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—Lisa, ¿Dónde está Chaeryoung? — Lisa termino de guardar la lata de leche de sus pequeños en la maleta que les había preparado, y miro a Ji-won.

—Mi papá se la llevó a casa, dijo que después la llevaría a comer a Mcdonald's, espero y no le moleste que no se vaya hoy con usted — sonrió un poco avergonzada.

—No te preocupes cielo, él también es su abuelo y estoy segura que ella está feliz con él ahora, además, ya pasaré a verla mañana a casa de tu papá, quiero entregarle algunos vestidos preciosos que compré para ella, estoy segura que le van a encantar — soltó un pequeño grito de felicidad al imaginarse a Chaeryoung usando los vestidos que compro.

Por otro lado, Lisa sonrió un poco dudativa.

—No creo que le gusten mucho los vestidos — murmuró.

—¿Qué? ¿Por qué lo dices, cariño? — frunció un poco el entrecejo, mientras la miraba.

—Jennie le compró un vestido y termino como cobija para la señorita BaeHyun — está de más explicar quien era, porque incluso Ji-won ya sabía que la muy mencionada, señorita BaeHyun, era la rata que Chaeryoung adoptó al encontrarla escondida entre los arbustos del jardín trasero.

Ji-won se encargo de regañar a Jennie por no mantener una limpieza en su jardín y de descuidar a Chaeryoung, hasta el punto de tener una rata que ni siquiera sabía si tenía rabia o no. Claramente, Chaeryoung se encargo casi de leerle los derechos-no oficiales- de aquella pobre rata sin hogar ni familia, según Chaeryoung.

—Me encargaré de comprarle telas para que le ponga a la señorita BaeHyun y así evitar que use los vestidos como cobijas — Lisa soltó una risita, al igual que Ji-won. —Bueno, Goo Young ya acomodo a los niños en el auto, es tiempo de irnos — Lisa sonrió agradecida.

—Gracias por cuidarlos el fin de semana, esto es un gran descanso para ambos — ambas caminaron hasta la entrada y Ji-won se giró a ver a Lisa, sonriéndole con un poco de burla.

—Podrían pagarme con un nieto más, estaré tan feliz — Lisa sonrió avergonzada, al mismo tiempo que sus mejillas se pintaban de rosa. —Es sólo una opción, cariño. Nos vamos, los llamaremos por cualquier cosa que pase, ¡Diviértanse! — Lisa sonrió y sacudió su mano en despedida de su suegra.

Soltó un suspiro y cerró la puerta al ver desaparecer el auto. Camino hacia la sala, dónde todo estaba silencioso, muy silenciosos.

Se supone que Jennie había salido temprano a la empresa, a solucionar un problema que se presentó de última hora, así que ella prometió esperarlo y estar lista para su llegada. Tomo una gran bocanada de aire y subió la escaleras, sintiendo el nerviosismo que sentía cada vez que se dirigía a aquella puerta color rojo vino.

Al estar parada frente a esta puerta, recordó lo que habían hablado ayer por la tarde noche.

—¿Crees que...si intentamos tener un bebé, se logré?

—Pero, tenemos a Jiyong, Mino y Chaeryoung, ¿Quieres tener un bebé ahora? Creo que deberíamos esperar a que ellos crezcan.

—¿Deberíamos?

—Es lo más seguro por ahora.

Lisa y Jennie ya no habían insistido en tener un bebé propio, la idea era muy tentadora, pero era algo que les causaba miedo, aún tenían el terror de perderlo nuevamente, sabían que no había sido algún problema con alguna de ellas, sino más bien, había sido algo causado y que les dejo una gran herida en sus corazones y en sus vidas, ya habían superado esa perdida, pero aún persistía el miedo.

Soltando un suspiro, Lisa se adentro a la habitación, reconociendo el aroma a limpio que divagaba en la habitación, sus ojos recorrieron por toda la habitación, inspeccionando hasta la última esquina. Apretó suavemente sus labios y miro el ropero donde habia guardado aquel conjunto que utilizo por primera vez en manos de Jennie.

»365 días de sadomasoquismo  [ Jenlisa ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora