mucho--- añadió con un pie fuera de la propiedad ---Los tiempos podrían cambiar en cualquier momento. Que tenga linda noche--- finalizó comenzando a andar, escuchando la puerta cerrarse atrás de ella.

Enamorada de Lord Voldemort [Tom Riddle y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora