SERIAL KILLER Cap (4)

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Katherine

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Katherine.

Me levanté de mi pequeña siesta, miré por la ventana y ya había oscurecido. Tomé mi celular; eran como las nueve.

¡Guau, nunca había dormido tanto!

Escuché a alguien acercarse a mi puerta, seguido de unos pequeños toques.

—Voy —dije sin ganas, abriendo la puerta solo un poco.

—¿Hija, vas a bajar a comer? —preguntó mi tío, un poco extraño.

—Sí, me baño y bajo —sonreí un poco.

—Te espero en la cocina —dijo bajando las escaleras.

—¿Jack comerá con nosotros? —pregunté.

—No lo sé. Kathy no ha aparecido en todo el día; tampoco responde a los mensajes ni a las llamadas.

—Está bien —respondí desanimada.

Siempre me a gustado que estemos todos juntos en la mesa ,por lo menos a la hora de comer y me preocupa que no de ni siquiera señales de humo.

Lo que no se si me molesta es que me iba a dejar esperándolo afuera de la escuela como una tonta ,aunque de todas maneras si no hubiera estado cuando saliera ,me iba a ir sola o talvez benja me acompañaba, aunque lo dudaba porque tenía a su hermanita de 6 años Clarita muy enferma y solo la cuidaba su nueva niñera asta las 17:30.

Me bañé lo más rápido que pude y me puse lo primero que encontré: un suéter con un pantalón de plush color rosa viejo.

Estaba por bajar las escaleras cuando escuché un cristal romperse.

—¡Mierda! —escuché a mi tío quejarse.

—¡Peyton, ¿estás bien?!

—Sí, Kathy, no pasa nada.

—Te cortaste. —Su mano sangraba.

—Solo fue un rasguño, querida—dijo mientras limpiaba su mano.

—Bueno, veamos televisión—propuse.

—No, primero comamos que se enfría y después miramos televisión—dijo Peyton.

Nos sentamos a comer solo él y yo en silencio.

—¿Te preocupa algo, tío? —No, cariño, claro que no; solo que tu primo aún no viene, solo eso.

—¿Quieres que hablemos de lo que dejamos pendiente en la tarde?.

Quería  distraerlo un poco. Me miró como si no quisiera hablarlo ni en mil años más.

—Bueno, si todavía quieres, sabes que puedes confiar en mí.

—Sí, quiero hablar —volvió en sí. 

—Esta mañana no fui a trabajar, fui a la policía —junto sus manos, nervioso.

Mis ojos se entrecerraron, tratando de comprender.

—¿Por qué fuiste?

—Espera, Katherine, estoy tratando de contarte.

—Perdón, tío.

Él solo sonrió y siguió hablando.

—Como sabes, el domingo salí temprano de casa y fui al bosque a cazar algo. Sabes que me gusta cazar, aunque tú me digas que no lo haga.

—Sí, lo sé, y eso me defrauda de tu parte. Dijiste que no lo harías más.

Si algo me molesta es que lastimen a los animales.

—Ya no más, Kathy... ya no lo haré más —soltó un corto suspiro.

—¿Qué sucedió, tío? Cuéntame —acomode  mi silla junto a la de él.

—Kathy, encontré el cuerpo de una muchacha.

Mis ojos se abrieron como platos.

—¿Qué... como no entiendo? —dije incrédula. 

— Iba de caza y la vi allí en la orilla. No había que revisarla para saber si estaba muerta. Su piel era pálida y su corte... ¡¡No, Kathy!! —soltó un quejido a punto de desmoronarse en su lugar.

—Papá...—me dio escalofríos.

—Por eso quiero que Jack te acompañe a donde vayas. No quiero que te deje sola en ningún momento. Al monstruo que hizo eso no lo han atrapado aún.

Parecía que le daba un ataque de pánico.

—Nadie está seguro aquí.— Se tapó el rostro con ambas manos.— No soportaría si algo te sucediera, ¡hija!

—Lo sé, tío, pero estoy bien. ¿Me ves? No, no pasará nada. Esto siempre ha pasado; siempre hay gente que muere alrededor del mundo, y lo sabes.

Traté de calmarlo.

—No lo entiendes, Kathy. Esto viene desde hace un tiempo; no es algo que suceda solo una vez.

—¿Qué te dijeron en la estación? 

—Muy poco, la verdad. Me dijeron que lo identificaron como un hombre. Hace algunos años empezó con estas monstruosidades. 

—¿Identificaron a la chica? 

—No me quisieron decir mucho, pero la chica que murió era Melisa... Melisa Reyes, algo así. ¿Tú la conocías? 

—Mmm, no. —Dudé en contestar si la conocía, pero no quería seguir asustándolo. Ella era del otro pueblo cercano, era de las Barbys de goma, junto con sus otras amigas, de las que ni me acuerdo el nombre.

Su muerte parece irreal. Aunque nunca nos llevamos bien, siento algo horrible. No puedo dejar de pensar en el dolor que deben sentir sus padres.

Aún recuerdo cuando fueron a competir contra nosotras unas tres veces en voleibol.

Terminamos peleando porque eran unas tramposas. A Melisa la recuerdo bien, porque cuando salimos de la universidad, me asaltó con una de sus amigas y me dio una bofetada muy fuerte. Y como yo me defendí, me atacaron entre las dos. Me hubieran seguido pegando si Jack no llegaba y las separara de mí.

Ese día, Jack me dio una mini clase de defensa personal, por la que le agradecí con gusto.

—Está bien, tío, no pasará nada— sonreí—Jack me acompañará, y no tengas miedo,no me pasará nada.

—Bueno, ya cariño, me puse muy sensible. No quiero que te pase nada, es solo eso.

Asentí.

—Yo levanto la mesa, Peyton, tú lavas los platos.

No habíamos probado un bocado.

— ¿eh?  tramposa, yo cociné—se izo el ofendido.

—Trató,¿o no?—dije con una mirada reprochante y graciosa —quería cambiar el ambiente.

—Bueno, es un trato, pero tú cocinas mañana. 

—Sabes que no me gusta cocinar —me crucé de brazos.

—Y a mí no me gusta lavar los platos, querida. 

—Siempre ganas, eres un tramposo. 

Le di un beso en la mejilla. 

Terminé de recoger los platos y me fui a mi habitación. Me sentía cansada, aunque había dormido la siesta.

Acomode mis sábanas desordenadas y algo se cayó por ellas; me agaché para verlo mejor.

Era como un cofrecito, tenía una cadenita y una nota pequeña que decía:

Eres mi obsesión, mi debilidad, mi razón para matar. 

Mi cuerpo tembló... él estuvo aquí.

HOLIS AQUI UN NUEVO CAPITULO 😊

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