MIEL ||| Teen Wolf ||| Short Story

Four

Mire a Benjamín frente a mí, estaba en el
jardín, con Liam y Scott a mis costados.

—Mamá tiene que hablar con alguien y tú, te irás a comprar unas cosas para la casa con Scott y Liam.

El niño negó.

—No, no voy a dejarte sola.

Peiné sus cabellos y suspiré.

—Es una orden, Benjamín. Estoy diciéndote que lo hagas. ¿Sí?

Frunció el ceño y admiró el suelo.

—¿Y si te sucede algo?

—No me sucederá nada, cariño. Solo debo hablar con alguien a solas.

—¿Quién está en casa?

—Benjamín —respondí, más seria.

Me abrazó y besó mi mejilla al instante.

—Está bien, pero volveré rápido. ¿Prometes estar aquí?

—Sí, cariño.

Me reincorporé y sostuve en brazos a Benjamín, se lo tendí a Scott que acepto.

—¿Segura de hacer esto, Miel?

Con sus ojos cafés, me demostró la preocupación.

—Sí, solo compren todo lo de la lista. Tarden dos horas.

Scott aún no estaba muy seguro, pero volví a darle un asentamiento.

—Te oiré si me necesitas —avisó.

—Gracias, Scottie —sonreí— cuiden a mi bebé y no, no le compres más dulces. Salgan por la puerta del frente.

Antes de que se fueran, besé la mejilla de Scott y también la de Benjamín.

—Gracias, de nuevo.

Me dio una sonrisa dulce y finalmente se marcharon.

Hasta ese momento, no había notado el temblor de mis manos. Tomé aire y volví a entrar a la casa.

Derek estaba sentado en el sofá, con mirada preocupada. Sus codos sobre sus rodillas y un rostro impasible.

Me costaba creer que este atractivo adulto, con rostro serio, tan serio que podría matarte con la mirada, el chico del que me enamoré.

Al verme, se reincorporó.

—Siéntate —pedí, casi en un susurro.

Él lo hizo sin problemas.

Tomé asiento en el sofá que está a frente al suyo.

—¿Qué necesitas, Derek?

Sus ojos claros hallaron los míos.

–Lo siento —fue lo primero que dijo— Siento haber sido un cobarde y haber dicho lo que dije.

Cruce los dedos en mi regazo.