¿Y Las Esperanzas?

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¿Y qué con lo que dijera el destino?

—Por favor, Gabriella —dijo Lily mientras abrazaba a Gabriella —. Por favor déjame estar en casa, en donde pertenezco.

—¿A qué te refieres? - preguntó.

—A tu lado... Es ni casa y es allí a donde pertenezco.

Gabriella sonrió y la abrazó con más fuerza, dejandole claro que sin importar las circunstancias ni se separaria de ella.

—Me casaré contigo —dijo Gabriella sonriendo.

—Más te vale no estar jugando, casarme ha sido uno de mis mayores anhelos.

—Te lo prometo y yo cuando prometo algo lo cumplo.

—¿Sabes? —dijo Lily —. Al principio siempre pensé que jamás me amarias.

—De hecho, yo tampoco. Porque mi mente parece ser una extraña enfermedad mortal. Matando cada parte dentro de mí, cada sentimiento, cada emoción, cada deseo. Excepto el deseo de matar y ahora el deseo de amarte.

—Jamás pensaría que sería gracias a ti que miro a mi pasado y siento que finalmente he despertado de una horrible pesadilla que me torturó por años.

—Porque por mí vas a tener que comer mejor y dormir bien.

—Si me veo ahoga mismo en el espejo, sé que en mi rostro no hay cicatrices pero en mi corazón todavía las hay. Pero ya no me duelen tanto como para evitarme sonreir porque te tengo a ti.

¿Qué pasaría con la maldición? Gabriella no lo sabía pero tampoco le daba importancia. Tanto su hermano con ella habían cometido ese “error” que se supone que no deberían haber cometido. Pero ya ninguno de los dos podría hacer algo en un punto en el que ni siquiera se sabía el amor de cual de ellos dos sería esa “perdiccion”.

—Que lindos son Leo y tú como hermanos, nadie lo pensaría —dice Lily.

—El idiota ese me hace falta, no lo puedo negar —respondió.

De repente, Lily recordó a alguien. Quería saber que era lo que había pasado con la pequeña niña que evitó que mataran aquella noche.

—Gabriella, ¿dónde está la niña? —preguntó Lily de repente.

—¿Abril? Seguramente está causándoles traumas a los trabajadores en casa.

—Es imposible, ¿aquella niña con una mirada tan inocente? ¿Qué es lo malo que podría hacer una niña de su edad?

—Cosas normales como cazar animales del bosque, clavar cuchillos y ser piromana.

—¿Te parecen esas cosas normales?

—Pues esa es la misma infancia que yo tuve, no me juzguez.

—¿Por qué le enseñaste todas esas cosas?

—Lily, esa niña es mala. Muchas de esas cosas que te digo no se las enseñé yo. Por eso la amo.

—Lógico.

Era una noche de reencuentro en la que al parecer estaba dispuestas a retar el destino. Una noche en la que debían estar felices, pero Gabriella notó rápidamente que aunque estuviera allí con Lily ella no podía dormir.

—¿Lily? —dijo susurrando —. ¿Estás bien?

—Sí —suspiro —. Solo estoy pensando.

—¿En?

—¿Qué tal si nunca encuentro a mi hermano y mis padres no pueden descansar?

—Pero —respondió Gabriella mirándole a los ojos —, siempre has tenido una esperanza muy fuerte, ¿por qué ahora no?

—No tenía ni 10 años cuando él desapareció, es mucho el tiempo que ha pasado.

—No logró entender bien que le pasó.

—Mi papá tenía un rango alto en el ejército y frustró muchos planes de narcos. El odio que creció en ellos hacía mi padre hizo que secuestraran a mi madre, a mi hermano y a mí. Nos torturaron durante un mes y a pesar de que mi papá dio el dinero para que nos liberaran, por alguna razón solo lo hicieron conmigo. Asesinaron a mi madre y de mi hermano no supimos nada desde entonces. Creo que ahora sirve para ellos, a veces suelen reclutar niños por eso tengo miedo de que muera en cualquier momento.

—¿Cuántos años tenía él en ese entonces?

—Seis, y me duele pensar que ha pasado toda su vida en ese entorno.

—Pero, yo estoy segura que él va a aparecer y tus padres finalmente van a poder descansar —le dijo con una voz tranquilizante —. Te aseguro que va a ser así, no te preocupes.

—Gracias —dijo Lily abrazándola con fuerza.

—Bien, ahora duerme.

Gabriella pegó la cabeza de Lily en su pecho y se encargó de que esta durmiera. Esa noche su alma se niña volvería a su cuerpo.

Gabriella lo dijo, Lily era una niña en ocasiones. En aquellas ocasiones en las que su corazón estaba destrozado.

En un punto de esa noche Lily sintió una brisa sepulcral recorrer su cuerpo, haciéndola despertar de inmediato.

Escuchó la puerta de la habitacion se abrió lentamente y encendió enseguida la lámpara cercana a la cama. Allí estaban sus padres, ella esperaba un sermón de parte de ellos y se levantó lentamente de la cama para no despertar a Gabriella.

—¿Ahora qué? —preguntó ella susurrando.

—Tranquila mi amor —dijo su madre —. No estamos aquí para regañarte.

—Estamos aquí para despedirnos —mencionó su padre con tristeza.

—¿A qué se refieren? —preguntó Lily con desconcierto.

—Nos iremos a descansar —respondió su madre con una sonrisa linda pero con los ojos aguados.

—Entonces, ¿eso quiere decir que mi hermano aparecerá pronto? —preguntó Lily con una sonrisa —. ¿Es por eso que ya pueden descansar?

—Lily, una de las razones por las que no podíamos descansar era porque nuestra hija mayor no era feliz —le responde su padre —. Ahora pareces serlo, a pesar de la personalidad de la mujer de la que te enamoraste, pareces ser feliz a su lado.

—Pero, ¿y mi hermano qué? —preguntó Lily aún más confundida —. Se supone que el que estuviera desaparecido era una de las razones por las que ustedes no podemos descansar.

—Y así es —respondió su madre con melancolía.

—¿Entonces? —preguntó Lily.

—Él no va a aparecer Lily —dijo su padre después de un largo suspiro —. No lo vas a encontrar.

—No puedes asegurar eso, sigue con vida y eso quiere decir que puedo seguir buscándolo hasta que lo encuentre.

La madre de Lily se paró a centímetros de ella, la miró fijamente durante algunos segundos, tiempo que para Lily parecía eterno.

—¿Qué pasó? —preguntó Lily.

—Lily —dijo la madre después de tragar saliva, tratando de verse fuerte ante su hija —. Tu hermano está muerto.

Lily dio un paso atrás y su pie derecho se sintió tan débil que por poco cae al suelo.

—Mamá, con esas cosas no se juega —dijo esperando a que no fuera cierto —. Si fuera así, ya lo hubiese visto, no me mientan.

—¿Por qué te mentiriamos? —preguntó su padre —. ¿Crees que esto no los duele?

Lily continuó negándose, si no lo ha visto entonces no puede creer. Pero notaba la seriedad de sus padres y, ¿por qué le mentirían?

En ese instante el mundo parece detenerse para Lily. Su mente se llena de pensamientos confusos y su cuerpo se paraliza por la devastadora noticia.

—No te preocupes —dijo una voz masculina de repente —, sé que siempre me buscaste y esperaste.

Sangre Y Poder (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora