El pequeño Minho caminaba por el mercadito navideño que había en la villa que era conformada por las cabañas. Miraba todo con atención, emocionado de gastar los ahorros que había adquirido en el año, observaba todo con sus adorables ojitos gatunos, hasta que su mirada cayó en una cajita con soldaditos, pero lo que más llamo su atención, fue la bandera que acompañaba a los soldados.
Es perfecta para mi castillo de nieve. Pensó con emoción corriendo hacia aquel puesto.
Su manita se estiro hacia la caja, y antes de poder tomarlo otra mano casi del mismo tamaño que la suya la tomo.
—Yo quería eso —Dijo mirando al otro niño, notando que sentía que conocía aquellos grandes ojos — Yo te conozco... ¿Verdad?
—Soy Jisung —Le dijo con una suave sonrisa después de pagar por los soldaditos y abrir la caja —Pensé que no me recordarías, Honnie.
Le tendió una banderita que Minho tomo con una sonrisita.
—No podría olvidarte, gracias a ti aprendí a hacer un muñeco de nieve muy grande.
—Pensé que olvidarías que nos habíamos visto ya que fue hace un año, yo olvide donde guarde mi pelota favorita, y eso fue en octubre.
Minho rio suavemente mientras empezaba a caminar con Jisung a su lado.
—Está bajo de tu cama —Aseguro.
Jisung apretó sus labios en una fina línea hasta que sus ojitos se abrieron con sorpresa.
—¡Es cierto! —Sonrió alegre —¿Cómo sabias eso?
—Es donde escondo la mía —Sonrió sentándose sobre el suelo, frente a una pequeña construcción de nieve que simulaba un castillo.
—Es lindo volver a encontrarnos aquí —Jisung le sonrió mientras se sentaba a su lado ayudándole a mejorar su castillo.
—Convencí a mis papis de venir ¿Y tú?
—Yo vengo todos los años, mi mami tiene una foto frente a la cabaña de cuando estaba embarazada de mi—Sonrió colocándole la banderita al castillo —¿Quieres hacer ángeles de nieve?
—¡Si! —Se levantó con una gran sonrisa, y antes de encontrar un perfecto lugar, el grito de la señora Han les llamo la atención.
—¡Sunggie! ¡Es hora de decorar las galletas!
—¿Me acompañas? —Minho miro a Jisung e hizo un puchero.
—No sé si me dejen...
—Vamos, preguntemos —Tomo la mano de Minho y corrió hacia la cabaña donde se hospedaba el menor, toco la puerta y la madre del menor la abrió a los segundos.
—Honnie, ¿Quién es tu amiguito?
—Es Jisung, su familia renta la cabaña de más al lado.
—Un gusto Sung —Le sonrió la mayor dulcemente.
—El gusto es mío, señora, ¿Minho puede ir a mi cabaña a decorar galletas? Mi mami nos cuidara —Sonrió señalando a la antes mencionada, que desde la distancia movió su mano en forma de saludo.
La señora Lee lo pensó un momento, notando la emoción en ambos niños, para después asentir.
—Bien, ven antes de las tres ¿De acuerdo?
Minho asintió con una sonrisa para después ir junto a su nuevo amigo. La tarde de ambos niños se basó en decorar galletas, así hasta que las tres cuando ambos niños fueron a la cabaña de los Lee, donde los padres del menor invitaron a Jisung a ver películas, ambos menores pasaron por segunda vez, una navidad juntos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Es infantil escribir una carta a Santa?
Yo después de más de ocho años lo hice, y pedí simplemente ser feliz, sentir esa hermosa sensación que me daba ver el regalo bajo el pino, volver a sentir esa ilusión que me daba saber que y estaba cerca diciembre.
Mañana será dos capitulos también, espero les guste esta mini historia que salió de imprevisto, besos.
