Hermanos.

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Gabriella y Leo estaban disfrutando de su victoria con Adam, hablando muy casualmente. Sin alcohol.

—¿Sabes hermanita? —dice Leo de repente —. Te veo y pienso, ¿cómo es posible que mi madre tan bella haya tenido una hija tan fea?

—Somos gemelos, estúpido —le responde ella con un poco disgusto.

—Y yo siempre seré una versión más elegante de ti —le responde Leo con soberbia.

—¿Así que aceptas que yo soy original y tu una copia? —pregunta Gabriella con una sonrisa.

— Y ¿sabes una cosa? —pregunta Leo —Anoche tuve el maravilloso sueño de que le habías hecho un enorme favor a la familia, suicidándote. Pero luego resultó ser un sueño.

—Yo también tuve un sueño maravilloso.

—¿Ah si? ¿Cuál?

—Qué te había atropellado un trailer.

En ese momento, apareció una de las sirvientes "¿Me llamó señorita?" le preguntó a Gabriella de una forma muy formal.

—Eh, si —dijo Gabriella sentándose —. ¿Podrías traerme un café?

Ella era una amantes del café, le encantaba tanto como los gatos, el color negro y matar personas.

—¿Café? —dijo Leo —. ¿Otro? Ya te has tomado tres tazas. No le traigas café, mejor traele té.

Gabriella volteó a verlo preguntándose quién se creía él para pedir algo por ella.

—¿Acaso no recuerdas que soy mayor que tú? —le preguntó Gabriella.

—Por siete miserables minutos.

—Minutos que hacen la diferencia... Lucía —dijo dirigiendo nuevamente la mirada hacia la sirvienta —, traeme el café, de lo contrario, te mataré.

La señora se padileció y se dio la vuelta para ir por el café que Gabriella le había pedido, pero se detuvo de nuevo por orden de su hermano.

—Si le traes ese café, el que te matará soy yo.

Gabriella le aseguró a la señora que la forma en la que ella la mataría sería mil veces peor que la forma en la que podría hacerlo su hermano.

—Hermanita —dice Leo mientras Lucía está allí sin saber que hacer —, ¿acaso no recuerdas cuando cavé un hoyo en el patio y te lancé allí? Recuerdo que empezó a llover y casi te ahogas allí adentro.

—Sí —respondió Gabriella poniendo sus manos en el escritorio —  Y también recuerdo cuando puse la plancha de una de las sirvientas en tu cuello.

—Sí, todavía tengo la marca de hecho. La puedo ver en el espejo, pero eso no se compara con...

La señora Lucía nos interrumpió, a ella la conocemos desde que tenemos memoria, es en la que más confían dos locos como nosotros

—¿Podrían encontrar alguna forma en la que yo no muera? —dijo dejando notar su miedo.

—No te preocupes, Lucía, siempre encontramos formas creativas de hacer las cosas, ¿verdad hermanito? Lucía, tráeme ese café —ordenó Gabriella.

— Si le traes ese café,  trae un bate de béisbol también  —interviene Leo con tono desafiante.

—No se preocupen, traeré el café y también un bate de béisbol —responde Lucía.

Ambos se miraban con una mirada desafiante, pero al final no podían contener la risa y estallan en carcajadas.

No era una sorpresa para Lucía ni para nadie, todos ya sabían que Gabriella y su hermano no estaban bien mentalmente.  De hecho, comparada con sus otras conversaciones, esta es bastante normal.

—No entiendo —continuó hablando Leo —ese deseo tuyo de matar.

Él sonreía porque sabía que respondería su hermana ante esa pregunta, algo que él consideraba absurdo.

—Para darle esas almas a demonios.

—¿Y dónde dices que están esos Demonios? —dice Leo dejando salir una carcajada.

—Mira Leo no estoy para tus juegos. Son reales, se sientan en mi cama, los he visto.

—Te quedaría más fácil aceptar que tienes esquizofrenia.

—No tengo esquizofrenia —le respondió ella con disgusto.

—Claro, tienes razón... Tú no tienes esquizofrenia, la esquizofrenia te tiene a ti.

Gabriella guardó silencio un momento y luego dijo en un tono de voz muy bajo: "no debí quitar ese alacrán que puse en tu cama cuando teníamos 15 años"

—¿Qué dijiste? —pregunta Leo —¿Por qué no lo dices en voz alta?

—¿Qué? —dice ella poniéndose de pie —yo no dije nada.

—¿Ya vas a hablar con tus Demonios otra vez?

—Sí —dijo luego de darse la vuelta —. ¿Y quieres saber que me dijeron la última vez que hablé con ellos?

Tomó una navaja y la lanzó directamente a la pared, está terminó clavada a centímetros de la cabeza de su hermano. Otra cosa que era muy normal en ellos dos.

Leo parecía indignado mientras sacaba la navaja de la pared. Empezó a acercarse así hermana sin dejar de mirar la navaja.

—Gabi —dijo mirando la navaja —, esto no tiene nombre.

—Claro que si lo tiene, se llama intento de homicidio. ¿Me dejas intentarlo otra vez?

—Eso no es un intento de homicidio —dijo Leo mientras sonreía —. Esto sí...

Jaló el tapete en el que estaba parada su hermana, haciéndola caer de espaldas al suelo.

—Oh, ¿pudiste golpearte la cabeza y morir? —preguntó con sarcasmo —lo siento.

—Más vas a sentir cuando te clave enserio esa navaja —dijo poniéndose de pie.

En ese momento fueron interrumpidos por The Killer, quien los vio y no pudo evitar sonreír.

—¿Los hermanos Lombardi siendo los hermanos Lombardi? Que sorpresa.

The Killer era como un segundo padre para ellos, ambos lo miraron fijamente esperando a que dijera algo, pues seguramente traía alguna noticia.

—Supongo que conocen sobre Ágata Timoféiev —les preguntó.

Ellos sabían perfectamente que Ágata era la mayor dirigente de la mafia Rusa, sus padres hicieron una alianza con ella.

—Pues como sabrán, ella es una de nuestras aliadas y como sus padres murieron ahora ella quiere conocer a los nuevos líderes.

Para Gabriella y Leo no había problema en conocer a Ágata, una mafiosa con experiencia conocida por su astusia y agilidad en los juegos de azar y en todo.

—Entonces, les parecería adecuado tener un encuentro con ella en las vegas, para empezar a organizarlo todo.

—Sí —responde Leo —. También, ¿podrías tener una platica con mi hermana? De preferencia con un psiquiatra, atada a una silla y con camisas de fuerza, en una habitación acolchada con muchas cámaras y al menos 10 guardias fuera. Además, considero que también sería útil que traigas algún sacerdote.

Gabriella hizo un gesto de desesperación ante la broma de su hermano. A pesar de tratarse tan mal, Leo era la persona que Gabriella más quería y viceversa. Darían la vida el uno por el otro pero disfrutan torturar se entre ellos.

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Sangre Y Poder (chicaxchica) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora