Cuando despertó, su visión era borrosa, pero podía distinguir una forma que la miraba fijamente. Parpadeó y se concentró en la forma que la miraba... Era ella misma.
Arrugó la frente, la confusión y el miedo se apoderaron de ella. "¿Dónde estoy? Pre...
Siguieron recorriendo Cancún y disfrutando la una de la otra.
Durante las dos semanas siguientes hicieron varias excursiones por la selva, practicaron esnórquel, navegaron en lancha, fueron a parques acuáticos y de atracciones, se lanzaron en tirolina y nadaron con delfines. Exploraron ciudades mayas y montaron a caballo en la playa.
La última mañana durmieron hasta tarde, disfrutando de la paz un día más antes de volver a la realidad. Lena nunca había tenido unas vacaciones tan íntimas, románticas y divertidas en su vida, y no quería que terminaran nunca, pero, por desgracia, ambas tenían empresas que atender, y nada bueno duraba para siempre.
Así que, con un último beso en la cama del hotel, ambas se levantaron de mala gana y empezaron a hacer las maletas para el vuelo de vuelta a casa.
"Ojalá pudiéramos estar así para siempre." dijo Lena mientras cargaba su maleta. Kara le sonrió.
"Somos ricas, Lee." Le dijo. "Podríamos hacer esto una vez al mes si realmente quisiéramos."
Y Lena se rió, porque Kara tenía razón... Realmente podrían.
"¿No crees que te aburrirías de mí?" Preguntó, medio en broma, medio en serio. Kara negó con la cabeza.
"Ni hablar, nena. Eres demasiado increíble para que alguien con cerebro se aburra de ti."
Lena sonrió.
"Me alegro de que pienses así." Dijo, con el corazón completamente lleno. Después de dos semanas de puro e ininterrumpido tiempo de calidad con el amor de su vida había cambiado por completo toda su perspectiva... Era feliz, tenía confianza en sí misma, se sentía digna y se sentía amada.
Se sonrió a sí misma al darse cuenta de que lo único que necesitaba era una oportunidad para relajarse con Kara y todo encajaría. Sólo esperaba que cuando su pequeña fantasía perfecta terminara y la vida volviera a ponerse en marcha, su relación siguiera siendo la misma. Pero, con todo el amor y la felicidad que Kara le había dado en el transcurso de las últimas dos semanas, estaba más segura que nunca de que así sería.
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La vida continuó cuando regresaron a National City; pero era mucho mejor de lo que había sido antes. Supergirl era tan increíble como siempre, CatCo estaba más ocupada que nunca, Kara había ganado otro Pulitzer y las acciones de L-Corp se habían cuadruplicado después de que Lena ganara el Premio Nobel de Medicina por su cura contra el cáncer. Lena era la más feliz, porque Kara y ella se habían hecho más íntimas y fuertes con cada hito que pasaba.
Llevaban nueve meses de relación y Lena no podía ser más feliz, pero mientras cenaba con su novia no podía evitar preguntarse... ¿Cómo les iría a las otras Lenas? ¿Serían felices? ¿Tenían buena salud? ¿Se habían reconciliado con sus Karas?
"¿Lena?" preguntó Kara preocupada, sacando por fin a Lena de su ensoñación.
"¿Qué? Perdona, cariño. ¿Qué estabas diciendo?" Preguntó, volviendo a la realidad. Kara frunció el ceño.
