SERIAL KILLER Cap (11)

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Katherine

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Katherine...

Despierto porque siento que alguien me estira del pie, dejándome casi afuera de la cama, y me saca mi media de Totoro. No soy fanático de esos dibujitos, pero este es la excepción.

Escondo mi pie rápidamente.

-Despierta, conejita. Hoy va a ser un día muy largo, así que prepárate.

-Déjame, tonto... un poco más -refunfuñé contra la almohada.

-El desayuno está listo. Apúrate, que debemos ir a hacer la denuncia.

Me siento bruscamente en la cama con el pelo en la cara. Siento un vuelco en el estómago por los nervios que me causa pensar que no acepten mi denuncia; no tengo pruebas, solo es mi palabra.

-Yo también lo vi, Katherine... así que tranquila. Tal vez no tengamos pruebas de que él sea el asesino de otras chicas, pero podemos lograr que lo atrapen, porque de todos modos él te está acosando y eso es un delito.

Como si leyera mis pensamientos, disolvió toda esa tormenta de preocupación en mi cabeza.

-Espero que sí -suspiré.

-Debes ser positiva, conejita.

"Me lo decía el hombre más positivo de todos".

Salgo de la cama y me pongo unas pantuflas de tortuga que son justo mi talla; seguramente son de Marcia. Espero que no me vea con ellas puestas, porque no quiero escucharla.

Jack sale de la habitación y lo sigo detrás. Desayunamos los tres y luego cada uno fue a buscar sus cosas para poder irnos.

Mientras subo a mi habitación, siento cómo Mimi se trepa en mi pantalón y escala hasta mi rodilla. La agarro en brazos para que no me siga clavándo sus garritas.

-¡Hola, nenita! -su pequeño tamaño me llena de ternura-. Perdón por dejarte sola anoche, no volverá a suceder-. Rozó mi mejilla en su cabeza peludita mientras la acurruco entre mis brazos.

Solo recibo muchos maullidos acompañados de ronroneos muy tiernos. Abro la habitación con las llaves que me entregó Peyton.

El cuarto está algo oscuro, ya que las cortinas no dejan entrar la luz del sol. Todo se ve en orden; al menos no hay nada fuera de lugar. Observo cada esquina, esperando no encontrarme con esa figura masculina.

Entro y dejo a mi gata en la cama, busco ropa. Opto por un short de lino negro y una remera blanca.

-Mimi...- observo cómo se mueve por debajo de las sábanas y noto un bulto más grande y una mancha carmesí mojando el lugar donde ella está, que se hace más grande cada vez que lo mueve.
Quito las sábanas de encima despacio con miedo por lo que puedo encontrar, lo que veo me causa asco e impresión, y me dan ganas profundas de vomitar.
Trato de sacar a Mimi de ahí, pero está prendida de ese animal, comiendo, y maúlla enojada.

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