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Capitulo 7

- ¿Qué dónde estoy? - Se preguntaba un pelirrojo mientras veía que vestía con sus antiguas ropas.

Veía a su alrededor y pudo notar que estaba en su antigua habitación, la cual estaba en el edificio principal de la Port Mafia, habitación que compartía con...

- Oh, Chibikko, ¿Ya estás despierto? - Escuchó a una voz cantarina que reconocía a la perfección.

- ¡Idiota, ya te he dicho que no me llames así! - Gritaba mientras le aventaba una almohada en la cara a una versión mucho más joven del Jefe de la Port Mafia.

Dazai evitó el arma fácilmente, al mismo tiempo que se acercó al Omega, con una cara dramática.

- Pero Chibikko, solamente te estoy demostrando mi amor. - Dijo el castaño mientras sonaba con una voz desolada. - Todavía que te quería ver después de tanto tiempo sin vernos... -

Chuuya solamente rodó los ojos y se sentó mejor en la cama.

- Ser el ejecutivo más joven no es nada fácil, ¿Verdad? - Mencionó con cierto tono de burla mientras se estiraba los brazos sobre su cabeza.

El castaño solamente se acercó más al mencionado y se sentó a un lado de él tomando su mano.

- Para nada, es bastante sencillo. - Decía mientras miraba los hermosos ojos azules. - Lo pesado es tener que estar lejos de mi Omega. - Tomó con su mano libre el mentón de Chuuya. - Pero, todo sea para que en un futuro tú estés a mi lado como el ejecutivo más fuerte y yo como tú Jefe. - Besó la mano del pelirrojo.

Ante las palabras dichas y aquél acto tan dulce su rostro se tornó del mismo color de su cabello y intento apartar la mirada.

- ¡Solo dices tonterías! -Retiro su mano del agarre del castaño y en ese momento todo su alrededor se tornó negro, con pequeñas luces carmesí.

Había cambiado completamente de lugar, ahora estaba confundido sobre lo sucedido pero reconocía bien ese lugar, pues se encontraba en el piso de la oficina del Jefe de la mafia.

Miro a su alrededor con la mirada desorientada, buscando la figura que hace unos segundos estaba a su lado, sosteniendo cálidamente su mano y mejilla.

No fué hasta que logro visualizar dos figuras completamente negras, pero una de ellas con una mirada carmesí en sus ojos.

- ¿D-Dazai? - Pronunció Chuuya, mientras sentía como esos ojos se clavaban en su cuerpo como cuchillos.

- Chuuya, ¿Qué haces aquí? Sabes que no tienes permitido estar cerca mío o de mi prometido. - Estiró su mano y está al ser tomada mostró a un bello Omega de cabellera larga y bicolor. - Él y yo daremos a un heredero en un futuro. -

- ¿Q-Qué? - Fue lo único que pudo pronunciar.

- Cariño, tú sabes que esto formará una alianza que beneficiará a la mafia. - Decía Dazai. - Y a ti con ella. -

El pelirrojo se quedó perplejo a lo que acababa de escuchar, mientras veía como el Alfa se acercaba cada vez más a él.

- Pero no te preocupes, Chuuya, después de todo tú siempre serás mi Omega. - Tomo un mechón de su cabello una vez estuvo a su altura. - Cuando esté en público estaré comprometido con él, pero cuando estemos en la oficina seré tú Alfa. - Besó el mechón que estaba en sus manos. - Lo único que necesito de él es un heredero, pero a tí te necesito aún más. -

Chuuya de solo pensarlo sintió asco, esté hombre no era nada parecido a aquel chico de 15 que lo tocaba con cariño.

- ¡No me toques, déjame! - Grito Chuuya.