──── xxiv. ser un hombre

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Rafe no se había equivocado al asegurar que este viaje a las Bahamas era algo que Maeve necesitaba, desde siempre ella había amado los viajes que la llevaban fuera de Outer Banks, lugares donde el apellido Cameron no significaba nada y no tenía qu...

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Rafe no se había equivocado al asegurar que este viaje a las Bahamas era algo que Maeve necesitaba, desde siempre ella había amado los viajes que la llevaban fuera de Outer Banks, lugares donde el apellido Cameron no significaba nada y no tenía que fingir una perfección con la que no se sentía identificada.

Ella sabía lo que su padre planeaba para este viaje, pero no entendía como la presencia de Rafe era necesaria. Sin embargo, nunca lo mencionó en voz alta, él había estado realmente emocionado por ser tomado en cuenta por su padre, y ella no le iba a quitar eso, no cuando eso había regresado la sonrisa a su rostro.

Por lo que mientras ellos se ocupaban de sus cosas, como siempre que salían de vacaciones, la única preocupación de Maeve sería retocar su protector solar para no lastimar su piel mientras tomaba alguna piña colada en la piscina.

La rubia estaba decidida a despejar su mente, y no importaba si para eso necesitaba de una desagradable botella de alcohol, si era eso lo que hacía falta para no pensar en los últimos acontecimientos ella estaba dispuesta a todo.

Había apagado su celular apenas se despertó y vió la cantidad de llamadas perdidas de James. Rafe había sido útil para distraerla durante un buen tiempo, pero Maeve estaba algo aterrada de que en el momento en el que se separaran sus pensamientos de plagarán en nada más que recuerdos de la tarde anterior, por lo que no había soltado su brazo durante todo el viaje.

—Dejaré las cosas en mi habitación —dijo Maeve, mirando de reojo a su padre que lucía una sonrisa que hace mucho tiempo no veía en él—. Puedes buscar lo tuyo después.

Rafe había insistido en usar una sola maleta para las cosas de ambos. Si padre había asegurado que sería un viaje de no muchos días, y además se supone que aún deberían quedar cosas de sus últimas vacaciones, por lo que Maeve no puso mucha resistencia.

—Estaremos en el salón principal —habló Ward antes de que su hijo pudiera dar una respuesta—. Nos alcanzas cuando puedas.

Maeve simplemente asintió sin decir nada mientras su padre se quitaba sus lentes oscuros antes de dejarlos solos.

Rafe dejó una última caricia en las manos de la rubia antes de soltarla para que ella tomara el bolso de mano. —¿Estás segura? Puedo hacer eso después. —aseguró pero ella rápidamente negó.

DOLLHOUSE ; RAFE CAMERONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora