Prt.35

118 11 0
                                    

Lisa's:

El callejón ya hacia a oscuras, mi mente divagaba mi cuerpo ya no lucia presente. En un intento desesperado de aclarar algunos pensamientos termine en la cafetería con la que solía ir siempre. Con Rosé..

Mis dedos se movían con impaciencia, por más que le daba vueltas no lograba encontrar alguna respuesta lo suficientemente útil.

...

Al llegar a mi habitación, la foto enmarcada que tenía con la rubia se posó en frente. Me detuve a apreciarla. Rose estaba montada en mi espalda como una niña chiquita, su rostro irradiaba una sonrisa perfecta, al contrario de mí que simplemente había mirado a la cámara sin expresión. No es que no me encontrase feliz, era feliz con ella, pero algo siempre lo obstruía.

Me percaté de repente como en la mano de la rubia se encontraba una planta, aquel trébol de unas perfectas cuatro hojas que indicaba buena suerte. Era lo más preciado y emociónate que Rosé había tenido en ese entonces, o al menos como ella lo había descrito, una señal.

Acerqué el cuadro con la intención de ver aún con más cercania su rostro.

-Rosé..-no pude evitar susurrar.

En una pequeña caja escondida entre mi desastre una caja se encontraba más protegida hasta que el mismo Vaticano. Una carta con un sobre rosa pastel se asomó, lo tome con delicadeza sonriendo al recordar lo que allí se encontraba escrito.

Hola Lisa, Soy Rosé

Es la primera vez que escribo una carta así que, me tiemblan las manos!. Incluso si la letra no es bonita ¡Por favor sigue leyendo!.
Gracias por encontrarme. Un trébol de cuatro hojas hoy.
Es curioso ¿no? Nunca en mi vida había visto un trébol de cuatro hojas.
¡Gracias por ser tan amable conmigo!
Te lo devolveré, incluso lo recubrí.
Siempre estoy feliz gracias a ti.
Fui tan afortunada de haberte conocido en la escuela.

Al lado de esta se encontraba el dichoso trébol. Aquel que había arrancando para ese entonces a mi nueva mejor amiga.

Sonreí al recordar todo aquello, releyendo las veces necesarias el último párrafo.

Tome aquel planta con mis manos y con delicadeza me detuve a mirarla, probablemente me daría buena suerte o sería una señal después de todo.

...

Los pensamientos de la situación actual volvieron a mí cuando aquella caja fue guardada, recordando como desde un principio nada de esto marchaba bien.

Así había sido durante mucho tiempo, siempre sentía que solo hacía cosas de las que me terminaba arrepintiéndo.

Ya había tomado una decisión y sentía que era la única salida, con Jisoo amenazandome solo podía pensar en el bienestar de Rose. Decidí que yo debería pagar. Pagaría por todo lo que había y seguía haciendo mal. Ella no merecía pagar por mis errores del pasado o del presente. Rose no merecía esto.

...

Cuando recién comenzaba la escuela y Rose se había acercado a mí supe que estaba jodida. Ella se había acercado a mí de la manera más casual y sin darse cuenta había arruinado mis planes.

Algunos me dijeron que tenía miedo y otros que solo fue mala suerte pero..me molestan las personas extrovertidas.

Yo solo esperaba terminar la escuela lo más pronto posible y poder graduarme. En el momento que nos conocimos esa promesa se derrumbó.

Recuerdo a la perfección el primer día en que mantuvimos una conversación sin estar huyendo de abusadores. Rose llegaba con su carismática sonrisa, emocionada porque al parecer había llegado temprano ese día. Ella logró que mi atención pasara de mi música a su sonrisa. Supe desde ese instante que aquella era mi cosa favorita en el mundo.

"¿Que escuchas?"Había preguntado, arrebatando uno de mis audífonos. Por alguna razón aquello no me había molestado y era raro pues en otro situación probablemente se lo hubiera quitado con fuerza. Pero en lugar de eso, me había quedado estática observado cada movimiento de la rubia, hipnotizada por aquel sonrisa.

¿Por que diablos tenía que ser ella quien causara aquello?

"¡Me encanta esta canción!"Pronuncio con alegría haciendo que esa se convirtiera en nuestra canción oficial "¿Puedo seguir usando los audífonos?"

No hubo una respuesta de inmediato pues mi rostro me había traicionado tornándose rojo al notar como mi mirada seguía fija en su boca, admirando aún su brillante sonrisa.

Claramente acepté, usando aquello como la excusa perfecta.

Era una niña que no tuvo más remedio que enamorarse. No logré evitar que me llamaras la atención.

Aquel día una nota con un "creo que le gustas, sigue mirándote" por parte de la rubia. Me había puesto a pensar. Que no podría haberlo notado porque mis ojos solo se mantenían en Rosé.

"Como era de esperar, todo el mundo sabe que eres bonita" "¡De seguro le gustas!" "¿Qué piensas Lisa? ¿Si?".

Solo podía pensar en lo bonita que ella se veía cuando reía al decir aquello.

"No me interesa"

"¡Enserio..!" "¡Genial..!" "En realidad, en el otro salón, hay un chico que me gusta" "Es alto"

Los labios de Rosé no se detuvieron pero no logré soportar una palabra más.

"Hablemos más tarde"

Me odiaba a mí misma por ser codiciosa. Así que otra vez, hice algo de lo que me arrepentí.

Cuando Rosé cayó muerta de dormida a mi lado un mensaje llegó a mi celular "quieres que nos veamos después de clases?". No voy a mentir no medité mucho aquello. A Rosé solo le gustaban los hombres asi que estaba segura de que no necesitaba perder mi tiempo en eso.

Hasta el día de hoy me arrepiento de todo lo que llegó después. Le hice daño a todo el mundo, para que yo no saliera lastimada y merecí pagar aquello.

"Ok jaja. Estaré en la parte de atrás.
Nos vemos ahí, Lisa."

Malos pensamientos -Chaelisa GIP-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora