TREINTA Y DOS

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-No sé cómo sentirme al respecto- dijo SeHun hacía Yeol, quién estaba empacando todo de su habitación de hotel. -Ya le dijeron que puede que uno de los dos no sobreviva y aun así, quiso tenerlo, hablar de deshacernos del bebé ya no es una opción ahora-

-Todos los embarazos son de riesgo- dijo Yeol -Otros más que los demás, LuHan es irregular, es normal que sea más riesgoso, pero no por eso se va a morir él o tu hijo, piensa en esto, hay un montón de probabilidad de que mueras en un accidente de auto, ¿No? Nadie esta impune a eso, pero aun así, todos tienen un auto, lógica, querido, lógica-

-No es lo mismo un accidente de auto a un bebé-

-Bueno, quise ayudar- Sehun bufó, dejándose caer de espaldas en la gran cama y pronto, Yeol se tiró también.

-No me gusta ser adulto-

-Ni a mí, realmente lamento no haber estado contigo en los peores momentos, estaba en mi depresión del mes- SeHun bufó, pero negó con la cabeza.

-Está bien, no te preocupes, sé que tampoco estás pasándola bien, también debí ayudarte- SeHun miro el techo con pereza -Verás, nunca pensé en ser padre, no creí que pudiera porque la persona que me gustaba era LuHan, pero no me importo, porque yo lo amaba a él, no lo que podía darme o no, pero desde que me enteré, quería hacerlo, me esforcé mucho-

-No eliges ser padre, es como PUM TE TOCA- dijo Chanyeol, también mirando el techo -Pero yo si quería ser padre, siempre pensé que ojalá algún día pueda ser como mi padre, aunque sea un poco. Lo vi convertido en el hombre que cualquiera quisiera conocer, que cualquiera quisiera como padre, como hombre o compañero. A pesar de tantos desniveles, me ha tocado el mejor de todos. Y de eso estaré siempre orgulloso, no me importa lo que piense otro ser humano en la existencia.- sonrió con melancolía -Cuando Jae llegó, lo sentí como una oportunidad. Mamá siempre andaba diciendo que ser padre no era nada fácil, que desde el momento en el que la vida te daba a un hijo, la mentalidad cambiaba, las inseguridades y los miedos existían, pues él niño iba a depender de ti, iba a depender de todo lo que tú le des.-

Miró a su amigo con una sonrisa. -Pero lo vale completamente-

-No lo sé, LuHan es un hombre fuerte, el más humilde que he conocido jamás. Es que tiene un corazón tan puro, que sólo con sus actitudes te das cuenta. Cuando lo ves ayudando a alguien sin conocerlo y sin presumir, al menos yo siento que quisiera ser como él algún día, quisiera que mi hijo o hija sea como él, pero demonios, estoy demasiado asustado-

-Mira, tal vez el consejo de alguien que vive en un hotel no sea lo mejor del mundo, pero eres un gran sujeto, te casaste, hiciste una carrera, tienes una hermosa casa, amas a la persona con la que estás, tienes un buen empleo, ¿Qué hay que temer? En estos casos, solo queda desear lo mejor. La vida no te prepara para las cosas que van a venir cuando el niño crezca, la vida no te dará respuesta cuando sea un adolescente y se compliquen las cosas, la vida no te dará consejos cada vez que el joven caiga al suelo y no quiera levantarse, la vida no le dará esperanza que cuando sea un adulto va a estar agradecido del nido de donde vino, la vida no te confirmará que él iba ser el mejor, la vida no te dirá si vas ser un buen padre, si todo va a salir bien y por eso, debes esforzarte aún más.

-¿Cómo alguien que vive en un hotel habla tan bien?- Chanyeol soltó una carcajada, de nuevo mirando hacía el techo.

-Ah no lo sé, a veces así es de irónico, de todos modos, sabes que estaré aquí para lo que necesites, por eso somos amigos- chocaron sus puños, de nuevo mirando al techo en silencio, luchando con sus propios pensamientos. -¿Quieres comer pizza?-

-LuHan me tiene a dieta-

-Pero LuHan no está aquí- ambos rieron antes de saltar de la cama y correr hacía la calle para buscar un buen lugar para comer eso.

Así empezó todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora