Capítulo 8.

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No había una razón exacta por la que ninguno de los dos se movieron de esa posición por unos segundos.

Dietfried la estaba abrazando.

Violet no lo estaba evitando.

Quizás dicha sensación fue la suficiente para dar a conocer lo que realmente pensaban uno del otro, ya que un gesto de tal magnitud no podía significar otra cosa. 

Violet se encontraba tan paralizada por la acción que no pudo continuar su andanza fuera de esa pequeña y oscura habitación, no comprendía la causa de las acciones de Dietfried y tampoco tenía sentido si le buscaba alguna clase de significado. 

Es imposible que Dietfried sintiera algo por ella, sobre todo si era "esa" clase de sentimientos.

- ¿Se encuentra bien? - preguntó ella concluyendo finalmente que quizás el hombre se encontraba atravesando alguna clase de situación que pudiera llevarlo a buscar un pilar que lo ayudara a mantenerse de pie.

Claramente, Dietfried no comprendió la pregunta o las razones de ella. Simplemente concluyó que la chica lo decía para romper esa atmósfera de una manera delicada. Por lo que, finalmente transcurrido casi un minuto, Dietfried la soltó.

Violet soltó la lámpara de aceite que llevaba en una de sus manos y la posicionó en el escritorio donde inicialmente se encontraba. Luego, dio media vuelta para encarar a Dietfried que se encontraba a sólo dos pasos de ella. 

La lámpara seguía encendida, por lo que era capaz de vislumbrar sus expresiones a través de la oscuridad.

Dietfried parecía tan conmocionado como ella, sus expresiones no eran parecidas a las usuales, sino que intercalaban entre el desespero y la tristeza. 

- Parece no encontrarse bien. - dijo Violet al no haber recibido una respuesta a su pregunta. 

Dietfried, por su parte, finalmente escondió su rostro en las sombras, evitando la mirada que lo analizaba detenidamente. 

- ¿Cuál te parece que sea la razón? - preguntó regresando a su tono usual. 

Ella permaneció en silencio por unos momentos. 

- ¿Cómo podría saberlo? - cuestionó por su parte. - Usted y yo no somos cercanos, por lo que no podría encontrar una explicación a sus acciones.

- Es justamente por esa misma razón por la que deberías comprenderlo. - respondió Dietfried bajando su tono de voz sin perder la dureza de él.

Las manos se Violet se contrajeron levemente por el nerviosismo que empezaba a recorrer su cuerpo. 

- No creo poder entenderlo. - respondió dando un paso atrás, justo fuera de la habitación. - Tengo que irme. - dijo antes de apresurar sus pasos lejos de aquel lugar y adentrarse velozmente en sus aposentos. 

Su espalda se situó en la superficie de la puerta, escuchando como unos pasos apresurados se acercaban hasta su ubicación actual. Su respiración era agitada y sus manos se entrelazaron por encima de su pecho intentando no confundirse o malinterpretar aquellas palabras y acciones. Los pasos se detuvieron justo frente a su puerta, solamente para dar vuelta atrás al transcurrir unos cuantos segundos. 

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Dietfried volvió a su habitación, lejos del alcance de la chica. 

Simplemente no podía creerlo. 

Se sentó en la orilla de su cama, posicionando una de sus manos sobre su frente. 

- ¿He perdido la cabeza? - preguntó en voz alta. 

Violet era tan joven y no desconocía las últimas palabras que su hermano le había dedicado, ¿por qué sentía que le estaba fallando a Gilbert?

𝙽𝚘 𝚜𝚎𝚛é 𝚞𝚗 𝚊𝚛𝚖𝚊. (𝚅𝚒𝚘𝚕𝚎𝚝 𝚡 𝙳𝚒𝚎𝚝𝚏𝚛𝚒𝚎𝚍).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora