──── xxxvi. lo único que necesita

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Rafe había vuelto y junto a él uno que otro problema, sin embargo, Maeve no había pensado en eso, era lo que menos le importaba

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Rafe había vuelto y junto a él uno que otro problema, sin embargo, Maeve no había pensado en eso, era lo que menos le importaba. Esa noche no hubo fiesta, y tampoco había revisado los mensajes en su celular, ella estaba demasiado ocupada pensando en su hermano.

En como estaba tan cerca que podía escuchar sus pasos desde su habitación. Maeve se preguntaba que pasaría si se levantaba y tomaba la valentía de ir a su habitación como lo había hecho antes, y como terminaría, si discutiendo una vez más, o de piernas entrelazadas y sonrisas compartidas.

—¿Entonces me estás diciendo que se arreglaron? —le preguntó la rubia al castaño mirándolo con extrañeza—. Tú lo mandaste a prisión.

Maeve le pasó un plato de fruta picada a Barry, quién se había pasado por la mansión para desayunar como se le había vuelto costumbre. Era hora de almuerzo realmente, pero la rubia había pasado una noche complicada, así que se permitió levantarse mucho más tarde de lo usual.

Ella no era la mejor cocinando, así que era Rafe a quien le había tocado aprender lo básico para que Maeve se alejara de las ollas, ahora que en la mansión no había ningún trabajador, a la rubia le había tocado aprender con cortadas y quemadas, así que siempre se iba por lo más sencillo.

—No le estoy haciendo ningún favor —resopló el castaño—. La mitad de esa mierda es mía.

Maeve asintió, pasándole una de las tazas de té de jamaica y la taza de jugo de limón para que le pusiera a gusto. Barry le dió una mirada entrecerrada que fácilmente ignoró. —No vas a desayunar con cerveza, Barry, es asqueroso.

—Por supuesto, mamá —resopló con sarcasmo poniendo los ojos en blanco—. Y te recuerdo, que hice eso por ti.

La rubia hizo una película mueca al escucharlo, reviviendo su té. —Mejor no mencionar eso. Se pone dramático cuando no es la única solución a mis problemas.

Barry soltó una risa aguda por lo bajo, antes de la puerta siendo cerrada bruscamente los hiciera saltar en su lugar.

Rafe no tardó en aparecer, dejando caer las llaves contra la mesa y frunció el ceño mientras miraba al castaño. —Hablé contigo ayer sobre mantener distancia por las apariencias, ¿Y te apareces en mi casa? —le preguntó mirándolo con ojos entrecerrados antes de mirar a Maeve de la misma forma—. ¿Y desde cuándo es alguien a quién dejas pasar a casa?

DOLLHOUSE ; RAFE CAMERONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora