Cap.5 Un día para Nochebuena

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Al llegar al aeropuerto y recoger el equipaje, salimos a buscar a mis padres que habían dicho irían por nosotros, pero en su lugar estaba...

-¡HERMANITO, POR AQUÍ!- rayos sigue igual de escandalosa,

-Ichigo... ella es tu herma...- moví a Rukia y me moví yo por igual

*slap* -¡QUE CRUEL ERES ICHIGO!- había caído de frente en el suelo y sin meter las manos

-¿donde están mis papás Orihime?- se levantó bastante rápido y tapando su nariz -te está saliendo sangre... tonta, ten usa esto- le entregue un pañuelo de papel y se limpió para después levantar la cabeza -pide otro y ya para tapar tu nariz y detener el sangrado, no tienes que aguantarlo recuerda eso siempre- Rukia estaba viéndola de pies a cabeza, ~no recuerdo haber dicho que tenía una hermana...~ -Rukia ella es mi hermana menor, Orihime es bastante efusiva- Orihime la saludo con uno de sus típicos abrazos "calentitos" como ella lo llama, consiste en un abrazo de oso pero menos fuerte y si la persona le parece linda la mimara en el proceso.

-¡¡Ruuukiaaa!! Que linda eres, que bonito cabello negro, que hermosos ojos con ese lindo color, que suave es tu piel- Orihime no para de mimarla ~te envidio tanto hermana, ganaste esta vez género pero te aseguró que seré el vencedor~

-ichi... ¡ichigooooo! Ayúdame, ayuda, ayuda- ¿se estaba deseserando de tanto afecto?

-Hime déjala ya- al soltarla Rukia por poco y cae al suelo, ¡se estaba mareando! -¿estas bien Rukia?- se aferró a mi chaqueta y levantó la vista

-sus... sus pe-pechos ¡me ahogaban! A su edad ¿debe tener así el busto?... ¿cuántos años tienes?- Orihime apenada por casi matar a Rukia le contestó

-en septiembre 3 cumplí los 17, perdona por asfixiarte, en nuestra familia casi todas tienen pechos grandes, y no puede controlar mi emoción al verte es que eres tan linda- bajo la mirada en forma de disculpa y le extendió la mano en son de paz

-Orihime, es hora de irnos tus padres nos están esperando- un sujeto alto con lentes y el cabello un poco largo se acercó a ella

-¡Hey ¿quien demonios eres tu?!- el sujeto me miro sin cambiar su expresión de seriedad

-¡Ichigo! No debes de hablarle así a alguien que no conoces, no seas tonto- Rukia me regaño... me ciento tan miserable

-Tu debes ser el tan hablado Ichigo, un gusto conocerte, me han hablado suficiente de ti- extendió su mano y para evitar más regaños de Rukia tuve que aceptarla

-el es Uryu Ishida, mi novio- apreté un poco más fuerte su mano en muestra de desagrado

-espero no seas como el último estúpido que conocí, y a ti Orihime te pido te cuides deja de buscar tipos que estén mal de la cabeza, sólo te lastiman- me soltó la mano después de mi amenaza

-no debes preocuparte, yo la protejo ahora y para tu información creo estar más cuerdo y con menos mujeres encima que tu- su comentario pomposo me irritó, quien se cree que es ese mocoso hablando tan normal de mi pasado

-¡Uryu!- Orihime le reprochó con la mirada -mi hermano no fue así queriendo, yo se que lo obligaron- ~aún se cree esa mentira, por eso le va mal en la vida, debe de dejar de ser tan confiada~ -esa bola de vagos, que tenía como amigos lo hacían así- se perdió en sus pensamientos, y Uryu la abrazo y acarició su cabello para tranquilizarla -sí, es cierto, tenemos que irnos a casa, papá y mamá te esperan- llegamos unas horas después de lo acordado a la gran residencia Kurosaki, es el orgullo de mis padres, dieron mucho esfuerzo para conseguirla, mi padre trabaja de abogado, es el mejor en lo que hace además es uno de los más solicitados, por otra parte mi mamá es una de las mejores modistas reconocidas a nivel internacional, nunca me ha gustado depender de ellos ya que he conocido familias con escasos recursos y se que ellos sufren por ganarse un poco de dinero de maneras admirables.

Al entrar en la recepción, unas cuantas mucamas nos recibieron con un saludo cariñoso como siempre, especialmente mi niñera de cuando aún vivía aquí así se hacía llamar ella

-veo que aún trabajas aquí Unohana, hace tiempo que no nos vemos y sigues casi igual sólo que ahora te veo de un tamaño más pequeño- le sonreí para demostrar que aún le tenía cariño y ella con la misma paciencia de siempre se acercó y me tomo en brazos como si de un niño se tratará.

-que grande te has vuelto Ichigo, apenas me parece que ayer jugábamos a lo que se te apetecía y ahora traes a una bella jovencita, que estoy segura será la madre de tus sucesores- siempre a sido así de poco discreta con lo que dice

-¡CLARO QUE NO! es una amiga que me convenció de venir a verlos ¡DEJA DE INVENTAR COSAS QUE SE PUEDEN MALINTERPRETAR!- se burló de mi expresión de vergüenza y acarició mi cabello

-pequeño por favor quédate con esta y deja de traer jovencitas que no te benefician y sólo te buscan por interés, se que para un adolecente puede ser tentativa la idea pero se que eres mejor que eso- me sonrió con ternura maternal y saludo con gran respeto a Rukia

La tarde transcurrió sin más sobresaltos o sorpresas, ya que en casa no se encontraban mis padres, le mostré la casa a Rukia mi emoción crecía al ver que sus ojos se iluminaban con cualquier pequeña cosa que era nueva para ella.

La cena fue preparada y servida así que los que nos encontrábamos en casa degustamos un guiso que Orihime aprendió en su escuela, fue preparado por ella y dos amas de llaves para todos los inquilinos (tanto los dueños: mis padres, como: Rukia, Orihime Ishida y yo, de las misma manera todos los empleados comieron de lo mismo) siempre ha sido así la costumbre, me quedé hasta muy noche despierto pues quería ser el primero en recibir a mis padres y presentar a Rukia ante ellos, pero no llegaron sino hasta la mañana siguiente.

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