nostalgia (Villargas / Isamil).

capítulo 8.

¿Entonces? Les hice una pregunta, así que quiero una respuesta. Ordenó Villamil parándose enmedio de ambos para evitar otra pelea posible.

  Él empezó. Respondieron los dos al mismo tiempo señalándose con el dedo uno al otro y Juan Pablo por su partes solo rodó los ojos y frunció el ceño.

  No me importa quién empezó, ahora mismo van a terminar con esta pendejada; Simón discúlpate con Isaza porque recuerda que gracias a él ustedes están acá, porque si él no me hubiera dado permiso, yo simplemente no te hubiera dejado quedarte con nosotros y tampoco olvides que esto lo hago por tu hermano no por tí, así que hazme el favor y déjalo en paz.

  Yo no pienso disculparme con nadie. Declaró y se fue bastante indignado. Villamil por su parte se acercó lentamente a su amigo y al ver su cara toda golpeada, una rabia lo invadió por completo; por eso trató de calmarse tomando una larga respiración y cuando estuvo lo suficientemente calmado, simplemente se le acercó, lo abrazó y lo guió hasta un sofá que había en la sala para curarle esas heridas que tenía en el rostro.

  Cuando el Juan Pablo menor tuvo al frente al otro y pudo verlo directamente a los ojos, una extraña sensación recorrió todo su cuerpo; era como una especie de hormigueo en su panza, como si mil mariposas revolotearan allí; decidió no hacerle caso  a eso y siguió con su cometido hasta que terminó.

  Isa de verdad discúlpame, yo nunca quise  que esto pasara; te juro que si yo lo hubiera sabido no hubiera... Intentó disculparse pero el otro simplemente le hizo una señal para que guardara silencio.

  No vuelvas a disculparte porque esto no fue tu culpa ¿okay? El es el idiota que cree que puede llegar de la nada a tu vida y hacer como si todo estuviera bien entre ustedes; yo solamente hice lo que debía hacer, así que no te culpes por nada de esto porque el único culpable se llamas Simón Vargas. Respondió el del sombrero y en volvió a su gran amigo en un abrazo.

  Villamil no entendía porqué ese abrazo se sentía diferente pero decidió no darle mucha importancia y disfrutar a Juan Pablo al máximo puesto que no sabía hasta cuándo lo tendría a su lado.

  Pasó algún tiempo más y los Juan Pablo se volvían cada vez más inseparables, cosa que no le gustaba para nada a Simón puesto que él creía que Villamil era única y exclusivamente de él y no iba a permitir que un desconocido se metiera en su camino. Juan Pablo Villamil por su parte disfrutaba cada momento que pasaba al lado de su chico ensombrerado; el ojiverde poco a poco se iba dando cuenta de que estaba empezando a desarrollar sentimientos hacia el Juan Pablo mayor y cada día que pasaba a su lado, entendía que lo único que necesitaba era tenerlo lo más cerca posible.

  Juan Pablo Villamil y Juan Pablo Isaza seguían trabajando con Pedro malaver pues a finde cuentas gracias a él tenían todo lo que tenían, aunque claro que Alejandro intentó de todas las maneras posibles hacer que ellos renunciaran ya que sabía en lo que ellos se estaban metiendo, pero después de intentarlo y ver que nada tendría resultado, decidió dar un paso de costado y dejar que ellos solitos se dieran cuenta de que es a decisión había sido la peor que pudieron a ver tomado.

  Isa, necesito hablar urgentemente contigo. Pidió el Juan Pablo menor una vez que ambos chicos estuvieron sentados en el banco de un parque que ellos habían decidido visitar esa tarde.

  Mira Papo si lo que quieres decirme es que desde el día que Simón regresó tus sentimientos hacia él también lo hicieron, déjame decirte que no quiero escucharlo porque ya lo sabía y no te preocupes por mí que yo voy a estar bien.

  ¿Que? ¿De qué estás hablando Isaza? ¿Por qué mis sentimientos hacia Simón deberían afectarte a ti?. Interrogó el ojos verdes confundido mirando directamente al ojos marrones.

  Bueno... yo... eeeem... yo no dije nada... olvídalo por favor... yo ya tengo que irme, así que te veo más tarde. Declaró, se puso de pie y se fue dejando a un Villamil bastante confundido.

  Juan Pablo Villamil Cortés, a tí te estaba buscando.

  Alejo ¿que te pasa? ¿Por qué estás tan serio conmigo?.

  No creo que haga falta que te lo explique porque tú ya lo sabes, pero no vengo hablar contigo de eso Juan Pablo, simplemente te quería decir que tu padre regresará en unos días, así que yo que tú iría viendo que Carrizo le vas a decir en cuanto llegue y no te vea en casa con tu mamá.

  Muy bien, gracias por avisarme pero lo que le diga o no a mi papá no es tu problema; ¿está claro?

  Mira Juan Pablo, bájale dos a tu Tonito porque a mí no me vas a tratar como se te pegue la gana; yo solamente te lo estoy avisando para que no te agarre de sorpresa pero ojalá no te arrepientas de lo que estás haciendo. Respondió Alejo molesto y se fue sin decir nada más.

  Villamil no sabía porqué de repente se había enojado tanto, así que decidió irse de s parque pero cuando estaba apunto de hacerlo vio a Simón acercarse lentamente hacia él.

  Papo que bueno que te veo porque quiero hablar contigo. El recién nombrado puso los ojos en blanco y volvió a sentarse en el banco en el que había estado sentado hace un rato.

  ¿Y ahora tú qué quieres?.

  Bueno solo quería pedirte perdón por todo lo que ha pasado entre nosotros. Mira yo sé que me he comportado como un propio pendejo pero quiero que sepas que te amo y pase lo que pase siempre va a ser así.

  Simón yo... Simón no lo dejó terminar, simplemente Unió sus labios en un beso y Villamil decidió entregarse. Así duraron un largo rato hasta que la falta de aire los obligó a separarse.

  Eso fue... Empezó el azabache, mas el castaño lo interrumpió.

  No, no ¡no!, Perdóname Simón pero esto no debió haber pasado.

  ¿Por qué no? Juan Pablo eso fue hermoso y tú decidiste seguirme el beso ¿ahora por qué dices que eso no debió haber pasado? De verdad no te entiendo Villamil. Habló Simón bastante frustrado.

  ¿De verdad quieres saberlo?.

  ¡Por supuesto que quiero saberlo!.

  Muy bien, tú lo quisiste así. Juan Pablo  tomó una bocanada de aire y soltó lo siguiente:

  Porque... porque... ¡porque amo a Juan Pablo Isaza Piñeros!.