24 to 25 || hyunin

Una tormenta de nieve que cayó sin falta

Ayer para cuando finalizaron las decoraciones eran casi las tres de la madrugada, así que habían caído muertos del sueño en cuanto tocaron la cama. Tranquilos y entusiasmados por lo bien que había finalizado su día, se durmieron abrazados. Aferrados fuertemente el uno al otro. Y respirando el mismo aire y compartiendo la misma almohada.

No podían pensar más allá de lo bien que se sentía estar cerca del otro.

Estaba oculto sobre el cuello del rubio, abrazado con todo su cuerpo a él. Se despertó sintiéndose vibrante de emoción acumulada. Hyunjin continuaba abrazándole y apretándolo contra si, tuvo que contener un pequeño gemido cuando la erección matutina de este se presionó contra su cadera.

Abajo en la sala empezaba a sonar estruendosa música navideña haciéndole saber que su abuela debía estarse encargándose del desayuno.

Hyunjin despertó en seguida, seguramente por el ruido. Pasó su mano por la espalda del mayor haciéndole saber que él también estaba despierto sin decir palabra. Hyunjin dejó un beso en su cuello que lo hizo estremecerse.

—Buenos días, bebé. —la ronca voz contra su piel erizada lo lleno de anticipación. Hyunjin levantó la mirada encontrándose con sus ojos y no puedo evitar inclinarse hacia abajo chocando contra su boca. Los labios esponjosos lo recibieron deseosos.

Ambos sentía la misma hambre por el otro desde el día en que se conocieron.

No tardo mucho cuando Hyunjin lo tomó por las caderas haciéndolos girar y dejándolo sentado sobre su regazo, jadeo contra su boca aún sin romper el beso.

Se alejó buscando aire pero el rubio lo siguió dejándole pequeño besos y mordidas que lo hicieron reír extasiado. Se sentía adorado bajo el tacto de ese gran hombre.

Volvió a tomar mi boca en un beso que se profundizó cuando unió su lengua a la mía, robándome el aire y haciéndome sentir tan vacío. Rechine sobre su polla y deslice mi mano por todo su pecho acariciando ese delicioso abdomen que tanto disfruté hace una semana. Hyunjin jadeo y supe que estaba tan deseoso de llevar esto a otro nivel como yo. Me quité la suave camisa de seda quedando solamente con la parte inferior de mi pijama, Hyunjin pareció distraerse ante mi repentina desnudez, sus ojos brillantes y su manos me recorrieron la piel recordando las múltiples marcas que me había dejado y que yo había disfrutando dichosamente.

—¿Quieres...? —aún cuando estoy moviéndome sobre su miembro erecto pregunta por mi permiso.

Es un príncipe soñado con la capacidad de hacerme llorar de placer.

—Si, lo quiero demasiado. —ruego ansiando que haga algo por mi dolor.

Hyunjin me besa con fervor y sus manos descienden de mi cintura a la pretina del short y puedo escuchar como la tela se rasga mientras lo desliza bruscamente por mis piernas, dejándome expuesto y a su entera disposición. Él sigue vestido por completo y hay algo excitante en aquello, quizás es el sentimiento de vulnerabilidad que me genera.

Sus dedos se acercan a mi boca y me hace mojarlos con mi saliva, los chupo como si fueran lo más delicioso sin apartar mi mirada de sus ojos y se por el ardor en sus ojos que quisiera reemplazarlos por otra cosa. Yo también lo quiero.

Me quejo cuando los saca bruscamente y desliza por mi piel, provocando escalofríos. Estos acarician mi entrada haciéndome morder mi labio inferior. Sin aviso ambos dedos están en mi interior, moviéndose duro. Su intención es solo prepararme. No hay amor lento ni suave. Pero esto es exactamente lo que yo también quiero de él. Que me posea y tome todo de mí como si siempre hubiera sido suyo.

Gimo abrumado y él me besa evitando que haga más ruido mientras se entierra en una sola estocada en mi. Muerdo su boca sacándole un gruñido. Y empiezo a saltar. El placer es demasiado y sus manos apretando y golpeando mi trasero lo hace mejor. No se contiene de tomarme como quiere. Y lo adoro.