Katherine es la opsecion y debilidad de ambos hombres, cada uno luchará de distintas maneras por ella.
Hasta dónde llegarán?
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Espero querid@s lector@s que se enganchen y disfruten.😊
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Katherine.
Desperté de mi sueño profundo con la garganta reseca, pidiendo a gritos agua. Miré el reloj de la mesita de luz y marcaban las 3:30, una linda hora para despertar.
Bajé las escaleras despacio, medio atontada por el sueño, fui directa a la cocina y me serví un vaso de agua.
Escuché el televisor encendido. Me acerqué sin hacer ruido por si estaba Jack, pero no había rastro de él en la sala.
Estaba dando un programa nocturno “Enterrados”, salía en la descripción de arriba.
No me gustan esas cosas, así que iba decidida a tomar el control remoto y apagarlo, pero justo dijeron el nombre: Melisa Reyes.
Me quedé prestando atención a lo que decían; no me gustó nada lo que escuché:
Una joven fue encontrada muerta el pasado domingo; fue brutalmente asesinada.
Periodista:
—Melisa Reyes fue una más de tantas chicas asesinadas. Tenemos entendido que detrás de estos casos, el autor de los crímenes es un masculino, es decir, una sola persona.
Remarcó lo último.
—Hasta ahora no tenemos la identidad del causante de tan atroces crímenes. Se puede decir que sigue un patrón aún indescifrable por la justicia.
Empezaron a pasar fotografías de al menos tres chicas; incluso estaba la foto de Melisa. Las tres tenían un gran parecido o algo en común, como su color de cabello y ojos marrones claros u oscuros. Se podría decir que todas tenían un parecido.
Aún no podía creer que andaba un loco suelto matando a chicas por placer.
Periodista:
— Como podemos notar en las imágenes, las chicas tienen rasgos similares y… todas fueron asesinadas un 7 de junio. Es decir, las jóvenes tenían distintas edades cuando murieron, pero la policía ha dado nueva información: fueron atacadas el día de su cumpleaños.
Tiene una enferma obsesión.
Los ojos de la periodista se llenaron de lágrimas.
—Para él, es una rutina dejar a su familia sin sus hijas, nietas o incluso hermanas.
La mujer empezó a tartamudear, su cara se llenó de angustia y su habla se transformó en casi un llanto.
Finalmente, pudo articular palabras.
—Hace 2 años, un 7 de junio, se llevó a mi hija Anastasia, ¡lo sé! Él fue quien la mató… Me quitó la vida ese miserable día. ¡Se la llevó con tan solo 16 años!
Su voz ya no sonaba quebrada, su voz contenía mucha ira.
Se acercó unos pasos al camarógrafo y lo obligó a grabarla.
