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"Kael, vamos, tienes que despertar de una vez"

Aquella voz resonó dentro de la cabeza de aquél peliblanco falso. Era extraño, las mismas palabras de siempre lo hacían despertar de sus momentos más profundos, pero ahora, lo habían sumergido a esos recuerdos lejanos. Recuerdos que permanecían intocables dentro de sí mismo como ninguna otra cosa jamás, recuerdos maldecidos y resguardados como la joya más preciada. Pero aquella joya, era un diamante bañado en sangre. Tenía que volver a tocar esas memorias para entender por qué hacía lo que hacía, pues eran su único puente a lo que le quedaba de humanidad. Esta humanidad que lo impulsó a su venganza contra este viejo enemigo.

Un monstruo de naturaleza tan brutal jamás podría entenderlo, era algo que lo hacía distinguir entre aquellos pura sangre. Aún siendo tan despiadado, tan cruel y tan sádico, seguía guardando aquellos ideales humanos consigo. Él alguna vez fue un niño pequeño que anhelaba cosas normales, uno que deseaba tener una vida normal con su mejor amigo. Kael, quería sobre todas las cosas el estar solo con aquél gran hermano de su vida.

Su nombre era Elian, el joven chico de secundaria quien lo acompañaba en sus aventuras. Este era un niño de pelo castaño y corto, con unos atrayentes ojos rojos ladrillo, piel rosada y actitud de hermano mayor para el moreno. Elian era protector, más inteligente que Kael y más alto. Provenía de una familia extraña, con solamente su madre en casa la mayor parte del tiempo, pues su padre era detestable.

En cambio, el menor era un chico inquieto de actitud muy busca pleitos. Kael gustaba de cuidar a su mejor amigo a su manera, a los golpes. Era noble a su forma, incluso tosco, pero dulce. Su situación familiar no era tan diferente a la de su amigo, pues su padre era un total cretino y abusador al cual, había acabado con su madre. El moreno no tenía nada más que a su amigo para apoyarlo, eran hermanos.

Eran ellos dos contra el mundo.

Aquella noche de naturaleza extraña, los dos se habían quedado en la casa más segura, la de ojos de ladrillo. Estaban planeando las cosas para pasar la "pijamada de su vida". Leyendo libros sobre cosas bastante, pero bastante preocupantes para unos dos pre-adolescentes de 12 y 13 años.

Kael: ¡Mira Elian, aquí dice que con este jarabe para la tos puedes crear drogas!

Dijo, enseñándole la revista de dudosa procedencia legal que sostenía en manos, luciendo maravillado por la actividad en mente. En cambio, su amigo mayor alzó una ceja, apenas apartando la mirada sobre su libro que, ciertamente fue obtenido de la biblioteca.

Elian: ¿Quieres dejar eso a un lado? Tenemos que enfocarnos en lo que está por ocurrir hoy

Kael bajó la revista, acercándose a su amigo con interés sobre el objeto que sostenía.

Kael: ¿La Luna Carmesí, no? Suena demasiado fantasioso para ser real, Elian, además... ¡Los monstruos no pueden ser reales!

Elian: No lo sé, Kael. ¿A nadie le parece sospechoso que la Luna se pinte de rojo sangre por completo? Es sumamente raro que, incluso la cantidad de crímenes aumente por estas épocas

Aquella "Luna Carmesí" se trataba de un evento muy interesante. Así como suelen ocurrir eclipses o cambios ligeros sobre el satélite relacionados a su color, este se trataba de algo muy similar. Muy similar, con el detalle de que habían leyendas urbanas alrededor del mismo, como con los eclipses pero mejor.

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⏰ Última actualización: Jan 05 ⏰

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