Prt. 26

179 18 0
                                    

Debí anticipar el ambiente en el que me estaba por adentrar cuando una cuadra antes de llegar a la dirección indicada ya podía oír una música que masacraba fuertemente mis tímpanos amenazando con romperlos. A la larga claramente el ruido empeoró dejándome estática frente a un montón de desconocidos que yacían en la suya, bailando, fumando o charlando, claro yo diría más bien gritando pues ningún ser humano se escucharía con claridad si no fuera por su aumento de voz. Claramente me arrepentí al instante de entrar, me sentía con ganas de tirarme en mi cama y ahogarme en una mini depresión por un rato y esto no era para nada parecido a eso, no debería haber venido, estaba dispuesta a marcharme.

-¡Rosé!- eso me sorprendió por completo, giré mi cuerpo en busca de aquella voz y la vi.

-Aquí- la castaña movía su mano eufóricamente, mi plan de marcharme obviamente que no sería completado, así que sin más me acerque.

Mis ojos se abrieron de par en par cuando mi vista pudo divisar perfectamente a la castaña, Jennie siempre había sido una mujer llamativa pero en definitiva hoy lucia exageradamente llamativa, sus curvas resaltaban de una manera inimaginable pues llevaba un vestido que apretaba fuertemente estas, siempre había dicho que él rojo era un color hecho para Jennie y no estaba equivocada en lo absoluto, cada parte de su voluptuosa figura se remarcaba perfectamente con este, dejando ver su blanquecina piel al descubierto, el rojo la hacía brillar como si su piel fuera de porcelana pura, definitivamente estaba encantada con aquel aspecto pues la mayor se veía extremadamente sexy.

-Llegaste rápido- hablaba felizmente la castaña, sacándome de mi trance, obligándome a quitar la mirada efusiva que le había estaba dando. Agarro mis cachetes fuertemente recordándome que simplemente era Jennie.

Muy sexy para ser real pero ella simplemente era mi amiga, mi molestosa amiga.

-Si, no tarde mucho pero..-jugueteaba con mi pelo nerviosa, no sabía como tomaría Jennie mi disgusto- No tengo ganas de estar en un club- susurre cerca de su oído para que pueda escucharme con claridad- ¿no podemos ir a un bar..?-finalmente cuestione.

El rostro de la castaña se tornó confundido y caímos en un silencio que duró unos pocos segundos.

-Mh- emitía mientras pensaba, realmente esperaba una respuesta positiva, no me agradaba para nada aquel lugar- ¡Está bien!-soltó al fin, ganándose una sonrisa de mi parte- Vamos a un bar entonces.

-¿De verdad?

-Si, apresurémonos y vayamos- agarro mi hombro con firmeza indicándome el camino a la salida, no hablábamos, ella simplemente se dedicaba a tararear una que otra canción mientras nos alejábamos del molesto ruido.

...

Era demasiado bueno para ser real.

Confiar en Jennie debía ser una cosa que debía tachar de mi lista. Había estado tan contenta de que por fin nos alejásemos de la música pero no duro mucho pues ahora nos encontramos entrando a otra especie de club con el mismo ambiente o quizás peor que el anterior. Estaba aturdida de aquello.

-Princesa Roseanne, entre- ofrecía la castaña indicando con sus manos un espacio libre en el cual al parecer estaríamos.

Maldita castaña sexy mentirosa.

-La princesa Roseanne, dijo que iba a venir así que he preparado todo.

Mi vista se enfocó en la mesa, estaba cubierta de botellas de una cantidad irreconocible de licor junto con alguna que otra cosa para comer, definitivamente quería acecinar a la de los ojos felinos.

Malos pensamientos -Chaelisa GIP-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora