Capítulo 9

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— ¿En serio descubriste al asesino sólo con mirarlo? — Preguntaba el Enigma con la boca completamente abierta de la impresión.

— ¡Porsupuesto! — Decía orgulloso el azabache. — También una vez pude descubrir la base enemiga en cuestión de segundos. — Sonrió ampliamente mientras daba otro bocado a su pastel mamchandose la boca.

— Vaya, no me cabe la menor duda que eres el mejor detective. — Dijo el castaño, quien metió su mano a su abrigo para extender algo en su mano. — Ranpo-Kun, estás manchado de la boca... —

Intento limpiar la comisura de los labios de Ranpo, pero al momento de acercar su mano y ver los ojos esmeraldas del más bajo entro en completo pánico y detuvo la acción.

— Toma... Puedes usar mi pañuelo para limpiarte. — Murmuró bajo mientras desviaba la mirada.

— Gracias, Poe-Kun... — Titubeó al tomar la prenda ofrecida para poder limpiarse.

Pero al acercarla a su rostro se percató de un ligero aroma a una mezcla de chocolate puro y café, apesar de ser un olor amargo, sería un mentiroso sí dijera que no le pareció agradable.

Aquella cálida tarde era bastante tranquila para todos en la cuidad, incluidos ellos. Quienes se tomaron su tiempo para charlar de varios temas que querían compartir con el otro.

Ambos sentían que el contrario era alguien con quién los silencios incómodos jamás existirían.

Pero llegó el momento que ninguno de los dos quería, el momento de desperdirse.

— Ranpo-Kun, muchas gracias por haber leído mi manuscrito. — Decía el castaño con una cálida sonrisa en su rostro.

— Ya te dije que no fue nada, además fue un gran pasatiempo, hace mucho que no me entretenía con algo nuevo. — Le devolvió la sonrisa al contrario. — Aunque, te agradezco por los dulces. — Bajo la mirada a la caja que contenía estos.

— ¡No, no, no! No debes de agradecer nada. — Hizo un ademán con las manos para restarle importancia.

— ¡Claro que debo hacerlo! ¡Mi padre me enseñó a ser agradecido con las personas. Estos dulces son carísimos, y aún así lo compraste para mí! — Se acercó al contrario para decir aquello.

— ¡No, no debes! — Escucho al otro decir seriamente. — Estoy bastante agradecido con lo que hiciste. Y como dice mi nota te mereces lo mejor, nada es lo suficientemente costoso cuando se trata de tí. —

Ambos se quedaro en completo silencio tras esas palabras.

Uno asombrado por las palabras que le habían dicho, más al darse cuenta que eran verdaderas sin necesidad de usar su deducción.

Y el otro... Porque se moría de la vergüenza de decir aquello sin pensar.

¡Maldición, maldición, maldición! ¡Se me salió decir eso! Bueno no es mentira... ¡Pero aún así no debí haber dicho algo tan vergonzoso y comprometedor! — Pensaba con la vergüenza al máximo.

Lo cual provocaba que sintiera sus mejillas arder, aunque para su fortuna, estaban cubiertas con su flequillo.

Ranpo tampoco sabía que hacer después de eso, pero volvió a sentir la misma precisión en su pecho. Así que buscando una manera en la cual deshacerse ese ambiente hablo:

— Bueno, entonces así será. Espero que mi próximo regalo sea aún mejor. — Fingió que no lo había afectado en absoluto.

Poe se alivió bastante al escuchar que el contrario no malinterpreto sus intenciones.

HE IS MY FAVORITE WRITER! ||RanPoe||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora