Mi pecado.

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•Daniel•

Señor ten piedad de nosotros como en el mundo entero.

Eso es lo que me digo a mi mismo cada día que voy a la iglesia a escuchar al sacerdote Alexander. El sacerdote despierta cosas en mi no sé si es su voz o la manera en la que me mira mientras habla, me he masturbado pensando que es el quien me toca y me habla al oído en su forma autoritaria y demandante que te pide algo pero es como si te ordenará, cada palabra que dice me pone nervioso y ansioso.

Otra vez está dando su cermon no es de esos típico sacerdotes qué te habla mal de todo que sus palabras te incomoda hitos de lo contrario el habla con tal de cabeza y pasión que no importa mi atrapan mirandolo de una manera indebida. Pero no puedo controlar mis pensamientos cuando lo tengo cerca, jamás se fijaría en mi pero que tiene de malo quererlo. Pero para mí familia la homosexualidad era un pecado que se castiga de la manera más cruel que un padre o una madre debería de hacer.

No me gustaba para nada está habitación de la iglesia pero tenía que quedarme aquí hasta las siete porque según mi padre tengo que arrepentirme por mi pecado y cree que estar en una habitación de oración sería lo mejor del mundo pues no.

Salgo de la habitación sin mirar atrás buscando que hacer pero es cuando voy la estatua de cristo en sangrentada con una cruz encima de ella, sus ojos te dan la impresión que siguen tus movimientos pero no es así pero en vez de hacer que quiera estar por el "buen camino" me da miedo verlo tan de cerca. Me siento en un lugar para pensar pero soy interrumpido por unos pasos que hacen eco por la iglesia hasta que lo siento en mis orejas retumbar contra el piso pero es cuando los reconozco es Alexander quien se acerca a dónde me encuentro y pensándolo bien jamás nos vemos además de cuando habla con mis padres pero mientras estoy aquí nunca viene ni a saludar.

-Todavía sigues aquí-dice acercando se a mi dirrección.

-Ya termine-le miento descaradamente.

No dice nada hasta no llegar a dónde me encuentro sentado pero no quiero tenerlo cerca y no es por mi es mi cuerpo que reacciona de manera automática cuando se acerca. No puedo ocultarlo mi respiración esta al borde de colapsar, toma asiento a mi lado pero me alejo un poco de el como si no hubiera espacio para sentarse a mi lado pero no sabía que era tan persistente bueno al menos conmigo.

Lo poco que me aleje de él no fue suficiente, el se acerca a mi cuerpo pero vuelvo a mantener la distancia entre nosotros pero sigue con este juego. Volteo mi rostro para mí mirarlo pero escucho una pequeña risa de su parte y eso me termina de matar, sostengo mi pecho contra mi mano apretando mi sudadera. No puedo seguir moviéndome se que tengo espacio pero lo estoy perdiendo por su culpa pero como imbécil que soy trató de levantarme pero lo único que consigo es terminar de trasero contra el piso frío de la iglesia, el me quiere ayudar pero termino dándole un golpe en seco en la muñeca.

-Pareces un gato molesto-me dice levantándose para ayudarme.

Tengo ganas de responderle pero sus manos se posan debajo de mis axilas para levantarme, su toque es suave tanto como si en verdad no quisiera hacerme daño pero mi cuerpo se está quemando por un simple toque tengo que aprender a controlarme. Se asegura de que esté bien antes de soltarme pero no me muevo, se que no se va a preocupar por mi pero me gustaría que lo hiciera.

-¿Todo en orden?-me pregunta preocupado.

No responde a lo que me suelta para colocarse al frente de mi, presiona sus manos en mis hombros pero mi mirada esta en mis pies no entiendo cual es su preocupación pero no quiero que me toque y más sabiendo que no es como me gustaría. Me alejo de su cuerpo para volver a lo que estaba haciendo esperar para largarme de aquí.

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